Último artículo sobre la entrada del Lore 5.2, en la que abordaremos el tema principal sobre el jefe final que encontraremos en la nueva banda Solio del Trueno, Lei Shen, el Rey del Trueno, resucitado recientemente por el Profeta Khar’zul de la tribu Zandalari.
Alzamiento al poder
En el momento en el que comienza Mists of Pandaria el Rey del Trueno hace ya mucho que desapareció, y el imperio mogu se ha desmoronado hasta reducirse a facciones aisladas. Los mogu son una raza de maléficos hechiceros, similares físicamente a los ogros, que antaño dominaron Pandaria. En algún momento de un distante pasado, todas las facciones mogu enfrentadas se unieron alrededor de un único y tiránico señor de la guerra conocido como el Rey del Trueno. Lei Shen alcanzó el poder «a la manera mogu»: eliminando a todos sus rivales, uno por uno. Según la leyenda, pudo llevar a cabo sus objetivos gracias a la ayuda de un misterioso artefacto que encontró en las profundidades de una montaña. Tras su llegada al poder, construyó las Cámaras Mogu’shan para conservar y proteger su secreto, y convirtió la estructura circundante en una especie de santuario dedicado al imperio mogu. El complejo daba cobijo a muchos de los artefactos perdidos del imperio, y es el lugar de descanso de los espíritus de los viejos reyes mogu.
El reinado del Emperador
El Emperador Lei Shen creó el primer códice de leyes mogu, escritas en la lengua unificada de este primer imperio. La primera ley de la lista anunciaba que la sedición, la insurrección y la rebelión se castigaban con evisceración pública. Cuando comenzó a unificar a su pueblo bajo un estandarte único y a subyugar a las demás razas de Pandaria, sabía que los mántides jamás se someterían a su poder. Hablaban el mismo idioma: el idioma de la fuerza. Ordenó a sus esclavos construir el Espinazo del Dragón, una magnífica muralla a lo largo de todo su imperio. Su construcción llevaría varias generaciones, pero Lei Shen sabía cómo motivar a sus súbditos: con miedo. El miedo a los mántides movió montañas, formó ejércitos, consolidó el imperio y construyó su muralla. Está escrito que cuando el gran Lei Shen contempló las tierras de los mántides por primera vez, no sintió miedo, sino inspiración.
Alianza con los troll Zandalari
En esa época, hace mas de 12000 años, siendo los Zandalari y los Mogu los imperios más poderosos de todo Azeroth, se unieron los Zandalari a los Señores de la Guerra Mogu en una alianza para ayudarles contra el pueblo esclavo pandaren. Cuando el pueblo pandaren plantó cara a los Mogu, los Zandalari demostraron su lealtad atacando al recien creado Imperio Pandaren. A estas batallas se las conoce como las Guerras Zandalari. En los tomos de «La Fundación de la Orden del Dragón del Nimbo»:
Durante las Guerras Zandalari, justo tras la fundación del Imperio Pandaren, una jovencita llamada Jiang caminaba por El Arboretum cuando escuchó un ruido. En el suelo descansaba un pequeño dragón nimbo herido, casi muerto. Con la delicadeza de una madre, Jiang cogió a la pequeña criatura en brazos y se encargó de cuidarla. La llamó Lo. Pronto se hicieron amigos. Por desgracia, la mayoría de la gente temía a los dragones como si fueran monstruos o animales salvajes, tan astutos como peligrosos. Los aldeanos evitaban a Jiang y le pidieron que se librara de Lo antes de que creciera lo suficiente como para hacerle daño. Un día, el ejército Zandalari logró avanzar hacia el sur hasta El Bosque de Jade. Estos trols, monstruos del mar, atacaron Pandaria. Jiang respondió a la llamada a las armas y defendió a su pueblo en las playas.
Fue en una de estas batallas cuando Jiang casi muere por la lanza de un trol. El arma estaba a punto de atravesarle el corazón cuando Lo llegó al rescate. El dragón, a medio crecer, descendió en picado sobre el trol y lo rajó de extremidad a extremidad. Entonces recogió a Jiang, herida, y la condujo lejos de la batalla hasta ponerla a salvo. Cuando se recuperó, Jiang se acercó a los jefes de la defensa de Pandaria. Eran los grandes monjes guerreros que defendían la tierra de trols y otros peligros. Intentó explicarles cómo podría ayudar el dragón, cómo Lo la había salvado, cómo era capaz de cambiar el rumbo de la batalla. Pero sus palabras no tuvieron ningún impacto. Los monjes se perdieron en su propia sabiduría y eligieron continuar la defensa como ellos consideraban adecuado. Sin embargo, Jiang no se rindió. Este rechazo no hizo más que reforzar su determinación.
Algunos días después, los Zandalari entraron por la costa. Por el gran puente cerca del Floralba fue por donde se impusieron los campeones pandaren. Con esfuerzo intentaban retener a los trols, pero iban perdiendo. El ejército Zandalari era ingente, y sus jinetes de murciélagos luchaban de un modo que los pandaren no podían contraatacar. Toda esperanza de victoria comenzó a desvanecerse. Y, ¿qué fue lo que apareció entonces ante los ojos presentes? ¡Ji cabalgando sobre su amigo Lo! Descendieron en picado sobre los Zandalari del puente y derribaron a sus jinetes de murciélagos. Nadie podía enfrentarse a la furia de los dos amigos. Puede que ganar la guerra llevara muchos meses pero este era el momento crucial. Al poco tiempo, Ji estaba enseñando a otros pandaren a montar como lo hacía ella a lomos de otros dragones. ¡Jiang y Lo eran héroes! Desde ese día, el dragón se convirtió en un símbolo de esperanza para el pueblo pandaren y se fundó la Orden del Dragón Nimbo. Hasta hoy se han dedicado a servir y proteger a todo El Bosque de Jade.
La niebla que cubrió después Pandaria hizo que estuviera protegida de los Zandalari y del resto del mundo durante 10000 años, pero la niebla ya se disipó. Sin hogar tras el Cataclismo, los Zandalari desean establecer Pandaria como su nuevo hogar, y para ello, planean reforjar la antigua alianza con los Mogu reviviendo a Lei Shen, el Rey del Trueno. Las fuerzas Zandalari desembarcaron al norte de Cima Kun-Lai dirigida por el Profeta Khar’zul, en una ofensiva de los troll Zandalari en la Aldea Zouchin, que aunque fracaso, consiguió devolver el espíritu de Lei Shen gracias a la magia oscura «ligaespíritu». El grueso de Zandalari ahora se ha unido a Lei Shen en la Isla del Rey del Trueno.
El armamento de un Emperador
En batalla, Lei Shen era fácilmente reconocido por tres piezas muy específicas que portaba en cada batalla. La primera de ellas era la Lanza de batalla del Rey del Trueno, una poderosa lanza que tras su muerte fue llevada a un antiguo santuario del noroeste del Valle de la Flor Eterna y que los mogus intentaron recuperar hace poco. Lei Shen iba a la batalla con esta lanza en una mano y su hacha en la otra, el Hacha de batalla del Rey del Trueno. Se dice que podía asestar unos golpes certerísimos con su hacha, y cuando esta golpeaba a su objetivo, lo hacía con un sonido similar a un trueno. Este artefacto se llevó a una cámara ceremonial al sudeste del valle. Y por último, el Yelmo de batalla del Rey del Trueno, un yelmo que llevaba a todas sus batallas y que cobró tal fama que sus enemigos huían con solo verlo. Cuando el Emperador murió colocaron el yelmo en las profundidades de las Salas de Guo-Lai, y lo rodearon con miles de soldados de terracota; de esa manera podían ver a su líder y seguirlo en la muerte.
La caída de Lei Shen y Alani
La leyenda habla de una gran batalla que tuvo lugar en el Valle de la Flor Eterna, una batalla que transformó de carmesí los campos dorados con la sangre de muchos monjes valientes. Los ejércitos de Lei Shen, el Rey del Trueno, emperador de los mogu, lucharon con brutalidad pero al final fueron vencidos. Durante días, tras la caída de Lei Shen, el valle estaba cubierto con una nube del negro más oscuro. La tormenta de otro mundo, que había invocado Lei Shen en sus momentos finales, cubrió todo el valle de lluvia y lanzó relámpagos dentados en las colinas. La sangre de los caídos se limpió con la tormenta y fue arrastrada al lago Pétalo Níveo, tiñiendo las aguas de un rojo intenso. En su aliento final, la tormenta cayó en el centro del lago y prendió fuego al agua misma. El lago ardió con un tono carmesí durante muchos días.
Cuando el fuego se extinguió, se pudo ver una cría de dragón nimbo volando alrededor del centro del lago. Sus escamas brillaban con la tormenta y el fuego, y por donde volaba, se formaban inmensas nubes en el cielo. Mi gente lo llamó Alani el Natormento. Se dice que Alani solo puede ver el centelleo de los relámpagos más grandes y que solo podía escuchar el eco de los truenos más sonoros.
Resurrección y el Valle de los Emperadores
Recientemente, los Zandalari aliados con el resto de tribus troll encontraron el cuerpo del Emperador Lei Shen oculto en la Tumba de los Conquistadores en el Valle de los Emperadores junto a todo su ejército. Para los mogu, los muertos son un conjunto de partes. Las almas se pueden vincular a piedras para su posterior utilización. La sangre y la carne se pueden reutilizar para prolongar la vida de los súbditos leales al emperador. Ser enterrado intacto era todo un símbolo de poder y respeto. Este es el Valle de los Emperadores, el lugar de descanso de cien generaciones de señores de la guerra, reyes y emperadores que gobernaron las tierras de Pandaria. Tras la resurrección por parte del Profeta Khar’zul, Lei Shen planea ejercer su venganza sobre pandaria desde la Isla del Rey del Trueno con toda la fuerza del Imperio Mogu y Zandalari unidos de nuevo.
Perfil armería de Blizzard – Twitter