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Lore 5.2 Parte II: El Imperio Mogu

En esta segunda parte de introducción al Lore 5.2, explicaremos la historia del Imperio Mogu, sus emperadores, sus creaciones y su decadencia que llevo a las razas de Pandaria a revelarse a ellos. Aquí se asienta la historia de Lei Shen, quien será el jefe final de la nueva banda Solio del Trueno del parche 5.2.

Los orígenes de los mogu

La historia de los los mogu se remonta a los orígenes de Azeroth, cuando fueron creados por los Titanes y, al igual que muchas de sus creaciones, estaban hechos de piedra. Su tarea fue dar forma a las montañas y crear los cauces de los ríos. Cuando los Titanes se fueron, los mogu cayeron víctima de la maldición de la carne y perdieron su forma pétrea. La maldición de la carne fue un mal que sufrieron la mayoría de las creaciones de los Titanes, cambiando sus estructuras físicas y apariencia desde su forma original de piedra y metal a otra más blanda con las que se les conoce hoy en día.

Titan tb

Esta maldición fue obre de los Dioses Antiguos durante el comienzo de la historia de Azeroth; los Titanes trataron de eliminarla así como a sus creadores, pero descubrieron que se había extendido tanto, que para erradicarla hubieran tenido que destruir Azeroth. En su lugar, encerraron a los Dioses Antiguos en lo más profundo de la corteza terrestre. Tras ello, su número aumentó y pronto surgieron luchas de poder.

Los primeros imperios mogu

Hace 12000 años, varias generaciones después de los orígenes de los primeros mogu, Lei Shen conocido como el Rey Trueno, acabó con los conflictos de poder internos, unificando las tribus mogu para luchar contra la amenaza mántide que crecia en Pandaria. A su vez, los mogu crearon varias razas para que les sirvieran de esclavos mientras sometían a otras tantas bajo su cruel mando. La fuerza del imperio mogu no residía en sus efectivos, sino en el miedo. Mediante el miedo, controlaban enormes ciudades de esclavos y mantenían al imperio subyugado. La historia de Lei Shen será ampliada en el siguiente artículo.

El mogu y el trogg

Esta historia data de los orígenes del imperio mogu y la aparición de los grúmel. Hace tiempo, bajo la colina, vivía una criatura llamada trogg. Merodeaba por las cuevas y túneles de las montañas, explorando y olisqueando, y no se quejaba. Un día conoció a un mogu.

«Tienes unos brazos muy fuertes», le dijo el mogu al trogg. «Utilizaré mi magia para hacerte más fuerte y así podrás machacar a mis enemigos. Y qué nariz más poderosa tienes», le volvió a decir. «Debería usar mi magia para darle más poder y que pueda oler a mis enemigos. Y qué gran sentido de la orientación tienes», le dijo de nuevo al trogg. «Utilizaré mi magia para que no olvides nunca un rastro y así puedas aprender las rutas de mis enemigos».

El mogu empleó las mismas aguas del Valle de la Flor Eterna para transformar a esta criatura en un arma. Cuando el humo y el polvo se disiparon, ¿qué vio el mogu? A un grúmel ahí plantado alegremente. «Con unos brazos fuertes, una nariz poderosa y una mente que nunca olvida un rastro», le dijo el mogu al grúmel, «lleva esta comida de las granjas del este a la muralla del oeste. Encuentra todos los rastros entre medias y háblame de los enemigos que te encuentres».

Grumel tb

Y así partió el grúmel, con sus robustos brazos, su gran nariz y su mente que nunca olvida en busca de «enemigos», tal y como los había llamado el mogu. Al final comida entregó y rastros buscó, pero a ningún enemigo halló. «¿Hay noticias de mis enemigos?», dijo el mogu al grúmel. «¿Se ocultan en los pasos de la montaña? ¿Se ocultan en las cuevas cerca del río? ¿Se esconden en los campos de las granjas?». El grúmel pestañeó y pensó. Pensó y pensó y al final habló: «Olfateo con la nariz y miro con el ojo, pero no he descubierto a tus enemigos. En las montañas vi hozen, cavando sus pequeños túneles. En las cuevas, cerca del río, vi jinyu, hablándole a su agua. En los campos, vi a los pandaren, bailando una danza muy graciosa».

El mogu reflexionó y se tranquilizó. El grúmel partió en muchas ocasiones y cada vez que retornaba el mogu le planteaba la misma pregunta. Y el grúmel siempre respondía lo mismo. De lo que no se daba cuenta el mogu era de que los hozen construían un túnel que los conduciría más allá de sus defensas, los jinyu escuchaban las aguas para saber por dónde atacaría el mogu cuando comenzara la rebelión y los pandaren no bailaban, sino que entrenaban para luchar sin armas. Cuando comenzó la rebelión, la sorpresa del mogu se convirtió en indignación.

«¡Dijiste que no habías hallado a ninguno de mis enemigos!», increpó el mogu al grúmel. Con una sonrisa burlona, el grúmel le dijo al mogu: «Yo vi lo que quise ver. Y tú escuchaste lo que quisiste escuchar».

Los saurok y la gran purga

Los saurok fueron enviados para mantener el orden en los lugares más remotos del imperio mogu. Pronto desarrollaron unos aires de superioridad y odio a lo débil, alimentados por los egos de sus maestros mogu. Al poco tiempo los guardias saurok comenzaron a saquear a aquellos a los que debían proteger. Se volvieron desobedientes y empezaron a enfrentarse a sus propios comandantes mogu cada vez que estaban descontentos con los botines de guerra. El emperador Dojan respondió de la forma tradicional mogu: arrancó el alma a todo saurok vivo en el Valle de la Flor Eterna, y exigió la misma suerte para las legiones que todavía seguían en el campo de batalla. Así comenzó la gran Purga.

Los saurok mantuvieron sus posiciones contra los mogu, hasta el final, en los pantanos de Krasarang. Su única oportunidad era alejar a las fuerzas imperiales hasta territorio desconocido. La tasa de muertes de los mogu se elevó rápidamente cuando los rebeldes envenenaron el suministro de agua y sabotearon varias construcciones. Preso de la furia, el emperador Dojan siguió enviando tropas, esclavos, y armas a Krasarang con la intención de erradicar a los saurok restantes. Jamás tuvieron éxito.

Saurok tb

Cuando los mogu decidieron purgar a los saurok, un buen número de legiones seguían desplegadas en el campo de batalla. Cuando la traición de sus maestros llegó hasta los oídos de los saurok, estos se volvieron contra sus oficiales y desaparecieron en las tierras mántides, tras el frente enemigo. Se enviaron muchas legiones mogu con esclavos para dar caza a los desertores, pero jamás regresaron.

El reinado del emperador Dojan II fue corto y salvaje incluso para los mogu. Su maníaco impulso de completar el trabajo de su padre y finalizar la gran purga contra las legiones rebeldes saurok dejó a la corte sumida en el caos mientras él se embarcaba en su fatídica campaña militar. Desde su posición privilegiada en los acantilados con vistas a la Espesura Krasarang, observó la lenta deforestación de la selva, la construcción de las mazmorras Dojanni y el genocidio gradual de la raza saurok. Lo que no esperaba era que los supervivientes de la quinta y séptima legiones saurok escalaran los acantilados en mitad de la noche, atacaran su pabellón imperial desde el Valle de los Cuatro Vientos y lo empujaran por el precipicio. Jamás encontraron su cuerpo y la confusión resultante en la capital dejó al imperio sumido en el caos durante más de dos años. Los saurok se desvanecieron en la espesura y desaparecieron.

Los ligaespíritus y la esclavitud

Durante años, los mogu utilizaron la carne como un arma, moldeándola, doblándola y retorciéndola a su antojo. Pero tras su error al crear a la raza saurok, los mogu decidieron crear otra arma… esta vez forjada con absoluta sumisión. Sus investigaciones descubrieron métodos para convertir la carne en piedra y viceversa. Lograron dar vida a la piedra inerte, siempre y cuando un alma voluntaria (o no) pudiera ser atrapada en su interior. Mediante el ligaespíritu, rituales oscurosde los mogu, crearon a los Natopiedra, soldados de jade y magia negra forjados de la esencia viva de las víctimas conquistadas. Estas creaciones eran poderosas, aterradoras y absolutamente leales a sus maestros mogu .

Mogu tb

A pesar de la poderosa magia que controlaban, a menudo los mogu preferían utilizar esclavos para que construyeran sus enormes monumentos. Los humanoides esclavizados eran marcados con una marca al rojo como si fueran ganado. Los esclavos eran subyugados con cadenas infundidas con hechizos de castigo y dolor y adornadas con pinchos, obligados a trabajar para los mogu. La sangre de muchos esclavos de los mogu fue derramada gracias al látigo de huesos fabricado a partir de la columna vertebral de una criatura antigua y grande.

Cuando los mogu agotaron sus reservas de guerreros mortales esclavizados, se centraron en el intento de crear ejércitos de ensamblajes animados para que lucharan por ellos. Estos guerreros de terracota podían a menudo permanecer dormidos durante siglos.

Organización, clanes y alianzas

El antiguo gobierno mogu era una meritocracia basada en la fuerza bruta y en un ingenio terrible. El proceso de derrocamiento de dinastías era un proceso sangriento que exige derrocar y ejecutar al régimen anterior, antes de que el siguiente mandatario tomara el poder. El listado de emperadores que han regido el imperio mogu ha sido el siguiente, desde el primero al último:

  • Emperador Lei Shen, el Rey Trueno
  • Emperador Dojan
  • Emperador Dojan II
  • >Emperador Kang
  • Rey Meng Colmilloafilado, el Rey Demente
  • Rey Qiang Pielacero, el Señor de la Guerra Despiadado
  • Rey Subetai Pierápido, el Rey Bandido
  • Emperador Wai
  • Zian de la Sombra Infinita, el Rey Brujo
  • Rey Xin, el Maestro de Armas

Además, los mogu se agrupan en clanes. Entre los más conocidos están los Gornali, Gurthan, Harthak, Korgesh, Korune, Shan’ze y Shao-Tien. De sus relaciones diplomáticas, cuando los mogu gobernaban Pandaria, eran aliados de los Zandalari, que los ayudaban contra el incipiente imperio pandaren. A pesar de haber sido derrotados y expulsados de Pandaria, cuando ésta se convirtió en una isla tras el Gran Cataclismo, los Zandalari, al igual que los mogu, permanecieron en los mitos pandaren que evolucionaron en historias para asustar a los niños. Pero cuando la niebla de Pandaria se disipó, los Zandalari enviaron un destacamento de sus trol para intentar contactar de nuevo con los mogu.

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La rebelión y caida del imperio mogu

Durante las dinastías mogu, los esclavos eran el elemento vital del imperio. Los pandaren, hozen y jinyu trabajaban en el campo y en las minas, y construían las poderosas fortalezas de sus amos. Para combatir la fatiga, elevar la moral y atender a los heridos, los mogu permitieron que una casta de esclavos pandaren se especializaran en la fabricación de remedios. Al principio producían tisanas y cataplasmas. Con el paso de los años, estos especialistas se convirtieron en sanadores, líderes de la comunidad y maestros cerveceros. Nació una noble tradición y estos «monjes» tempranos se convirtieron en símbolos de esperanza y orgullo entre los pandaren.

Fueron estos héroes los que primero aprendieron a luchar sin armas. Ya que los esclavos pandaren no podían portar armas de ningún tipo, durante sus entrenamientos secretos, los monjes pandaren a menudo usaban instrumentos de labranza o incluso cañas de bambú. También se centraban en los ataques sin armas. Sin embargo, las armas preferidas de los mogu se basaban más en el miedo que en la utilidad. Eran enormes, pesadas y difíciles de manejar. Los monjes pandaren se aprovecharon de esta circunstancia desarrollando ataques rápidos y la capacidad de moverse rápidamente por el campo de batalla. Los mogu, más lentos y corpulentos, acababan completamente desorientados ante la velocidad de los monjes pandaren en combate abierto.

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A lo largo de los años, los estilos de lucha han cambiado completamente, y han incorporado todo tipo de facultades, armas y técnicas. Pero el corazón de las técnicas de lucha pandaren permanece invariable: derrotar al enemigo, sea del tamaño que sea, con las zarpas desnudas si es necesario.Los monjes enseñaron los secretos de las artes marciales a otros esclavos clandestinamente. Cuando llegó la revolución, los monjes fueron los primeros en entrar en combate inspirando así a los humildes granjeros, herreros y mamposteros que les siguieron.

Los pandaren fueron los primeros en rebelarse contra los mogu, pero no los únicos. Pronto los hozen prestaron su fiereza, los jinyu su sabiduría y los grúmel tomaron el papel de mensajeros entre los rebeldes al mismo tiempo que cortaron los suministros de alimentos y noticias a los mogu. Los ejércitos imperiales perecían de inanición, los mensajes de vital importancia no llegaban a sus destinatarios y los pilares del imperio se tambaleaban. Los mogu no sabían cómo cultivar sus propios alimentos o distribuir los suministros entre sus tropas. Ejércitos enteros permanecieron en sus cuarteles ajenos a toda rebelión hasta que fue demasiado tarde.

En resumen, la propia fortaleza del imperio se había vuelto contra él. Las razas de Pandaria se habían unido con un objetivo común, y habían descubierto que eran fuertes.

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Written by Yuki

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