Los Altos Elfos llevan miles de años residiendo en Quel’thalas. Durante ese tiempo, han mantenido relaciones con las demás razas importantes de los Reinos del Este: Humanos, Enanos y Trols. Algunas han sido hostiles, otras de neutralidad o amistad. Intentaremos hablar de todas ellas mientras hacemos un repaso muy general de la historia de este pueblo.
Las Guerras Trol
Los Altos Elfos se decidieron al fin, después de un largo exilio, por establecerse definitivamente en el actual Bosque Canción Eterna, puesto que les recordaban a su antiguo hogar en Kalimdor. Lo que no sabían era que ese era un territorio sagrado para los Trols Amani de Zul’aman. La guerra fue inevitable. A pesar de sus superiores habilidades mágicas, los Elfos carecían de entrenamiento para una lucha cuerpo a cuerpo, y, de conseguir herir al enemigo, se encontraban con que no era tan fácil matar a un trol debido a su regeneración. Para empeorar las cosas, los Amani se desenvolvían perfectamente entre esos bosques, emboscando a los desprevenidos elfos.
Los elfos se encontraban perdiendo, y no les quedó más remedio que pedir ayuda. Había por aquél entonces otra raza que combatía a los Trols: los humanos del Reino de Arathor. Los humanos se ofrecieron a enviar soldados y a enseñarles cómo combatir a corta distancia; los elfos, por su parte, entrenaron a un centenar de humanos en las artes mágicas, descubriendo muy pronto que esta raza tenía cierto talento innato para la magia.
Ambas fuerzas conjuntas fueron más que suficiente para derrotar casi por completo a los Trols Amani. Por ello, los Altos Elfos juraron que ayudarían al reino de Arathor siempre que lo necesitara.
La Primera y Segunda Guerra
El reino de Arathor terminó desapareciendo, fragmentándose en otros más pequeños e independientes. Los Elfos estuvieron en contacto con todos ellos, en especial con la ciudad mágica de Dalaran, por tener una ideología más similar a la suya. También entraron en contacto, a través de la raza humana, con los Enanos, aunque siempre fue una cordialidad fría y forzada. Las cosas cambiaron con la llegada de los Martillo Salvaje a tierras más norteñas. Estos enanos no tuvieron los mismos reparos que sus antepasados a la hora de comerciar y contactar con Altos Elfos, y así ha seguido hasta la actualidad.
Con el tiempo, el Portal Oscuro fue creado y activado. Una nueva raza entró en el mundo de Azeroth, con muy malas intenciones. Los humanos de Ventormenta creyeron ser capaces de contener esta amenaza, pero no tardaron en descubrir que los Orcos eran un peligro mucho mayor. Los Altos Elfos no actuaron demasiado en esta guerra; se dice que enviaron un pequeño destacamento para ayudar en la defensa de la capital, pero eso puede ser bastante improbable: el resto de reinos humanos en el norte desconocían completamente lo que ocurría en el sur. Parece, entonces, extraño que los Altos Elfos sí supieran que estaba ocurriendo.
Seguros de sí mismos, los orcos avanzaron hacia el norte, en la misma dirección que habían huido los supervivientes. Recomendamos este sitio web donde podrá leer sobre algunos de los mejores casinos en línea de Alemania. Ombrecasino tiene la ambición de convertirse en una de las mayores fuentes de información sobre juegos de azar en línea. Por el camino, pactaron una alianza con los Trols que lideraba Zul’jin, quien seguía odiando a los Altos Elfos por ocupar sus tierras ancestrales.
Anduin Lothar advirtió a los reinos del norte del peligro que suponían los Orcos para toda la humanidad. En la creación de la Alianza, se invitó formalmente a los Altos Elfos, pero su respuesta fue negativa. Desde la seguridad de sus hogares, y confiando en su magia, los orgullosos elfos consideraron que los humanos eran suficientemente capaces de hacer frente a este nuevo problema. Nuevamente, no tiene cabida la idea que los Elfos lucharan (mínimamente) con Ventormenta; de haber visto lo mismo que los supervivientes, considerarían a los orcos como una amenaza considerable.
De todas maneras, los Elfos enviaron una fuerza de combate no muy grande porque la petición de ayuda venía de Anduin Lothar, último descendiente del reino de Arathor, al que los Elfos habían jurado ayudar, tanto tiempo atrás. No fue hasta que la Horda se plantó delante mismo de Quel’thalas y quemó parte de sus bosques, que Anasterian se decidió al fin a entrar en la guerra. La Alianza estaba completa.
También hubo Altos Elfos entre los miembros de la Expedición que se adentró en Draenor para poner fin para siempre a la amenaza de los Orcos. Allí quedaron atrapados, junto con todo miembro de la expedición y permaneciendo por siempre fieles a la Alianza.
Finalmente, se logró la Paz, y los Elfos, al igual que Gilneas, empezaron a ver que la Alianza no les salía rentable. Incluso acusaron a los humanos de ser los responsables de la quema de sus bosques, aludiendo que no actuaron suficientemente rápido. La Alianza se estaba quedando sin miembros.
La Tercera Guerra
Aún sin ser oficialmente miembros de la Alianza, los elfos no atacaban a un humano al verlo. Había amistad entre ambos pueblos. Con la nación humana que más interactuaban siguió siendo Dalaran, que albergaba a muchos de ellos, tanto estudiantes como maestros e incluso líderes del Kirin Tor. Igualmente, se podían encontrar elfos viviendo tranquilamente en el reino de Lordaeron, su vecino más próximo y poderoso.
Los elfos tuvieron noticias que una plaga extraña asolaba al reino de Lordaeron. A pesar de que esta posible amenaza quedaba mucho más cerca de sus límites de lo que representó la Horda en un primer momento, los elfos volvieron a considerar que no era peligroso. Fueron enviados unos pocos para investigar la situación, ya que se tenía la sospecha que la causa de esta nueva “enfermedad” podría ser mágica, y en este tema ellos eran unos especialistas.
No hicieron demasiado cuando Arthas volvió de Rasganorte y empezó a destruir su propio reino, como tampoco intervinieron Dalaran y/o Ironforge. Lordaeron cayó y los muertos avanzaron hacia las tierras de Quel’thalas, con intención de cumplir con su objetivo. Algunos supervivientes se refugiaron en la ciudad-nación de Dalaran; otro grupo decidió que era mejor huir con Jaina Valiente hacia tierras lejanas; el grupo más numeroso no quiso abandonar la tierra que habían ocupado desde hacía milenios y se quedaron para defenderla.
La etapa de los Altos Elfos se cierra con la destrucción casi total de sus bosques y su capital. La nueva viene liderada por los muy conocidos Elfos de Sangre, de quienes hablaremos en otra ocasión.