in

Retratos de Azeroth: Illidan Tempestira (Parte 1)

<< Traidor… En verdad, fui yo el traicionado. Todavía me persiguen. Aún me odian. Pero ahora mis ojos ciegos ven cuando los demás no pueden ver. Hay momentos que se debe forzar la mano del destino. Ahora vayámonos… para desatar las mareas de destrucción… Sobre todo a aquel que a nosotros ose enfrentarse. >>

Illidan Tempestira ha anhelado el poder por encima de todo lo demás, a excepción de su amor por Tyrande Susurravientos. Esto le ha llevado a cambiar de bando en más de una ocasión y ganarse de este modo el título de “El Traidor”.

Parte IParte II

Primer contacto con la Legión

Illidan nació con unos ojos dorados, algo que para su raza significaba que estaba destinado a grandes logros. Hizo un primer intento con la energía de la naturaleza, la misma magia que practicaba su hermano gemelo Malfurion. Sin embargo, pronto se dio cuenta que prefería la energía arcana y se convirtió en uno de los hechiceros.

Illidan, Tyrande y MalfurionCuando la Legión se presentó en Azeroth a causa de la traición de la reina Azshara, Malfurion convenció a Illidan de abandonarla y ayudarles a combatir a los demonios. Pero la única posibilidad era cerrar el portal. Y para ello era necesario destruirlo. Este plan nunca fue del agrado de Illidan: la energía arcana era su vida. Por otra parte los demonios rebosaban de un poder increíble. Entonces, Illidan empezó por admirarles en vez de temerles.

Fue influenciado por Xavius, que hizo uso de las dudas del elfo para ponerlo de parte de la Legión. También usó en su beneficio el amor no correspondido que Illidan sentía hacia Tyrande. Incluso quiso utilizarle para matar a Malfurion: sin rival en el amor, Tyrande sería suya. Sargeras en persona recompensó a Illidan por unirse a sus filas: perdió sus dorados ojos a cambio de unos nuevos mágicos. Ahora, era capaz de ver todas las formas de la magia.

Pero la Legión fue finalmente derrotada y el portal destruido, causando una devastación enorme. Los elfos de la noche supervivientes esperaban que todo hubiera acabado. Illidan, por otra parte, tenía otros planes: al igual que otros, no estaba dispuesto a renunciar a la energía arcana por lo sucedido.

Secretamente, había llenado siete viales con las aguas del antiguo Pozo de la Eternidad. Haciendo uso de tres de ellos, pudo crear otro Pozo. No tardó en ser descubierto por el resto. Illidan no quiso escuchar a su hermano; estaba convencido que había hecho lo correcto. Viendo que no podía convencerle de su error fatal, Malfurion optó por encerrarlo eternamente bajo tierra, lejos de los demás.

Arthas y la calavera de Gul’dan

IllidanTal y como se temía Illidan, la Legión regresó a Azeroth para terminar lo que empezó. Pero el Elfo de la Noche seguía encerrado bajo Hyjal. Fue casualidad que Tyrande estuviera por la zona y se acordara de él. Considerando que era una buena decisión, no dudó en liberarle para hacer uso de sus habilidades que serían muy útiles en la batalla venidera.

Después de diez mil años, Illidan al fin salía a la superficie. El paisaje que él recordaba era distinto por el paso del tiempo, pero sobre todo, por la corrupción vil de la Legión. Sin embargo, no fue eso lo que le impulsó a luchar: quería más que otra cosa, demostrar lo que vale ante su hermano; que vieran que había cambiado.

Poco se esperaba que se encontrara a un humano. Arthas Menethil, siguiendo las órdenes de su maestro, había viajado hasta Kalimdor para encontrarse con Illidan. Tras una lucha entre ambos guerreros y comprobar que sus fuerzas eran muy pares, Illidan accede a escuchar lo que tiene que comunicarle.

La calavera de Gul’dan: ese era el objetivo del Rey Exánime. Esa era la tarea que tenía encomendada para Illidan. Ner’zhul conocía el ansia de poder del cazador de demonios; su premio por cumplir iba a ser la calavera, un artefacto de gran poder.

La reliquia transformó a Illidan en algo más que un Elfo de la Noche. Y también aumentó en gran medida sus facultades. Con su nuevo poder, se sintió capaz de retar al señor de la Legión en los bosques: Tichondrius, líder de los Señores del Terror. Illidan se sentía satisfecho, había logrado su objetivo de derrotar a los demonios, sin contar con su nuevo juguete. Esperaba reconocimiento por sus hazañas.

Rechazo. Eso es lo que consiguió de su hermano. Ni alabanzas, ni agradecimientos ni disculpas. Incluso Tyrande se arrepintió de haberlo liberado. No, el resto de Elfos de la Noche vieron en sus acciones una nueva traición hacia ellos. Entonces, Illidan desapareció, jurando no volver.

El Ojo de Sargeras

El apoderarse de la calavera de Gul’dan fue un duro golpe para la Legión y sus planes de victoria. Pero Kil’jaeden era sobre todo, astuto: en vez de ordenar su muerte por los problemas causados, vio en Illidan gran potencial. Nuevamente, su recompensa por obedecer era más poder; pero esta vez, el fracaso tenía un precio.

El Traidor reclutó nuevas fuerzas que le sirvieran en su nueva misión, recurriendo a seres desconocidos para el resto del mundo: los Naga. Esquivando a la tenaz Maiev Cantosombrío, se hizo con el Ojo de Sargeras, un artefacto de gran poder; incluso demasiado, puesto que no se atrevía a usarlo para sí mismo.

Sus acciones no pasaron inadvertidas para la sociedad élfica de Kalimdor. Tyrande y Malfurion, al enterarse de lo sucedido partieron inmediatamente para detenerle. Illidan, guarnecido en Dalaran, comenzaba un ritual que estaba destruyendo Rasganorte. Su hermano interpretó que su objetivo era destruir el mundo por completo, así que se esforzó todavía más en detenerle.

Illidan en TerrallendeUnidos los dos grupos de Elfos (de Sangre y de la Noche) a las afueras de la ciudad, consiguieron abrirse camino hasta el lugar en que se estaba celebrando el ritual y detenerlo. Esto causó que el Ojo de Sargeras hiciera explosión y por fin pudieron capturar al esquivo Illidan. A pesar que las verdaderas intenciones del ritual era destruir Corona de Hielo y a su malvado señor, el Rey Exánime, fue juzgado allí mismo. El juicio fue rápido y la sentencia era la muerte.

Maiev estaba a punto de poner fin a su vida cuando Malfurion anunció que Tyrande había muerto por su culpa. Eso debía hundir más a Illidan, pero fue su salvación. Kael’thas, que había asistido a la “muerte” de la sacerdotisa, declaró de <<hipotética>> la afirmación de su muerte. Era probable que continuara con vida.

Ante la sorpresa de Maiev, el Traidor fue liberado. Malfurion esperaba usarle a él y sus Naga para explorar el rio y dar con su amada. Illidan, por su parte, tenía tantas ganas como su hermano de encontrarla. Por primera vez en milenios, los gemelos Tempestira trabajaban juntos en una misma meta.

Illidan fue el primero en dar con la sacerdotisa, y se apresuró a ponerla a salvo. Fue perdonado por este hecho de todos sus pecados anteriores y decidió marcharse para siempre de esta tierra. Esta vez, cumplió con su palabra. En cuanto a los Naga, supuestamente sin líder, vagaron por Azeroth libremente…

 

 

Written by Blosc

One Comment

Leave a Reply

Deja una respuesta

Correcciones en vivo Parche 5.4 – 22 Octubre ES/EN

Avance JcE heroico (reinos españoles) 16 Oct al 22 Oct