Anduin Wrynn, hijo del Rey Varian Wyrnn y de la Reina Tiffin Ellerian, príncipe heredero del trono real de Ventormenta y sacerdote instruido para seguir el camino de la luz. Anduin comprende y empatiza con su pueblo y está a favor de la paz entre todas las razas de Azeroth. Su sabiduría y su sentido de la justicia serán un elemento clave para evitar el conflicto entre la Alianza y la Horda y por tanto para proteger Azeroth de la oscuridad que se avecina. (Parte III).
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Caminos opuestos
Tiempo después, durante los sucesos posteriores al cataclismo, Anduin viajó a Darnassus junto a su padre para asistir a una reunión convocada por Malfurion Tempestira y Tyrande Susurravientos, aquella reunión tenía como fin la admisión de Gilneas en la Alianza, a lo cual en un principio Varian estuvo totalmente en desacuerdo. Anduin aprovechó en uno de los momentos de tensión para hablar con el Profeta Velen sobre la luz, y este mostró un gran interés por el joven príncipe. Aunque Anduin tuvo que marcharse pronto junto a su padre, que insistía en protegerlo y tenerlo a su lado, supo que debía hablar mas con Velen sobre la Luz ya que en el fondo sabía que esta formaba parte de él cada vez más. Anduin más tarde habló con el profeta de nuevo y le dijo que quería aprender de él, este se sintió complacido al ver que el joven príncipe mostraba una gran vocación por la Luz y decidió que le enseñaría. Anduin decidió hablar con su padre y decirle que no pensaba volver con él a Ventormenta, sino en irse con Velen para que este le enseñase el camino de luz. Varian se opuso violentamente a la decisión de su hijo ya que creía que la luz no era el camino al que estaba destinado, sino al de ser un gran guerrero que pudiese gobernar Ventormenta. En un arrebato de miedo a perder a su hijo, Varian hirió levemente a Anduin en el brazo, causando un profundo miedo a su hijo. El joven príncipe regreso mas tarde junto a Velen, a quien le mostró claramente su intención de ir a aprender con él, Velen aceptó la petición de Anduin de convertirse en su pupilo, y este se marchó junto a él hacia el Exodar.
La visión del profeta
Anduin ya en la Isla Bruma Azur, dedicaba su tiempo después de las clases con Velen para ayudar a criaturas de la zona, afectadas por la llegada de El Exodar a Azeroth, y a refugiados humanos, que suplicaban ayuda al Profeta debido a las consecuencias del cataclismo. Sin embargo el Profeta no recibía a nadie excepto al joven príncipe, quien mostró un gran descontento ante la decisión del profeta. Anduin en una de sus conversaciones con Velen, le reprochó el hecho de no estar atendiendo a los necesitados que tanto suplicaban su presencia, en ese momento Velen tuvo una visión del propio príncipe ataviado con una armadura y una espada hechas de la mismísima Luz que dirigía a un ejército compuesto por todas las razas de Azeroth contra la Gran Oscuridad que amenazaba con acabar con todo el universo. Una semana más tarde, el Trivunvirato de la Mano ante el silencio del Profeta decidió hacer despegar El Exodar para enfrentarse a amenazas más importantes como la Legión Ardiente. Los refugiados al ver esto, se revelaron y asaltaron El Exodar, desatando una carnicería entre aliados. Anduin avisó al Profeta de lo que estaba ocurriendo y este una vez aclaradas sus ideas decidió intervenir. Velen detuvo la lucha entre su gente y los refugiados y les mostró el camino a seguir. Después, Velen agradeció a su pupilo que le ayudara a ver el camino correcto y le dijo que algún día sería un poderoso sacerdote y un sabio rey.
El destino de los reyes Wrynn
En Ventormenta se celebraba en Día del Recuerdo, en el cual se rememoraba a los familiares y a los grandes héroes del pasado. Anduin regresó a Ventormenta brevemente para asistir a este evento y recordar a su madre. El Arzobispo Benedictus reunió como sorpresa a Anduin y a su padre, que aún mantenían un enfrentamiento desde lo sucedido en Darnassus. Padre e hijo se encontraban rememorando a la difunta reina Tiffin cuando fueron emboscados por miembros del Martillo Crepuscular, tanto Varian como Anduin lucharon ferozmente por defenderse y acabaron con los asaltantes, pero por desgracia uno de ellos termino por invocar a un poderoso dracónido que les hizo frente. Varian luchó y defendió a su hijo como pudo, pero se vió superado por la fuerza de aquel enemigo recibiendo heridas mortales. Anduin en un arrebato de fe, combatió al dragauro con palabras de poder en las que la Luz dañó al dragauro y protegió a Anduin de sus ataques. Varian aprovechó el momento oportuno y acabó con el dragauro clavándole un fragmento de elementium. El Rey Varian, herido de muerte, le confesó a Anduin que se sentía muy orgulloso de él y se alegraba de tenerlo como hijo. Pero Anduin se negó a dejarlo morir, hizo un gran esfuerzo y utilizó el poder de la Luz pura y divina para sanar las heridas del Rey. Varian después lo ocurrido comprendió que su hijo había escogido el camino correcto y sería un buen rey que guiaría a su pueblo y sanaría a este mundo.