Genn Cringris, soberano del reino de Gilneas, tiene un carácter arrogante, orgulloso e independiente con el que ha gobernado a su pueblo durante años. Aunque apoyó cierto tiempo a la Alianza de Lordaeron contra la amenaza de la Horda, sus decisiones le llevaron a construir la Muralla de Cringris, aislando así a su nación del resto del mundo. No sería hasta después del Cataclismo cuando su pueblo se vería hostigado por las tropas renegadas y la maldición huargen, esta situación obligaría al rey a tomar una decisión, unirse de nuevo a la Alianza o morir.
Juventud y Segunda Guerra
Genn fue educado por su padre desde pequeño, este le enseñó a no confiar en nadie y a no aceptar la ayuda de otros. Heredó la corona tras la muerte de su padre y se casó con una gilneana llamada Mia, con la que tuvo dos hijos.
Después de la Primera Guerra, Cringris fue llamado a la Ciudad Capital junto con los otros reyes de Lordaeron para debatir qué hacer ante la amenaza de la Horda. Este se mostró reacio a la decisión de formar la Alianza de Lordaeron, ya que pensaba que Gilneas podía subsistir sin ayuda de nadie. Al final acabó aceptando aunque su participación en la guerra fue escasa.
Al finalizar la Segunda Guerra con la victoria de la Alianza, se descubrió que Aiden Perenolde, el rey de Alterac, había pactado con los orcos en el transcurso de la guerra para que estos no arrasaran su reino y a cambio este les dejara atravesar su territorio sin oposición alguna. Cuando los líderes de la Alianza se reunieron para debatir sobre quién debía heredar el reino de Alterac, Genn tenía sus propios intereses en aquella tierra y no iba a dejar que la controlasen otros monarcas. Sin embargo Alamuerte, quien se ocultaba bajo la forma humana del noble Daval Prestor convenció mediante engaños y control mental a Genn y a los demás reyes de que votaran a su favor. La repentina desaparición de Lord Prestor hizo que Genn se replantease su decisión y apoyase a Isiden Perenolde como gobernante de Alterac.
Aislamiento y maldición
Poco después de la Segunda Guerra, Cringris vio que su apoyo a la Alianza no había traído ningún beneficio a Gilneas e incluso esta estaba saliendo perjudicada. Con el apoyo de Godfrey, Genn abandonó la Alianza de Lordaeron y mandó construir la Muralla de Cringris, que aislaría a Gilneas del mundo exterior durante años.
Sin embargo durante la tercera guerra, Cringris contactó con el archimago Arugal, quien tenía un plan para proteger Gilneas. El plan consistía en invocar a unas peligrosas y salvajes criaturas llamadas huargen con la intención de que defendieran el reino de La Plaga. Sin embargo no salió como esperaban, se extendió una maldición por todo el Bosque de los Argénteos que transformaba a los humanos en huargen sin humanidad ni voluntad propia. Esta maldición fue propagándose por toda Gilneas; en dado momento la cantidad de transformados supusieron una amenaza para el reino y atacaron la Ciudad de Gilneas. Los defensores no pudieron contener el ataque y Cringris ordenó evacuar a los supervivientes al Refugio del Ocaso.
Una nueva amenaza
Muchos años después, el Cataclismo provocado por Alamuerte el Destructor hizo que cayera la Muralla de Cringris. Fue entonces cuando atacaron los renegados e invadieron Gilneas. Genn, quien hasta entonces había estado cazando a los huargen salvajes, fue mordido por uno de ellos y decidió ocultarlo, había estado trabajando en una cura que permitiera devolver a los huargen su conciencia humana y racional, y funcionó.
Los Gilneanos tanto huargen como humanos plantaron cara a la invasión de los renegados, sin embargo Lord Godfrey y algunos nobles no aceptaron tanto a su rey como al resto de huargen entre sus filas y optaron por traicionarlos, aunque acabaron muriendo. Cringris, junto con las tropas de Crowley y su hijo Liam atacaron Gilneas para librarla de los renegados. Se enfrentaron a la mismísima Reina Alma en Pena, que acabó matando al príncipe Liam, quien se sacrificó por salvar a su padre.
Más tarde fueron rescatados por la Alianza, que les brindó toda la ayuda posible. Genn y los supervivientes gilneanos viajaron a Darnassus, durante el viaje Genn estaba afligido por la muerte de su hijo y se arrepintió de las decisiones que había tomado en el pasado. Los elfos le sugirieron que se uniese a la Alianza, a lo que Cringris se mostró en desacuerdo. Sin embargo, una tormenta hizo que el barco de su mujer y su hijo naufragara, Genn transformándose en huargen les salvó de un funesto destino y el apoyo que los elfos le habían ofrecido hizo que cambiara su opinión sobre ingresar en la Alianza.
Unión a la Alianza
Genn y su pueblo fueron acogidos en Darnassus, donde Malfurion Tempestira y Tyrande Susurravientos les ofrecieron todo tipo de ayuda. Tiempo más tarde se celebró una reunión en la ciudad a la que acudieron los respectivos líderes o representantes de la Alianza. Cringris les habló de cómo Gilneas había cambiado y de lo mucho que estarían dispuesto a dar por la Alianza. Argumentos que no convencieron a Varian Wrynn, quien les echó en cara a los gilneanos su cobardía mostrada en la Segunda y Tercera Guerra. Aunque Cringris insistió en la ayuda que podrían brindar a la Alianza, Varian mantuvo firme su opinión.
Más tarde Malfurion hizo que Varian y Genn se encontrasen, discutieron y al final optaron a competir por quién era el mejor cazador. Varian vio la ferocidad que mostraban los huargen y esto hizo que cambiara levemente su opinión sobre ellos, más tarde Genn le mostró la manera de controlar la ira mediante un ritual, tal y como hacían los huargen. Varian llevó a cabo el ritual y todos los presentes observaron cómo el aura de Goldrinn se mostraba en el rey de Ventormenta. Más tarde recibieron la noticia de que Garrosh estaba atacando Vallefresno y tanto Varian como Cringris y los huargen fueron a luchar. Después de una sorprendente victoria sobre la Horda, Varian vio claro que los huargen merecían estar en la Alianza y no mostró ninguna oposición en la unión. Tiempo después, Genn viajó a Ventormenta donde actualmente apoya militarmente al rey con la esperanza de que algún día recuperen Gilneas junto a la Alianza.