Kael’thas Caminante del Sol nació en el seno de la familia real del imperio de Quel’thalas. Desde pequeño sintió una gran afición a las artes arcanas, cuando este cumplió una edad notable, sus padres fomentaron dicha afiliación enviándolo a estudiar al reino mágico de Dalaran. En dicha ciudad, Kael se enamoró por primera vez, de una joven maga, aprendiza de Antonidas, cuyo nombre era… Lady Jaina Valiente. Varias veces él se insinuó la hechicera pero esta demostró interés amoroso hacia el príncipe Arthas Menethil.
La plaga y su reino
Cuando en la 3 guerra el azote tomó Quel’thalas y corrompió la fuente del Sol, Kael se encontraba en Dalaran, fuera de su reino. Cuando se enteró de la caída de este y de la muerte de su padre protegiendo Quel’thalas, el heredero a la corona del reino elfico dejó su puesto entre los seis del Kirin’tor de Dalaran y partió hacia las ruinas de la capital del reino.
Cuando llegó, se encontró a la gran mayoría de su pueblo masacrada y los reinos humanos cercanos también habían perecido. Busco ayuda en los alrededores, cuando por suerte o por desgracia encontró al general Garithos. Este humano se hacia llamar el liberador de Lordaeron, y las ciudades de Ventormenta y Forjaz les enviaban tropas sin saber como actuaba este con sus «aliados». El humano, pese a conocer los grandes dotes naturales de los Elfos con la magia los mandaba a realizar labores tan denigrantes que hasta un esclavo orco se sentiría abochornado por hacerlas.
Aliados «distintos»
En una de estas «tareas» Kael, se vio de rostro con la muerte, pero por un golpe de suerte fue salvado por una naga, llamada Lady Vashj. Ésta ayudó a Kael y le propuso buscarles una fuente de energía a su gente, ya que tras la reciente destrucción de la fuente del Sol, estos necesitaban energía mágica de algún lado. Kael’thas prometió pensarlo.
Siguió realizando los encargos que les mandaba el general humano, en uno de estos se encontró con la naga, quien le volvió a proponer la oferta, en ese mismo momento llevaron las tropas de Garithos, quien mando encarcelar y ejecutar a todo el pueblo élfico.
Lady Vashj que sabía que su amigo se hallaba en problemas, atacó el complejo carcelero cuando llegó la noche. Tras un éxito rotundo, teletransportó a Kael a los restos de Draenor, donde su líder Illidan Tempestira le proporcionaría una nueva fuente de energía.
Aquí el heredero le expuso sus problemas al elfo de la noche, quien le enseñó técnicas viles de sustraer energía de seres para poder satisfacer la adicción.
Terrallende y Quel’thalas
Kael’thas envió varias de sus tropas a su tierra natal, en la que repartió cristales de magia vil, para que aprendiesen las nuevas técnicas de Illidan. En Quel’thalas se asentó el ojo derecho de Kael, el gran Magister Rommath que se encargó de seleccionar a Lor’themar como regente hasta que el príncipe volviese.
Durante la estancia de Kael’thas en Terrallende su lealtad a Illidan fue disminuyendo hasta que se tornó inexistente. Kael’thas fue perdiendo su estabilidad psíquica, y en vez de hacer cosas por su gente como el solía decir, lo hacía más que nada para acaparar más poder mágico y físico. A tal punto llegó su locura que atacó el Castillo de la Tempestad, una fortaleza Naaru, haciendo que los Draeneis se exiliasen en un ala de esta nave llamado «Exodar» y atrapando a un ser de infinita pureza llamado M’uru.
Cuando capturó al pobre Naaru, lo llevó a la plaza del Errante en Lunargenta, donde la compañía de Sangre le extraía su energía vital hasta casi su extenuación. Obtener energía de tan puro ser no sólo daba energía, también se dice que en las mentes de los que practicaban dichos actos, escuchaban el sonido de cristales rotos hora tras hora.
El pueblo Sin’dorei estuvo engañado por este líder, creyeron que sus intenciones eran justas.
Buscando ayuda, el último suspiro
Cuando los Elfos de Sangre se unieron a la Horda por pura necesidad algunos aventureros de esta raza consiguieron viajar a Terrallende para buscar a su líder. Cual fue su sorpresa cuando vieron en la misma ciudad de Shattrath que muchos de los suyos se habían unido a las tropas de los Naaru, viendo la pureza de tales seres.
Cuando acabaron descubriendo todas las atrocidades que realizó su «líder» bajo el tabardo de la Nueva Quel’thalas fue el resorte que provocó que Horda y Alianza se uniesen para acabar con él y con todo su séquito de devastadores.
Los héroes de Azeroth se enfrentaron a él en el Castillo de la Tempestad donde se cantó victoria antes de lo debido y este se pudo recuperar de su «muerte». Tras su recuperación, el Rey Sol, estableció su bastión en el Bancal del Magister, Península de Quel’danas (Donde se encontraba la Fuente del Sol).
Los últimos planes de Kael se trataban de invocar a Kil´jaeden en la misma Fuente del Sol, pero por suerte los mismos héroes de Azeroth que lo “mataron” en el Castillo de la Tempestad lograron acabar definitivamente con su vida antes de que llegase a realizar más daño.