El general Turalyon es un paladín bastante conocido entre los miembros de la alianza que sirvió durante la Segunda Guerra como lugarteniente de Anduin Lothar, el León de Azeroth. Durante el asalto a la Cumbre de Roca Negra, Lothar cayó en combate frente a Orgrim Martillo Maldito. Poco después, Turalyon recogió su espada; convirtiéndose así en el Comandante de las Fuerzas de la Alianza. Por otro lado, Alleria es la mayor de las hermanas Brisaveloz, quienes ayudaron a proteger su patria, Quel’Thalas y el reino humano de los orcos durante la Segunda Guerra. Cuando la Horda invadió Lordaeron, Anduin Lothar reclamó a la dinastía de los Caminantes del Sol su ayuda debido a una deuda que tenían con los Arathi.
Turalyon fue uno de los 5 fundadores de la Mano de Plata y por tanto uno de los 5 primeros paladines humanos de Azeroth. Los otros 4 fueron Uther el Iluminado, Gavinrad el Terrible, Saidan Dathrohan y Tirion Vadín, siendo éste el más joven de ellos. Poco después de haberse fundado la orden, se le encomendó una misión: tenía que ayudar a Lord Anduin Lothar y a Khadgar en la defensa de las tierras de Lordaeron ante los numerosos ataques de los orcos, que estaban comenzando a masacrar a los humanos y a apropiarse de sus tierras.
A Turalyon se le puso a cargo de la mitad de las fuerzas terrestres de la Alianza, aunque al principio estaba algo inseguro de su labor y dudaba que la hiciese bien, con el tiempo y la ayuda de Alleria Brisaveloz, fue ganando confianza en sí mismo. Ésta, fue enviada para ayudar a los humanos para cumplir una deuda que los Caminantes del Sol tenían sobre ellos y de Khadgar. Durante la Segunda Guerra se fue acercando más y más a la elfa que le había estado apoyando durante tanto tiempo y se enamoraron, y pasado un tiempo, nació su hijo Arator.
Comienzo de la Segunda Guerra
Combatieron junto a Lothar en los ataques de la Horda a Trabalomas. Forzaron a la Horda a retirarse y la siguieron al paso entre las montañas que llevaba al Pico Nidal, el hogar de los enanos Martillo Salvaje.
Sin embargo, los orcos no buscaban destruirlo sino distraer a los humanos mientras la mayoría de su ejército marchaba hacia Quel’Thalas, el hogar de los elfos nobles. Desde el lugar en el que estaba la mayoría de las fuerzas orcas, podían escoger entre destruir la nación humana de Stromgarde o atacar Lunargenta. Anduin Lothar decidió enviar a Turalyon, Khadgar y Alleria hacia el norte, para impedir el ataque hacia Quel’Thalas.
Turalyon y Alleria dirigieron sus fuerzas hacia allí, pero era demasiado tarde. La Horda había diezmado a las personas que vivían en Stratholme y la Mano de Tyr, uno de los bastiones de la Mano de Plata, y seguían avanzando hacia los elfos cada vez más y más deprisa, llegando a quemar una parte importante de sus bosques, sin embargo, tras una gran batalla entre humanos y orcos, estos últimos fueron destruidos y Lunargenta salvada. Alleria estaba destrozada mentalmente, pues había perdido a muchas de las personas que amaba a causa de los orcos y fue a pedir ayuda a sus compatriotas elfos para que no volviese a suceder nada así y que se uniesen a la Alianza.
La muerte de Anduin Lothar
Partieron hacia la capital de su reino, los orcos la estaban atacando. Tuvieron la suerte de llegar justo a tiempo para impedir que fue destruida también por Martillo Maldito y sus tropas, pero poco después, se trasladaron hacia Forjaz y consiguieron de nuevo, que los orcos se retiraran de la batalla y los llevaron hacía uno de sus cuarteles, la Cumbre de Roca Negra.
Allí se produjo una batalla entre ambas razas: orcos y humanos. Su mentor y comandante de la Alianza, Anduin Lothar, se enfrentaba al líder orco, Orgrim Martillo Maldito, aunque Lothar tenía mucha experiencia en los campos de batalla y era un veterano murió ante el orco. Turalyon se acercó tembloroso al cuerpo de su líder, llorando, vio como el orco reía y clamaba victoria. Pero tras superar el dolor, cogió la espada rota del León de Azeroth y reunió a sus hombres mientras gritaba: “Por sir Lothar” desmoralizando a los orcos.
Ese noble acto había cambiado las tornas de la batalla y ahora eran los humanos los que estaban ganando. Turalyon se enfrentó en combate a Martillo Maldito y le venció, pero finalmente y tras mucho pensárselo le perdonó la vida a pesar de que hubiese matado a su amigo. La Horda retrocedió hasta su último bastión en Azeroth, el Portal Oscuro. La Alianza atacó con ferocidad a los orcos y éstos se vieron obligados a retirarse por él. Tras la huida de los orcos por el portal, Khadgar lo cerró.
Expedición a Draenor
Unos años más tarde de la Segunda Guerra, el rey Terenas Menethil II les convenció a ellos y a unos pocos más de que reabriesen el portal hacía Draenor y a Turalyon le ofreció ser el Alto General de la expedición, conocida esta como los Hijos de Lothar. Allí, supo que los orcos estaban intentando abrir varios portales más que les permitirían invadir otros mundos. Tras su llegada, sitió la Ciudadela del Fuego Infernal. Sin embargo, Ner’zhul había escapado.
Tuvieron que dividirse en dos, Khadgar, Alleria y Turalyon fueron tras Alamuerte, que tenía en posesión la Calavera de Gul’dan, un artefacto necesario para cerrar los portales. Danath Aterratrols, los guardabosques de Alleria y los enanos de Kurdran Martillo Salvaje fueron tras Ner’zhul.
Mientras estaban persiguiendo, conocieron una tribu formada por ogros y gronns, y les suplicaron ayuda en su búsqueda de Alamuerte. Tras una batalla contra el Vuelo Negro, recuperaron la Calavera y se reunieron con el resto de sus tropas frente al Templo Oscuro.
A pesar de sus esfuerzos por encontrar a Ner’zhul no pudieron encontrarle debido a que abría y cerraba portales constantemente. La energía que se estaba produciendo cuando se creaba un portal nuevo empezaba a desgarrar Draenor, destruyendo el planeta poco a poco. Para evitar que la destrucción afectase a Azeroth también, los Hijos de Lothar cerraron el Portal Oscuro.
Se vieron atrapados en el planeta por lo que decidieron escapar por los numerosos portales que había abierto el chamán orco. Tras unos años la mayoría de ellos lograron regresar, sin embargo Turalyon y Alleria siguen atrapados en otro lugar.
Para honrar la heroicidad y las hazañas de esta pareja, se les construyó una estatua en el Valle de los Héroes de Ventormenta a cada uno, en la que rezan las siguientes cosas:
General Turalyon
- Antiguo teniente de Lord Anduin Lothar. Caballero de la orden de la Mano de Plata. Alto general de la Expedición de la Alianza que marchó hacia Draenor, tierra de orcos. Presuntamente fallecido.
- Esarus thar no’Darador’ – Servimos por la sangre y el honor. Viejo amigo, fuiste la mano derecha de la justicia y la virtud. Honraremos tu nombre en nuestras salas… por siempre.
- – Lord Uther el Iluminado, Caballero de la orden de la Mano de Plata
Capitán forestal Alleria Brisaveloz
- Afamada Cazatroles de Quel’Thalas. Jefa de exploradores y agente de inteligencia para la Expedición de la Alianza que marchó hacia Draenor, tierra de orcos. Presuntamente fallecida.
- Querida hermana, tu corazón atravesó el viento cual hiriente flecha. Fuiste la más brillante de nuestra Orden, la más amada entre nosotros.
- – Sylvanas Brisaveloz – General forestal de Quel’Thalas
Se sabe que siguen vivos en algún lugar y que algún día volveremos a verlos, por eso os quiero preguntar: ¿Dónde creéis que estarán? ¿Cuándo vuelvan qué nos contarán? ¿Qué implicación pensáis que tendrán en la historia de Azeroth?