in

Biografías de 11 Personajes de Warcraft actualizados

La sección de juegos del blog oficial de Warcraft ha recibido, en su apartado de Personajes de Warcraft, una gran actualización con 11 nuevas biografías de grandes Personajes del juego y ya suman un total de 27 biografías para que podamos disfrutar de, al menos, una breve información para conocerlos.

Hemos recopilado aquí las 11 nuevas biografías y podrás encontrar más información, imágenes y aspecto visual en la fuente de los artículos pulsando en los enlaces de cada uno de los Personajes.

Aquí os dejamos en sí las nuevas biografías recopiladas pero recomendamos acceder a la fuente original para ver imágenes y más datos relacionados con estos Personajes.

Fuente

Gul'dan
Rexxar
Taran Zhu
Uther
Li Li
Shaohao
Tyrande
Valeera
Malfurion
Dezco Caminasol
Vereesa

Cuando traicionó a su gente a cambio de poder demoníaco, Gul’dan profanó el alma misma de los orcos.

Nacido en Draenor, mundo natal de los orcos, Gul’dan fue un chamán hasta que ayudó a su mentor, Ner’zhul a pactar una alianza entre los orcos y el señor demoníaco Kil’jaeden. Ner’zhul buscó socavar dicha alianza cuando se enteró de que ésta convertiría a su gente en esclavos de los demonios, no obstante, Gul’dan lo traicionó y tomó su lugar antes de que pudiera hacer algo al respecto. Gul’dan se convirtió en el primer brujo y en el líder del Consejo de la Sombra, un conciliábulo de ingeniosos orcos que servían en secreto a la Legión Ardiente desde el interior de su sociedad. Los actos de Gul’dan resultarían en la corrupción de la Horda, pues engañó a varios líderes de los distintos clanes para que bebieran la sangre de Mannoroth, sometiéndolos a la voluntad de la Legión.

Con un ejército de orcos unificado, Gul’dan, sin motivo alguno, atacó Shattrath, la ciudad capital de los draenei, dejándola en ruinas. Sin embargo, aunque los orcos siguieron las órdenes de Kil’jaeden, éste los abandonó a su suerte en un mundo que pronto se convirtió en un páramo debido al uso de magia vil.

Gul’dan vio un nuevo destino para la Horda después de ser contactado por Medivh, el corrupto hechicero humano. Al brujo orco le fue prometido poder infinito si conquistaba Azeroth y recuperaba el cuerpo del titán caído Sargeras. El Consejo de la Sombra construyó y abrió un Portal Oscuro con ayuda de Medivh y los orcos saquearon los Reinos del Este hasta llegar a la ciudad de Ventormenta. Con la victoria en las manos, Gul’dan decidió que ya no quería esperar a que Medivh le revelara la ubicación de la tumba de Sargeras. El brujo escudriñaba las profundidades de la mente de Medivh cuando el hechicero fue asesinado y Gul’dan terminó en coma. Cuando despertó, la mayoría de sus seguidores habían muerto y la Horda se encontraba bajo las órdenes de Orgrim Martillo Maldito.

Gul’dan juró lealtad al nuevo jefe de guerra y creó un ejército de no-muertos, los temibles Caballeros de la Muerte, empleando los cadáveres de los héroes caídos de Ventormenta. Sin embargo, cuando la Horda de Martillo Maldito necesitó la ayuda de Gul’dan durante la Segunda Guerra, éste y algunos de sus clanes lo abandonaron para ir en busca de la Tumba de Sargeras. Ahí descubrió la terrible verdad. Sargeras no tenía la intención de concederle poder alguno y Gul’dan, cuyo cráneo se convirtió en un foco de poder demoníaco, fue despedazado por los sanguinarios demonios que habitaban la tumba.

Pese a su patrimonio escindido, Rexxar es un veterano de la Horda que jugó un papel clave en la fundación de Orgrimmar, ciudad capital de los orcos.

Uno de los más grandes héroes de la Horda fue el fruto de una unión poco usual entre orco y ogro. Criado por el clan Mok’nathal en Draenor, el tamaño y fuerza de Rexxar fueron invaluables para la Horda en la invasión a Azeroth durante la Primera Guerra pese a su patrimonio mestizo. No obstante, el derramamiento de sangre y las traiciones en su propia facción (aunado a la muerte de su lobo Haratha a manos de un brujo orco) disminuyó los deseos de Rexxar de luchar por la Horda y se marchó para andar por su cuenta. Rexxar se internó en Azeroth con sus nuevos compañeros, incluyendo al oso Misha, con la certeza de que se sentía más cómodo en las tierras salvajes que en el mundo “civilizado”.

Durante la Tercera Guerra, mientras cruzaba los Baldíos de Kalimdor, Rexxar se topó con Morgrin, un guerrero orco que fue derrotado por los jabaespín, y aceptó llevar un mensaje al nuevo jefe de guerra de la Horda. Así, Rexxar se dirigió a la recién construida ciudad de Orgrimmar, donde conoció a Thrall. Éste le enseñó como se comportaba la Horda reformada. Impresionado, Rexxar decidió luchar en compañía de Rokhan, el explorador trol, y Chen Cerveza de Trueno para proteger Orgrimmar de los ataques del almirante general Daelin Valiente. Daelin ignoró las súplicas de su hija Jaina y atacó a la Horda, considerándoles menos que monstruos. Rexxar dirigió el contraataque, en el transcurso del cual murió el almirante general. Con Orgrimmar establecida, el recién nombrado Campeón de la Horda regresó a su hogar en Terrallende, los restos del mundo de Draenor. Rexxar siempre está listo para servir a la nueva Horda —su gente— una vez más.

Como líder de los Shado-Pan, Taran Zhu protege a los pandaren de peligros internos y externos.

Durante miles de años, Pandaria se vio aislada de los conflictos y problemas que asolaron Azeroth. Sin embargo, eso no significaba que sus habitantes vivían libres de peligro. Los mántides surgían en un gran enjambre cada siglo y las emociones sin control eran capaces de invocar a peligrosos espíritus conocidos como el sha. La única defensa contra tales amenazas eran los Shado-Pan, la misteriosa orden que protegía al continente a través de vigilia eterna. Su líder, Taran Zhu, dedicó su existencia a eliminar todo aquello que pusiera en riesgo el balance en Pandaria, pero nunca imaginó que la Horda y la Alianza traerían la guerra a sus costas al disiparse la niebla. Zhu advirtió a los extranjeros del peligro que su conflicto podía materializar en la isla… y sus sospechas resultaron ciertas cuando el sha hizo acto de presencia a causa de la violenta lucha entre ambas facciones.

No obstante, los miembros de dichas facciones se apresuraron a ayudar a Zhu cuando el señor de los Shado-Pan fue influenciado por el Sha del Odio. Renovado, Zhu terminó aceptando de mala gana (e incluso dando la bienvenida) a los campeones de ambas facciones, uniéndose a ellos para enfrentar al Rey del Trueno y al jefe de guerra Garrosh Grito Infernal, cuyas ambiciones devastaron el preciado Valle de la Flor Eterna. La dedicación de Zhu y sus discípulos a su tierra natal es firme, pero aún está por verse si defenderán también el mundo que se extiende más allá de la niebla.

El sobrenombre “Iluminado” no es fácil de obtener, ni de conservar de manera póstuma. La leyenda del noble Uther guía a la Alianza aún años después de su deceso.

Muchos seguidores devotos de la Luz fueron asesinados durante la Primera Guerra, pues no estaban preparados para la brutalidad de la lucha contra la Horda. El líder de los Clérigos de Villanorte, Alonsus Faol, creía que la Luz podía proteger a los fieles y devotos, así que comenzó a entrenar a los caballeros más virtuosos de Lordaeron para que fueran capaces de esgrimir el poder de la Luz en batalla.

El primer caballero en ser nombrado paladín fue Uther, quién ayudó a fundar la orden de Caballeros de la Mano de Plata junto con el arzobispo Faol, y se convirtió en leyenda. Al comenzar la Segunda Guerra, Uther y Turalyon —su hermano de armas— lucharon para rechazar las tropas de Orgrim Martillo Maldito y posteriormente dirigir a la Alianza en un exitoso ataque contra el Portal Oscuro. Después de la derrota de la Horda, Uther ayudó a reconstruir la ciudad de Ventormenta y cuidó tanto de enfermos como heridos.

Uther permaneció varios años en un rol de liderazgo en la Orden de la Mano de Plata y eventualmente tomó al príncipe Arthas Menethil como aprendiz. El par forjó una relación cercana de maestro/estudiante y se dedicaron a impartir justicia en el reino… hasta que la Plaga cayó sobre Lordaeron. La creciente ira ante la diseminación de la peste de no muerte condujo a Arthas a realizar actos terribles, como la masacre en Stratholme, y su sed de venganza lo llevó a la locura. Después de que el príncipe se convirtió en campeón del Rey Exánime y asesinó a su propio padre, Uther decidió vigilar personalmente la urna que albergaba los restos del rey. Arthas y Uther se enfrentaron en Andorhal; cuando terminó la batalla, el legendario paladín yacía muerto.

En la actualidad, los seguidores de la Luz honran a Uther en la catedral de Ventormenta, donde fue edificada una estatua del venerado paladín. Un puñado de fieles viajan hasta su tumba en las Tierras de la Peste del Oeste, donde la memoria del Iluminado es un fulgor eterno en un área repleta de muerte.

Una errante bravucona con entusiasmo por la vida y un largo historial de problemas. Li Li Cerveza de Trueno no sabe negarse al llamado de la aventura.

Como miembro de la ilustre familia Cerveza de Trueno, Li Li parece tener las mismas ansias de ver el mundo que sintió el tío Chen durante su juventud… sólo que más intensas. Su obsesión con los viajes y la exploración la llevó a meterse en líos a lo largo y ancho de la Isla Errante —su hogar en el lomo de la gran Tortuga Shen-zin Su— mientras crecía bajo la tutela del artemarcialista y geomaestro Strongbo. Bo consideraba que la fiera joven Cerveza de Trueno era tan irritante como entusiasta pero, cuando ésta dejó la Isla en busca de su tío Chen, juró a regañadientes que la protegería pese a que el plan original era llevarla de vuelta a casa (por la fuerza de ser necesario).

Las historias de los viajes de Li Li por Kalimdor y más allá han sido recopiladas en diversos volúmenes, algunos escritos por ella misma. Sin embargo, lo más fructífero de sus travesías fue recuperar la Perla de Pandaria, artefacto que impulsó a Chen Cerveza de Trueno a regresar. Después de reunirse una vez más con su tío Chen, Li Li tiene la oportunidad de explorar Pandaria por primera vez, aunque, en ocasiones, otros pandaren encuentran molesta su actitud. Hay quienes le apodan “Can Salvaje”, un término despectivo para nombrar a los pandaren que provienen de la Isla Errante.

El emperador de la ancestral Pandaria se sacrificó con el fin de obtener sabiduría para gobernar y sacrificó su gobierno por el bien de todos.

Shaohao nació hace miles de años, aún antes del Hendimiento, y su periodo como emperador de Pandaria parecía prometedor… pero no por las razones que él soñaba. El joven y devoto Shaohao comenzó su reinado como todos los emperadores, consultando a un venerable orador de agua Jinyu para conocer su futuro. El orador vio que se aproximaba tragedia y destrucción, fuego verde llovía del cielo y el caos arrasaba la tierra. Decidido a impedir que la ruina llegara a su imperio, Shaohao juró sobreponerse a sus debilidades y buscó el consejo de Yu’lon, el Dragón de Jade y Celestial de la Sabiduría.

No es sencillo dominarse a sí mismo. El viaje de Shaohao lo condujo directo al peligro y sus cargas sólo se tornaron más pesadas. El Sha, encarnación de la oscuridad, surgió a partir de todas sus emociones negativas: duda, desesperación, miedo, ira, odio y violencia. Una por una conquistó todas sus emociones hasta que sólo quedó el orgullo. Sin embargo, no había tiempo para erradicar su última debilidad.

La tierra se cimbró con la violencia del Hendimiento y el reino se encontraba al borde de la aniquilación. Cuando las ciudades pandaren parecían estar destinadas a caer, Shaohao apareció ante su gente, exhortándoles a que tuvieran valor. Durante sus viajes, el emperador aprendió que sobreponerse a sus debilidades no significaba fuerza física o habilidad perfecta en asuntos de estado, sino anteponer la santidad de Pandaria a su propia seguridad para proteger a su gente.

Aunque Shaohao parecía haberse ido, hay quienes dicen que aún es posible sentir la presencia del último emperador, en especial cuando uno sigue sus huellas por las colinas de la Cima Kun-Lai.

Cazadora inigualable y elegida de la diosa Elune, Tyrande ha dirigido los esfuerzos bélicos de los elfos de la noche a través de las eras.

Tyrande nació hace miles de años y creció en compañía de Malfurion e Illidan Tempestira. Ella respondió al llamado de las Hermanas de Elune, seguidoras de la Diosa de la Luna de los elfos de la noche, y se convirtió en una sacerdotisa novicia mientras los hermanos Tempestira siguieron caminos distintos. Sus destinos confluyeron una vez más cuando la Legión Ardiente llegó a Azeroth.

La sacerdotisa y Malfurion se convirtieron en amigos cercanos y lucharon juntos contra los invasores, pero Illidan siguió una senda más oscura ya que fingió lealtad a la Legión Ardiente y terminó por sucumbir a las tentaciones de poder. Después de la derrota de la Legión y el Hendimiento, Tyrande y Malfurion ayudaron a reconstruir la sociedad de los elfos, en tanto que Illidan fue encerrado debajo del Monte Hyjal.

Sin embargo, la pareja no permaneció junta por mucho. Poco después de que los elfos de la noche se asentaron cerca del Monte Hyjal, Malfurion y los otros druidas tuvieron que dirigirse al Sueño Esmeralda. Mientras Malfurion dormía, Tyrande se encargó de dirigir a su gente y creó las Centinelas —el ejército de los elfos de la noche— para salvaguardar sus tierras y a sus aliados.

Durante la Tercera Guerra, Tyrande envió a sus Centinelas a detener los avances de la Horda en Kalimdor, pero terminó aliándose con ellos para enfrentar a los ejércitos de la Legión Ardiente. Esto la obligó también a despertar a los druidas, incluyendo a Malfurion, del Sueño Esmeralda. Su tiempo juntos se vió truncado cuando Malfurion sufrió la corrupción del Sueño, no obstante, Tyrande se reunió una vez más con su amado para poner fin a la amenaza. Posteriormente, regresaron a Azeroth, donde se dedicaron a proteger a su gente (y a las demás razas de la Alianza) de la destrucción causada por Alamuerte, así como de los terribles actos que Garrosh Grito Infernal perpetró en Kalimdor.

Aunque se niega a tomar partido en la guerra entre la Horda y la Alianza, esta elfa de sangre ha salvado la vida del rey de Ventormenta más de una vez.

Valeera Sanguinar tuvo la fortuna de sobrevivir la incursión de bandidos que segó la vida de su familia, pero se quedó desamparada pues la Plaga de no-muertos devastó Quel’Thalas, la capital de los elfos. La joven elfa de sangre se dedicó a sobrevivir hasta que fue arrestada por hurto y vendida como esclava a Rehgar Furia Terrenal, quien la puso a trabajar de gladiador junto con Broll Manto de Oso —un druida elfo de la noche— y el orco Ojo Sangriento del Puño Carmesí. Cuando Puño Carmesí cayó en batalla, Valeera y Broll terminaron luchando en compañía de un guerrero humano que sufría de amnesia y que más adelante sería conocido como Lo’Gosh, el “Lobo Fantasma”.

Los tres gladiadores descubrieron rápidamente que Lo’Gosh era Varian Wrynn, el rey desaparecido de Ventormenta, y se embarcaron en un viaje para restaurar su memoria y su trono, lo que los conduciría a enfrentar a la dragona negra Onyxia, quien controlaba en secreto el reino humano. Durante la expedición, un asesino colocó una marca demoníaca en Valeera, dejándola poseída y vulnerable a la influencia de un poderoso demonio.

La posesión amplificó la adicción racial de Valeera a la magia, pero la elfa logró expulsar al demonio con la ayuda del mago no-muerto Meryl Felstorm y Aegwynn, la otrora Guardiana de Tirisfal, una maga que tenía el poder para proteger a Azeroth de la Legión Ardiente. Al recuperar su corona, el rey Varian le ofreció el puesto de consejera en Ventormenta y Valeera aceptó, con una condición: ella no extiende su lealtad a la Alianza, sino a Varian Wrynn y a su hijo Anduin.

Las bendiciones de Cenarius, señor de los bosques, han convertido a Malfurion Tempestira en la epítome de lo que significa ser un druida.

Bajo la guía de Cenarius, semidios de la naturaleza y patrono de los druidas, el venerable Malfurion Tempestira ha protegido a los elfos de la noche de los invasores demoníacos por milenios. Durante la Guerra de los Ancestros, Malfurion, junto con su hermano Illidan y su futura esposa Tyrande Susurravientos, figuraba entre aquellos que se interponían entre la Legión Ardiente y la destrucción de todo Azeroth. Después de la victoria contra los demonios, Malfurion ayudó a los elfos de la noche a dejar atrás la destrucción causada por la Legión y a establecerse en un nuevo hogar cerca del Monte Hyjal; donde podrían vigilar el desarrollo de Nordrassil, el Árbol del Mundo. Ysera, el Aspecto de los Sueños, vinculó Nordrassil al Sueño Esmeralda —una representación de Azeroth sin guerra ni interferencia de los mortales— y concedió acceso a este reino a todos los druidas, incluyendo a Malfurion. Tanto él como los demás exploraron el Sueño durante centurias.

Tyrande despertó a Malfurion durante la Tercera Guerra para enfrentar a la Legión una vez más. Al regresar a su sueño, Malfurion luchó contra su némesis, el sátiro Xavius, quien intentaba corromper el Sueño Esmeralda desde el interior. Cuando Alamuerte hendió el mundo e incitó la furia de los elementales durante el Cataclismo, Malfurion dejó Darnassus y reunió a los druidas para detener la invasión encabezada por el implacable Señor del Fuego Ragnaros; salvando Azeroth una vez más. Al caer el Destructor, Malfurion finalmente se reunió con Tyrande para apoyar los esfuerzos de la Alianza.

Dezco, jefe de la tribu Cazador de Alba, es uno de los Caminasol más prominentes: tauren que veneran a An’she —el sol— y obtienen poder de su luz.

Después del Cataclismo, Dezco, Leza —su esposa embarazada— y otros miembros de la tribu presenciaron la visión de una exuberante y pacífica tierra oculta en aguas inexploradas. La tribu Cazador de Alba sufrió terribles tragedias durante la travesía: perdieron barcos en alta mar, miembros de la tribu perecieron a causa de ataques mogu y la esposa de Dezco murió al dar a luz a gemelos. Sin embargo, gracias a un campeón de la Horda, los pequeñines sobrevivieron su peligrosa estadía en la Espesura Krasarang. El Caminasol Dezco continuó la marcha, dirigiendo a su tribu hasta las puertas del Valle de la Flor Eterna, sitio que le mostraron las visiones. Después de convencer, con ayuda de Anduin Wrynn, a los Celestiales Augustos de permitir el acceso a extranjeros a ese sitio sagrado, la tribu Cazador de Alba se estableció en el Santuario de las Dos Lunas y su gente se dedicó a defender el valle de los embates mogu.

Más adelante, Chi-Ji —la Grulla Roja— Celestial de la Esperanza, informó al Caminasol Dezco que uno de sus hijos estaba destinado a unirse al Loto Dorado, los protectores del valle. Sorprendido por las nuevas, y no dispuesto a permitir que uno de sus hijos creciera lejos de su herencia tauren, Dezco decidió regresar a Mulgore. Mientras cruzaban el valle, Dezco y un grupo de refugiados fueron atacados por los mogu. Al concluir la batalla, y pese a los esfuerzos del Caminasol, uno de sus hijos yacía muerto y el otro moribundo a causa del veneno mogu. Mokimo, un miembro del Loto Dorado, invocó el poder curativo de las aguas del valle para salvar al pequeño tauren. Dezco concluyó que un lugar tan maravilloso necesitaba y merecía toda la protección que él pudiese brindar, así que aceptó que su hijo creciera bajo la tutela del Loto Dorado para convertirse en un guardián del sagrado valle.

El Caminasol Dezco sigue defendiendo este sitio, y a toda Pandaria, de cualquiera que tenga intenciones de dañarlo.

Heroína de la devastada Quel’Thalas, Vereesa es enemiga jurada de la Horda que destruyó su vida.

Vereesa, la hermana pequeña de Alleria y Sylvanas Brisaveloz, se convirtió en forestal al servicio de la Ciudad de Lunargenta, lo que la llevó por una senda que generaría multitud de tragedias —la muerte de casi toda su familia a manos de invasores orcos, la devastación de su tierra natal, Quel’Thalas, por la Plaga de no-muertos y la transformación de su hermana Sylvanas en una pesadillezca banshee— y logros: como la destrucción del Alma Demoníaca y su eventual matrimonio con el mago humano Rhonin, con quien tendría dos hijos.

Al trasladarse con su familia a la mágica ciudad de Dalaran, Vereesa creó el Pacto de Plata, una facción de elfos militantes que rechazan la presencia de elfos de sangre entre las filas del Kirin Tor. Cuando un ataque orquestado por el jefe de guerra Garrosh Grito Infernal arrasó la ciudad de Theramore y mató a Rhonin, Vereesa ayudó a Jaina Valiente a movilizar la Ofensiva del Kirin Tor, un grupo militar constituido por magos de guerra y guerreros, para apoyar a la Alianza y detener los avances de la Horda en Pandaria. Vereesa y sus tropas ayudaron a expulsar de Dalaran a los magos de la Horda, dejando la ciudad, largamente imparcial, firmemente alineada con la Alianza. Como General Forestal del Pacto de Plata, la descendiente más joven de la familia Brisaveloz se encuentra en una posición desde la que puede prevenir tragedias futuras, si es que eso aún es posible.

 

 

Written by Epsilon

One Comment

Leave a Reply

Deja una respuesta

Primeras imágenes tras la Blizzcon de Warlords of Draenor

¡Dark Legacy Comics en español! EP #61-65