Blosc
Aviso de Spoilers
Como ya señalamos en el primer capítulo de esta serie dedicada exclusivamente al Lore de la zona Cresta Fuego Glacial, hemos dividido la historia en 4 partes. La primera hacía referencia a nuestra llegada y al establecimiento de una Ciudadela que ha de servir como base principal de todas nuestras operaciones en Draenor.
Ahora es el turno de estrechar relaciones con el único aliado que encontraremos en el territorio: el clan Lobo Gélido. Ya anteriormente habíamos tenido contacto con su chamán, Drek’thar, y más recientemente con su líder, Durotan. Es el momento de presentarnos ante el resto del clan como amigos y ayudarles a prosperar en este territorio tan hostil a cualquier tipo de vida.
La Ciudadela Machacasangre
Una vez nos hemos ocupado de los asuntos más urgentes que atañen a la Ciudadela, ha llegado el momento de reunirse con el clan Lobo Gélido. Durotan nos guía hasta allí volando y Thrall nos acompaña. De camino hacia Wor’gol, el nombre que recibe su poblado principal, Thrall no puede ignorar una gran construcción en piedra, algo inusual para los habitantes de Draenor y menos aún de esas dimensiones. Durotan explica que se trata de la fortaleza de los ogros del clan Machacasangre; empezó siendo un simple puesto de avanzada, pero el continuo trabajo de los ogros lo ha terminado convirtiendo en una enorme fortaleza de piedra. Se trata, sin lugar a dudas, de la amenaza más grande a la que se enfrentan los Lobo Gélido desde hace ya bastante tiempo, debido a la proximidad con Wor’gol.
Si recordamos la Burning Crusade, los ogros Machacasangre son uno de los tres clanes más importantes que habitaban la zona más sur de las Montañas Filoespada. Eran los mejores cerveceros entre la raza ogra, su fama alcanzaba a los vecinos clanes Aguja del Filo y Mazo de Guerra; su bebida podía dejar fuera de combate hasta al más grande de los ogros. Filoespada, en el nuevo Draenor, queda justo al lado de Cresta Fuego Glacial, por lo que no es extraño encontrarlos aquí. Quizá este fue siempre su hogar, que se perdió después del cataclismo.
Nada más llegar a Wor’gol, una partida de orcos parten hacia la fortaleza ogra montados en sus fieles lobos con intención de atacar. Los guía Ga’nar, el hermano menor de Durotan. El jefe Lobo Gélido define a su hermano como un gran guerrero, pero ciego en estrategia; sin embargo, es su hermano y teme por él. Ga’nar es, junto con Drek’thar, uno de los orcos que liberamos durante nuestros primeros minutos en Draenor, pero al contrario que el chamán, sigue desconfiando de nosotros.
El ataque premeditado de Ga’nar no cambia nada: de todas formas, el ataque a la Ciudadela Machacasangre iba a producirse en cualquier momento. El problema es que se ha llevado consigo a los mejores soldados y que se ha lanzado sin esperar a que se reuniera todo el clan. Draka, la mujer de Durotan (y, por tanto, madre de Thrall) usa el enorme cuerno para advertir a todo el mundo de que el momento ha llegado. Las tropas se reúnen y empieza el verdadero asalto.
Durotan nos deja el honor de ser los primeros en derramar la sangre del enemigo. Antes de que se den cuenta, los Ogros han perdido el puesto de vigilancia al otro extremo del puente que conecta con la ciudadela. No hay señales de Ga’nar pero el ataque no puede esperar. Esta vez los ogros son conscientes que están bajo asedio y empiezan a salir en gran número. La intervención de Thrall, llamando a los espíritus de Draenor, es más que suficiente para encargarse de todos ellos, pero se queda muy debilitado al no ser igual su magia aquí que en Azeroth. Los espíritus no responden igual a su llamada y Thrall no les entiende de la misma forma, aunque sí es capaz de sentirlos.
Una vez aseguradas las plantas central y superior, llega el turno de matar al líder ogro. Ga’nar, al que todavía no hemos visto durante la batalla, ha ido a su encuentro solo. Mientras él se ocupa de los guardias que deberían proteger al cabecilla ogro, nosotros accedemos por otro camino y aparecemos detrás del objetivo, matándolo lejos de sus guardias. Ga’nar muestra una gran habilidad al deshacerse de todos sin morir en el intento. Durotan aparece poco después y, delante del argumento de su hermano de continuar el ataque y asegurar toda la zona que rodea la Ciudadela, el líder de los Lobo Gélido ordena el fin del asalto: es mejor asegurar lo obtenido antes de lanzarnos sin una estrategia clara. Ga’nar, pues, parte con sus más fieles, sin obedecer sus órdenes.
A continuación os dejamos la cinemática de la parte final del asalto a la fortaleza, en la que subimos por un camino alternativo a por el líder ogro.
Puede que la fortaleza haya sido tomada con éxito y sea ahora un fuerte al servicio de los Lobo Gélido, pero los Ogros y sus misteriosos Ogron siguen controlando la parte inferior de la misma (las minas), y también ocupan la parte noroccidental. En las minas, por ejemplo, hay muchos hermanos Lobo Gélido capturados desde hace tiempo a los que hemos de liberar. No se puede negar, sin embargo, que ha sido una gran victoria para los Lobo Gélido y para nuestros planes de asentarnos en la Cresta. Los ogros no son un enemigo al que se pueda tomar a la ligera en ninguna circunstancia.
