in

Retratos de Azeroth: Thrall (Parte 2)

Hace poco vimos la juventud de Thrall como esclavo de Aedelas Lodonegro y a su misma vez su lucha hasta conseguir la liberación de su raza, ahora veremos a todos los retos a los que se tuvo que enfrentar siendo Jefe de Guerra cuando guió a su pueblo a Kalimdor para conseguirles una vida mejor.

Viaje a Kalimdor

Thrall y Grom siguieron juntos, manteniendo su amistad y luchando por su raza. Una noche Thrall tuvo un sueño, vio a dos ejércitos (Uno de la Horda y otro de la Alianza) enzarzándose en combate y justo entonces, unas llamas aparecían del cielo arrasando todo a su paso. Al igual que oyó a una voz de un humano que le decía que debía guiar a su gente hacia Kalimdor para combatir a las sombras allí.

MedivhCuando se despertó del sueño, un profeta se le apareció y le dijo que le siguiese para tener mas respuestas, para saber la única manera de salvar a los orcos. Thrall le siguió y el humano le explicó que la única manera de salvar a su pueblo sería ir hacia Kalimdor y abandonar los Reinos del Este, pues esas tierras estaban ya perdidas. Así hizo Thrall y para comenzar, reunió a toda la Horda para comenzar los preparativos para ir al continente pero justo antes, los humanos secuestran a Grom. Thrall no podía dejar atrás a su amigo asíque con toda la Horda reunida, se dispuso a recuperarlo de los humanos y así fue. Iban a irse cuando Grom le dijo que sus captores disponían de una gran flota que les podría servir a los orcos para llegar a Kalimdor, asíque se la arrebataron a los humanos y emprendieron su viaje a Kalimdor.

Sin embargo, este viaje estaría lleno de peligros y no pasaría mucho tiempo hasta que se le presentasen los primeros. Durante la travesía, una feroz tormenta marítima les sorprendió y derribó sus barcos, convirtiéndolos en náufragos en unas islas cercanas a La Vorágine. Allí conocieron a los trols Lanzanegra y a su líder, Sen’jin. Este sabio trol les contó que habían estado teniendo problemas recientemente tanto con los humanos como con los múrlocs que había en la isla. Thrall decidió atacar primero a los humanos y así lo hizo, destruyó su ciudad y a su líder pero al hacer esto último la situación empeoró considerablemente. El líder de los humanos era un archimago que se dedicaba a mantener a raya a los murlocs de la isla para que no supusiesen una amenaza mayor y al morir éste, su control sobre las criaturas se desvaneció.

LanzanegraLo primero que hicieron los murlocs fue buscar unas sacrificios para su líder, una Bruja de Mar naga llamada Zar’jira, entre ellos estaba Thrall. Los murlocs lo cogieron prisionero junto a muchos más orcos y trols y se los llevaron a sus catacumbas. Sin embargo, las dotes chamanísticas del orco le permitieron escapar y sacar de sus jaulas al resto que habían capturado excepto a uno. Sen’jin, el líder de los Lanzanegra no lo consiguió y fue asesinado por la bruja naga justo antes de llegar Thrall

Al salir de las catacumbas, Zar’jira estaba furiosa pues habían matado a muchos de sus seguidores y destruido sus templos por lo que ordenó a sus fuerzas restantes que atacaran a la alianza formado por trols y orcos. Además de eso, la isla entró en erupción por lo que entraron en una carrera contrarreloj para reparar los barcos y escapar de allí. Tras mucho esfuerzo, lo consiguieron a pesar de que no consiguieron matarla, lograron mucho más ese día, pues el destino de los orcos y de los trols estaría ligado gracias a la Horda.

Los taurens y el Profeta

Pasaron unos días hasta que finalmente consiguieron llegar a Kalimdor. Sin embargo, sus barcos se habían dispersado por el camino y había algunos que habían encallado y que sus tripulantes se encontraban perdidos. Estaban en una tierra nueva, salvaje, plagada de enemigos y con los suyos desaparecidos por lo que Thrall se puso manos a la obra para encontrarlos lo antes posible. Recorrió toda la costa y se encontró a muchos de los suyos que a su misma vez le ayudaron a combatir contra los centauros que les atacaban constantemente. En una ocasión se encontraron con unos centauros que estaban atacando a una raza de «hombres toro», mas comúnmente conocidos como Tauren. Thrall fue corriendo para salvarles y su líder, Cairne Pezuña de Sangre le agradeció enormemente el gesto ofreciéndole su ayuda para que los orcos encontrasen su destino pero antes debían de salvar su poblado de un inminente ataque de los centauros. Fueron rápidamente allí y a pesar del gran número de éstos, los destrozaron a todos. 

CairneLos taurens ya no se sentían seguros viviendo allí por lo que Cairne decidió guiar a su pueblo hacia las verdes praderas de Mulgore. Thrall y él hicieron un cambio, si el orco ayudaba a Cairne a escoltar su caravana de kodos hasta Mulgore, Cairne le revelaría la ubicación del Profeta que había guiado a Thrall hacia esa nueva tierra. Ambos accedieron y la caravana llegó a su destino. El tauren le agradeció el gesto de amabilidad e hizo honor a su palabra, diciéndole que el profeta que buscaba estaba en la Cima del Espolón. Thrall se lo agradeció y le ofreció su ayuda siempre que lo necesitasen, y de esta manera, los tauren se unieron a la Horda. 

Cuando llegaron se encontraron con Grom enzarzándose en combate contra unos humanos que seguían las órdenes de Jaina Valiente. Thrall intentó detener a su amigo pero estaba demasiado obsesionado con masacrar a todos los humanos. Thrall decidió contratar a unos zepelines goblins para ayudarle a sortear el paso y salvar justo a tiempo a su amigo. Furioso por la manera de actuar de Grom, Thrall le ordenó quedarse en Vallefresno con el resto de las tropas ya que temía que su ansia de sangre les diese más problemas de los que les solucionase.

Conforme iban subiendo por la montaña, Thrall se percató de que necesitaba apoyo aéreo y Cairne le sugirió que tomase unos dracoleones que habitaban en la zona pero que estaban custodiados por arpías. Aunasí, las criaturas no les opusieron mucha resistencia a Thrall y cayeron con facilidad, proporcionándole así a la Horda las fuerzas que necesitaban. Con los dracoleones de su lado, atacaron a los humanos que custodiaban la entrada de la cueva del profeta y entraron en su interior. 

Una vez dentro, decidieron separar su fuerzas para explorarla mejor. Tras mucho rato de exploración, consiguieron abrir las compuertas que daban a la cámara principal de la cueva y por tanto al Profeta, pero su sorpresa fue mayúscula al encontrarse allí a Jaina Valiente, la líder de los humanos que les habían causado tantos problemas. Justo antes de entrar en combate, el Profeta apareció y les detuvo. Les suplico su ayuda para salvar el mundo, les habló de la corrupción de los orcos y del problema de Grom. Aún desconfiando un poco, Thrall aceptó pues sabía que quizás sería la única manera de salvar a su amigo.

 

Written by Valathard

One Comment

Leave a Reply

Deja una respuesta

Correcciones en vivo del Parche 6.1 – 4 Marzo

Cómic oficial gratuito: Sangre y Trueno