Malygos, conocido como el Tejehechizos, fue el Aspecto líder del Vuelo Azul y una de las criaturas más antiguas de Azeroth, siendo el mayor de los Dragones Aspecto. Norgannon, el titán maestro de la magia y guardián del conocimiento, otorgó a Malygos una porción de su poder, convirtiéndolo así en el guardián de la magia en Azeroth. Cuando los titanes partieron, Malygos era un leviatán de pequeñas alas. Su cuerpo, cubierto de cristalinas escamas azul celeste, brillaba de colores que variaban del azul al plateado.
Cuando volvió a gozar de lucidez tras la Guerra de los Ancestros, a algunos -particularmente del Vuelo Rojo e incluso del suyo- no les gustaba las ideas que tenía. Creyendo que los hechiceros de las razas mortales eran los responsables de cuanto acontecía en Azeroth, Malygos comenzó una guerra para purgar al mundo de ladrones de magia, incluyendo a los miembros del Kirin Tor de Dalaran. Percatándose de que la situación se había ido de las manos, Alexstrasza reunió al resto de vuelos del Acuerdo del Reposo del Dragón para detener la cruzada de Malygos. Tras los conflictos en el Nexo, los héroes que ayudaron al Acuerdo se adentraron en el santuario de Malygos y, con la ayuda del Vuelo Rojo, acabaron con él, poniendo así fin a la guerra y privando a la magia de su guardián en un momento crucial.
Orígenes
Malygos, además de ser el mayor de los cinco Dragones Aspecto, fue en su día uno de los protodracos más inteligentes de su especie e iba acompañado de otro protodraco violáceo, Tarys. Era también uno de los pocos protodracos con la capacidad de hablar.
Mientras iba de cacería por los parajes de Rasganorte, se encontró con una protodraco llamada Alexstrasza, quien buscaba a su hermano. Orgulloso de su inteligencia, Malygos aceptó ayudarla en su búsqueda, pero ambos fueron atacados por un salvaje protodracos gris, quien estaba aterrorizado por algo. Le ahuyentaron aunando fuerzas y prosiguieron su búsqueda. Alexstrasza y Malygos encontraron al hermano perdido, o lo que restaba de él. Sorprendentemente había fallecido de modo violento, algo inusual. Del macho anaranjado solo quedaba un amasijo de piel y huesos.
Más adelante, Malygos y una docena de protodracos de diversos colores partieron a cazar unos rumiantes parecidos a los caribúes. Vio cómo Alexstrasza ayudaba a su hermana pequeña de aspecto enfermizo y color amarillento, Ysera, ofreciéndole sus presas aunque ésta las rechazara. Malygos observó cómo otros protodracos luchaban entre sí hasta que se percató de uno en especial. Coros, un protodraco verde azulado, no apartaba la mirada de su congénere blanquiazul mientras devoraba a su presa. Malygos ponderaba la posibilidad de atacar a Coros cuando Ysera se le acercó, preguntando por su hermano. Alexstrasza intentó disuadir a su hermana de seguir preguntando cuando fueron interrumpidos por un gigantesco rugido. Galakrond, un protodraco de inmensas proporciones, surcó los cielos para arrebatarles a los protodracos sus presas. Cuando el colosal terror se hubo marchado, unas carcajadas resonaron en los oídos de Malygos. Se trataba de un protodraco grisáceo, Neltharion, que se burlaba de los demás por el miedo que la presencia de Galakrond había enterrado en sus corazones.
Cuando volvía hacia su caverna, Malygos fue emboscado por Coros y otros dos protodracos. Neltharion llegó justo a tiempo para ayudar a Malygos contra los protodracos verde azulados, quienes huyeron del combate al ver que no tenían nada que hacer contra ellos. Malygos percibió algo en unas colinas cercanas y ambos se aproximaron, aunque no vieron nada.
Ysera y Alextrasza más tarde se encontrarían con los cadáveres de otros dos protodracos, incluyendo el de Tarys, el antiguo compañero de Malygos. Un pequeño y aterrorizado protodraco violeta les advirtió que Galakrond había estado devorando a los dragones. Las hermanas fueron en busca del protodraco blanquiazul para que se encontrara con el de piel violácea. Cuando Malygos preguntó si había más cadáveres como aquellos, el macho violáceo señaló en dirección oeste. El futuro Dragón Aspecto se encaminó en dicha dirección y, siguiendo unas huellas, fue atacado por un protodraco que se había alzado como no-muerto. Tras acabar con él gracias a la ayuda de Alexstrasza, vieron que uno de los otros cadáveres se movía y acabaron con ambos.
Más tarde, cuando Galakrond comenzó a devorar protodracos enteros, Malygos estuvo a punto de ser una de sus víctimas. Por suerte para él, Nozdormu tiró arena al coloso, salvándole la vida así al que en el futuro sería un Aspecto. La unión de los cinco protodracos fue clave en su lucha contra el coloso y la derrota del mismo, logrando acabar con él al colocar Malygos una roca en su garganta para que se asfixiara. Gracias al sacrificio que hicieron, los titanes les bendijeron, convirtiéndose así en los guardianes de Azeroth.
Historia pasada
Durante la Guerra de los Ancestros, cuando la Reina Azshara y los altonato abrieron un portal en el Pozo de la Eternidad para garantizar a la Legión Ardiente un camino a Azeroth, los Dragones Aspecto se reunieron en la guarida de Alexstrasza para discutir qué parte jugarían en la defensa del mundo ante la incipiente amenaza. Neltharion propuso crear un arma con el cual erradicar a los demonios y así detener la invasión que se cernía sobre su mundo. Fue él quien persuadió a Malygos para convencer al resto de Aspectos de que debían ceder parte de su poder para crear dicho arma, el Alma de Dragón. El artefacto no era más que un disco dorado creado por el Aspecto de la Tierra y que fue usado contra los demonios. Sin embargo, aunque todos los Aspectos pusieron una parte de sí mismos para crearlo, Neltharion no lo hizo. Mediante dicho artefacto, Neltharion era capaz de controlar mágicamente a los dragones, incluyendo a sus hermanos Dragones Aspecto.
En una de las batallas finales, los Aspectos unieron a sus vuelos y volaron hacia la batalla donde los Ancestros ya habían caído y solo los elfos de la noche lograban retener a los demonios. Neltharion, usando el Alma de Dragón, destruyó indiscriminadamente tanto a demonios como a elfos de la noche. El artefacto pasó a llamarse entonces el Alma de Demonio. Los Aspectos intentaron detener a Neltharion, ahora conocido como Alamuerte, y Malygos voló a su alrededor para intentar arrebatarle el Alma de Demonio. Con una única orden, fueron engullidos por la magia del artefacto y pulverizados. https://casinoplay.com.ua/vokrug-ukrainskogo-gemblinga/. Malygos resultó gravemente herido, tanto mental como físicamente, pero no sufrió el mismo destino que su vuelo ni el de Sindragosa, su consorte, quien acabó en Rasganorte por la fuerza del ataque y murió poco después.
Krasus ayudó a aliviar dicha pérdida yendo a la guarida de Malygos, tomando los huevos que aún contenían vida en su interior y guardándolos en algún lugar desconocido. Cuando la guerra finalizó, se los dio a Nozdormu.
Con su vuelo casi extinguido, Malygos comenzó a perder la cordura. Se sintió culpable por haber convencido a los Aspectos para imbuir el Alma de Demonio con sus poderes, había visto morir a gran parte de su vuelo y había perdido a Sindragosa. Voló a su guarida en Rasganorte, donde permaneció oculto durante milenios. El remordimiento se apoderó de él y, durante los diez mil años siguientes a la Guerra de los Ancestros, el resto de Aspectos apenas supieron nada de él. Su cuerpo se había
convertido en una caricatura de lo que antaño fue, casi siempre en la forma de una criatura insectoide.
Durante la Segunda Guerra, Krasus buscó ayuda en Malygos disfrazado como elfo. Alexstrasza había sido secuestrada por el clan orco Faucedraco y llevada a Grim Batol y requería su ayuda para salvarla. Aunque Malygos rechazó ayudarla, Krasus le convenció al revelarle que Alamuerte seguía con vida y que, de forma indirecta, había guiado a los Faucedraco hasta el Alma de Demonio. Además, añadió que Alexstrasza podía usar sus poderes sobre la vida para garantizarle al Aspecto de la magia un nuevo vuelo. Viendo una clara oportunidad para vengar la muerte de su vuelo, su resurrección y su propia redención, Malygos accedió a enfrentarse a Alamuerte.
Con el otrora Aspecto de la Tierra derrotado y el Alma de Demonio destruido, Malygos pareció volver a recuperar la vitalidad que una vez poseyó. Rhonin destruyó el artefacto usando una escama de Alamuerte y, mediante un hechizo, la magia y el poder del Alma de Demonio fueron devueltos a los Dragons Aspecto, recobrando así sus poderes por completo. Aunque con pocos miembros y creciendo lentamente, Malygos comenzó a recuperar la esperanza.
Más adelante, Tyrygosa regresó de Terrallende junto a Zzeraku y un pequeño grupo de dragones abisales al Nexo. La hembra creía que con una poderosa fuente de poder arcano, los dragones abisales podrían salvarse. Sin embargo, Zzeraku y los dragones enloquecieron con las mágicas energías que estaban absorbiendo, decidiendo así que serían los dueños de su propio destino y que Azeroth sería suyo. Aunque Tyrygosa intentó hacer entrar en razón a Zzeraku, éste creía que solo ganando poder podría salvar a su gente. Los dragones abisales atacaron al Vuelo Azul, despertando así a Malygos de su letargo. Malygos, llevado por la locura, absorbió a los dragones abisales y su poder. La deforme fisiología de los dragones abisales empezó a afectar al Tejehechizos, en última instancia, ayudándole a recobrar algo de cordura.
La Guerra del Nexo y el fin de Malygos
Malygos tomó nota del gran número de hechiceros mortales que había en Azeroth usando la magia arcana de forma imprudente, lo cual le preocupó que volviera a atraer a la Legión Ardiente a Azeroth de nuevo como en su día hicieran los altonato. Estimó que dicho uso de la magia por parte de las razas inferiores era inaceptable y decidió declararle la guerra a todo usuario de la magia, en especial a los miembros del Kirin Tor de Dalaran. Dalaran se había movido a Rasganorte, sirviendo como capital en la guerra contra el Rey Exánime y en la guerra del Kirin Tor contra Malygos. El Vuelo Rojo, manteniendo la promesa que Alexstrasza le hizo a Rhonin tras los eventos del Día del Dragón, se alzó en defensa de los mortales en la cruzada de su congénere.
Malygos planeaba usar el Arcanomicon, un mapa con todas las intersecciones en las líneas ley de Azeroth que le dio Norgannon en el pasado y que el Vuelo Azul había usado mientras su líder estaba recluido. Con él, pretendía localizar las líneas ley y desviar los poderes mágicos hacia el Nexo. Las consecuencias fueron terribles y mortales. La corteza del mundo se había resquebrajado, resultando en grietas inestables que habían desgarrado el tejido mismo de la dimensión mágica conocida como el Vacío Abisal. Los fallidos intentos de Malygos por solucionar el mal uso de la magia arcana debían ser detenidos a cualquier precio. Los dragones luchaban entre sí en la Guerra del Nexo y fue Alexstrasza quien tomó la amarga decisión de que Malygos, quien no se había recuperado tras milenios de demencia, debía ser destruido. Alexstrasza y su vuelo se aliaron con los magos del Kirin Tor, uniéndose a su decisión el resto de vuelos. Dicha alianza entre los dragones recibió el nombre del Acuerdo del Reposo del Dragón.
Malygos fue visto por última vez antes de entrar en su reino en Coldarra, donde Keristrasza ordenó matar a Saragosa, la consorte del Aspecto. Malygos enfureció cuando Keristrasza quemó el cuerpo de su pareja, por lo que usó su magia para congelar a la hembra y tenerla así bajo su control. De este modo, forzó a Keristrasza a ser su nueva consorte.
Malygos, tras los últimos sucesos, se refugió en el Ojo de la Eternidad. Allí se enzarzó en lo que sería su última batalla, luchando contra el Vuelo Rojo y los héroes que decidieron ayudarle para acabar con la locura del Tejehechizos. Finalmente, Alexstrasza le otorgó el golpe final, no sin antes advertir a su hermana con su último aliento que los mortales lo destruirían todo. La Reina de los Dragones extrajó el Corazón de la Magia de los restos de su fallecido congénere, un objeto de gran poder, y se lo entregó a Korialstrasz.
El legado del Tejehechizos fue llevado a los confines de Coldarra, donde el Vuelo Azul se separaba en los dos nuevos líderes que hubo durante la ausencia de Malygos. Por un lado estaba Kalecgos, quien creía que el vuelo debería ser partícipe de los problemas de Azeroth. Por el otro, el hijo de Malygos, Arygos, creía que el Vuelo Azul debería retirarse del mundo. La rivalidad por quién heredaba el cargo de Malygos llegó a su fin cuando se descubrió que Arygos se había aliado con Alamuerte para deshacerse de Kalecgos. Arygos, maldiciendo su mala suerte, juró que Alamuerte les destruiría y se marchó. Fue así como Kalecgos se convertiría en el sucesor de Malygos, líder del Vuelo Azul y Dragón Aspecto de la magia.