Alherya
Cuando Malfurion Tempestira se sumió y perdió en la Pesadilla Esmeralda, Fandral Corzocelada, quien había sido alumno suyo, se alzó como Archidruida de Darnassus y en una incesante lucha de poder con Tyrande Susurravientos, líder del pueblo kaldorei y Alta Sacerdotisa de Elune. Fue, además, quien plantó el árbol de Teldrassil. Fandral, corrompido por la Pesadilla y causante de la prolongada ausencia de Malfurion, se sumió en la locura y fue encarcelado por el Círculo Cenarion. Fue capturado cuanto se le trasladaba desde el Monte Hyjal al Claro de la Luna. Fue el primer Druida de la Llama, convirtiéndose en el nuevo Mayordomo de las Tierras de Fuego hasta que cayó en la batalla final contra Ragnaros.
El Mar de Dunas
Fandral, pese a sus obligaciones para con el Sueño Esmeralda, engendró a un hijo, Valstann. Su compañera murió dando a luz al pequeño, por lo que él era su única familia. Aunque temperamental, Fandral amaba a su hijo y se interesó paternalmente en él aun cuando Valstann llegó a la madurez y se casó con una joven llamada Leyara. Sin embargo, la pérdida de su compañera y madre de su hijo no significaría nada en comparación con la pérdida que sufriría más adelante.
Todo comenzó en Silithus, el territorio kaldorei que se hallaba por entonces más al sur. Durante milenios, los qiraji habían reconstruido sus fuerzas en nombre de su dios, C’thun. Recayó sobre los elfos de la noche el presentar batalla, y recayó sobre los hombros de Fandral el liderar a su pueblo contra los qiraji. Con su hijo Valstann a su lado, Fandral demostró ser un general capaz y tan habilidoso que incluso los qiraji le dieron un nombre: Kar’sis, que significa «Mano de la Tierra» en su lengua. Pese a sus intentos, los qiraji no podían derrotarle ni a él ni a los elfos de la noche bajo su mando. Aunque el General qiraji Rajaxx creía que la defensa de los elfos de la noche caería en algún momento, los emperadores gemelos Vek’nilash y Vek’lor no estaban dispuestos a esperar. Ordenaron a Rajaxx que acabara con él y, tras un tiempo, se percató de que Valstann era la única debilidad de Fandral.
El ataque de distracción que se efectuó sobre el pueblado Viento del Sur llevó a Valstann a una trampa. Sus fuerzas fueron aniquiladas y el joven Corzocelada fue llevado al frente de batalla por Rajaxx, quien asesinó al muchacho kaldorei frente a su padre. Aturdido, Fandral había perdido las ganas de seguir luchando y las fuerzas de los elfos de la noche se vieron obligadas a retirarse a Un’Goro y Tanaris, donde las fuerzas qiraji organizaron un ataque contra las Cavernas del Tiempo. Dicho ataque unió a los vuelos de nuevo tras la traición de Alamuerte, lo cual acabó en el sellado de Ahn’Qiraj por el Cetro del Mar de Dunas.
La victoria no consoló a Fandral. La pérdida de su hijo era un golpe para el que no estaba preparado. Rompió el Cetro contra los muros de la ciudad qiraji y se marchó, asqueado del mundo entero.
Archidruida de Darnassus
Los elfos de la noche perdieron su inmortalidad tras la Tercera Guerra y, poco después, Malfurion Tempestira se sumió en un profundo coma en el Claro de la Luna del que no podía despertar. En su ausencia, Fandral lideró a los druidas, convirtiéndose así en el nuevo Archidruida. Como Malfurion se hallaba en coma y anteriormente se había opuesto a la idea de Fandral de plantar un nuevo Árbol del Mundo, este último se ayudó de otros druidas para crear Teldrassil. Dicho árbol jamás fue bendecido por los dragones Aspecto como Nordrassil, pero creció rápidamente en un majestuoso árbol y se convirtió así en el nuevo hogar del pueblo kaldorei. Sin embargo, el pueblo de Fandral no recuperó su inmortalidad y una corrupción pronto se hizo con Teldrassil. Distintas criaturas como los sátiros también se instalaron en el nuevo árbol.
Poco tardó Fandral en mostrarse como un líder más que contencioso. Chocaba a menudo con Tyrande Susurravientos, cabeza de las sacerdotisas de Elune y líder de las Centinelas, el ejército de los elfos de la noche. Creyendo en la superioridad élfica y en la necesidad de acciones militares agresivas contra los orcos de Durotar, Fandral parecía recuperar el vigor que había perdido con la muerte de Valstann. Además, se mostraba abiertamente racista hacia los druidas tauren enseñados por Hamuul Tótem de Runa, uno de los estudiantes de Malfurion. Quintis Jonguja expresó su preocupación por el hecho de que Fandral estaba adquiriendo grandes cantidades de Mañagrana en nombre del Círculo Cenarion, aunque éste simplemente dijo estar estudiando las propiedades del grano cuando crecía en tierra hallada en el Cráter de Un’Goro. Quintis, por otro lado, tenía conocimientos de que, en las condiciones adecuadas, la mañagrana tenía cualidades que se usaban en maldiciones primitivas.
Fandral se encontró con Broll Manto de Oso y Lo’Gosh durante la visita de estos a Darnassus, pues Broll había regresado para reportar la limpieza del Ídolo de Remulos. Fandral sugirió que, ya que Broll tenía cosas que hacer, el Ídolo estaría más seguro en la ciudad, con él. Pese a que Lo’Gosh había expresado su desconfianza para con Fandral, Broll aceptó la sugerencia del Archidruida.
Unos meses tras la caída del Rey Exánime, Fandral reunió a todos los druidas que pudo en Teldrassil para sanar al gigantesco árbol de su corrupción. Algunos de los allí presentes fueron Broll Manto de Oso, Hamuul Tótem de Runa y Naralex. Fandral tenía intención de usar el Ídolo de Rémulos para sanar al árbol, aunque Broll se oponía. Sin embargo, antes de que el ritual fuera completado, Tyrande llegó para detenerles, pues la vida de Malfurion se hallaba en un peligro mayor que antes. Purificando el árbol se descubrió que su corrupción era cosa de Fandral, pues él había colocado en Teldrassil una rama del Señor de la Pesadilla y quien había hecho que los druidas allí presentes alimentara sus poderes, aumentando así la corrupción. Sin embargo, Fandral ya no era dueño de sus actos, sino un peón de Xavius, quien había sido convertido en árbol durante la Guerra de los Ancestros por Malfurion.
Xavius, Señor de la Pesadilla y siervo de las entidades tras el ataque de la Pesadilla Esmeralda, había aparecido frente a Fandral usando la forma de su hijo, Valstann. Corzocelada jamás pudo aceptar que había fallado a la hora de salvar a su hijo y las visiones de él jugaron con su culpabilidad y rabia, conduciéndole a la locura que le cegaba de la verdad. Eligió creer en el regreso de Valstann y que las acciones que su hijo le pedía eran para un bien mayor. El usar mañagrana para mantener a Malfurion atrapado en el Sueño y colocar una rama de Xavius en Teldrassil lo había hecho convencido de que así restauraría la vida de su hijo. Cuando Naralex, Shandris Plumaluna y Hamuul Runa de Tótem descubrieron la traición de Fandral, éste les silenció y encarceló en el Enclave Cenarion, aunque fueron liberados más tarde por Malfurion.
Durante la Guerra contra la Pesadilla, la ilusión de Fandral fue destrozada con la imagen de Valstann destruida, lo que le dejó en un estado casi catatónico. Malfurion logró vencer a Xavius, pero Fandral no era más que un cascarón roto, forzado a soportar la pérdida de su hijo por segunda vez. Tras la derrota de la Pesadilla, los druidas llevaron a Corzocelada a lo que una vez fue la prisión de Illidan Tempestira en Hyjal con la esperanza de que se recuperaría, aunque casi nadie sospechaba que su mente estaba hecha añicos de forma permanente.
Druida de la Llama
Mientras Fandral yacía en Hyjal, su nuera Leyara y su nieta Astaria vivían en Vallefresno. Cuando los elfos del Claro de la Luna se dieron cuenta de que no tenían la habilidad suficiente para ayudar una mente tan destrozada, los orcos de la Horda atacaron Vallefresno y quemaron Astranaar, resultando en la muerte de la hija de Valstann Corzocelada, el último enlace con vida que le quedaba a Fandral con su hijo.
Cuando las fuerzas de Ragnaros atacaron Hyjal, la dragona verde Alysra, temiendo que el Martillo Crepuscular deseara usar a Fandral y sus conocimientos, decidió trasladarle al Claro de la Luna para más seguridad. Ysera creía que aquello era una mala idea, y sus temores no eran infundados. Tal y como temía, Alysra era agente de Ragnaros y entregó a Fandral al Martillo Crepuscular, quienes lograron restaurar la mente de Fandral a algo semejante a la cordura. La furia del druida no hizo más que darle energías y ahora buscaba venganza.
El ataque de la Horda en Vallefresno iba a más y Leyara había perdido a la hija que había tenido con Valstann. No le gustaba la neutralidad de Malfurion respecto a la Horda y aceptó la invitación de Fandral cuando este se le acercó para unirse a una nueva orden de druidas que servían a Ragnaros, los Druidas de la Llama. Fandral, gracias a ello, había adquirido nuevas formas y nuevas habilidades, convirtiéndose en el teniente de Ragnaros.
Posteriormente se encontraría con su antiguo maestro, Malfurion, y atacaría a Thrall después de que él y Aggra llegaran para ayudar a los Guardianes de Hyjal. Habiendo considerado que el «Profeta Crepuscular» había declarado a Thrall un gran obstáculo, Fandral corrompió sus vínculos con los elementos ya que no pudo matarle, diezmando la esencia de Thrall en varias emociones puras.
Siendo ahora el nuevo Mayordomo de las Tierras de Fuego y Archidruida de los Druidas de la Llama, Fandral buscaba llevar la ruina a Azeroth antes que vivir en un mundo en el que su hijo no estuviera. Encolerizado, pidió a sus seguidores que le llevaran a Malfurion con vida, pero los Guardianes de Hyjal pusieron fin a su vida, cerrando así el último capítulo de la dinastía Corzocelada.
