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Retratos de Azeroth: Anveena

Anveena Teague era, en apariencia, una chica normal y corriente de Molino Tarren. Sin embargo no era humana, algo que ni siquiera ella sabía. Se trataba de una gran fuente de poder: las energías restantes de la Fuente del Sol convertidas en una figura humana por el dragón rojo Korialstrasz, el consorte de Alexstrasza y también archimago del Kirin Tor.

Korialstrasz había creado la ilusión de Anveena sin saber que ésta desarrollaría una vida con sentimientos y emociones propias. Dotó al avatar de la Fuente del Sol de recuerdos de una vida propia, de una madre y un padre, viviendo la extraña familia cerca de Molino Tarren. La joven descubrió al dragón azul Kalecgos siendo capturado por un grupo de cazadores de dragones liderado por Harkyn Grymstone. Ambos se vieron forzados a huir cuando el grupo de Harkyn volvió a atacar, pero fueron lanzados contra un lago debido al disparo de una de las armas de los cazadores. Al volver a casa de la joven, descubrieron que su hogar estaba en llamas. No había ni rastro de sus padres.
Fue entonces cuando se encontraron con Dar’Khan Drathir, un alto elfo que había traicionado a su pueblo por la Plaga y que buscaba el poder de la Fuente del Sol. Colocó un sello de encantamiento alrededor del cuello de Anveena y de Kalec, el nombre que usaba el dragón azul en su forma semielfa, exigiéndoles saber dónde estaban las energías de la Fuente del Sol. Ambos fueron salvados por la llegada de Tyrygosa, la dragona azul que debía ser compañera de Kalec, quien los llevó a Molino Tarrel. Anveena, recordando las palabras de sus padres si alguna vez tenía problemas, buscó allí a un misterioso hombre llamado Borel.

 No todo iba a ser tan sencillo, pues Anveena desconocía cómo era ese tal Borel y una vez más se encontraron con Dar’Khan. Sin embargo, al trío se les unió el paladín Jorad Mace, un hombre que había servido fiel al príncipe Arthas Menethil hasta que éste traicionó a la Alianza. Juntos se dirigieron hacia las Montañas de Alterac, hasta que una vermis de escarcha se interpuso en su camino. Anveena fue encontrada por Trag Highmountain, un tauren que la llevaría al castillo en ruinas del Barón Valimar Mordis, un noble no-muerto que quería usar los poderes de la joven para energizar el Orbe de Ner’zhul para levantar un ejército de no-muertos con el que combatir a la Plaga. Ligó a Anveena al Orbe y comenzó con su propósito, pero dicho objeto fue destruido por Trag. Fue entonces cuando Anveena fue capturada por Dar’Khan, llevándosela al lugar donde había nacido: a las devastadas de Quel’Thalas.

Dar’Khan parecía tener éxito recolectando las energías de Anveena. Había ganado el suficiente poder como para derrotar a un dragón con un único ataque o incluso controlar a Korialstrasz, pero fue en ese momento cuando el poder de Anveena se debilitó. La joven, que había comprendido cual era su auténtica naturaleza y su poder, arremetió contra Dar’Khan, destruyendo así al traidor. Korialstrasz, que había usado el nombre de Borel hasta ese momento, reveló su identidad y explicó lo que había hecho con las energías de la Fuente del Sol con tal de ocultarlas de la Plaga.
Con la ayuda de Lor’Themar Theron, regente de Quel’Thalas, Anveena y Kalec permenecieron ocultos en el reino de los elfos bajo su protección. La identidad de Anveena se guardó como un secreto, sabiendo qué era en realidad los Dragones Aspectos y Sylvanas Brisaveloz -quien había ayudado al grupo contra Dar’Khan Drathir- además de aquellos cercanos a ella (Kalec, Tyri, Jorad, Lor’themar y Halduron).

Durante la invasión de la Isla de Quel’Danas por Kael’thas Caminante del Sol y la Legión Ardiente, Anveena fue capturada y encarcelada en un campo de poder arcano en el interior de la Meseta de la Fuente del Sol. Sus poderes eran drenados con el único propósito de invocar a Kil’jaeden en Azeroth. Afortunadamente, la Ofensiva del Sol Devastado rescató a Anveena y acabó con la amenaza de Kael’thas. Sin embargo, durante la batalla, Anveena se dio cuenta de que Kil’jaeden era demasiado poderoso como para que los héroes pudieran derrotarle. Sacrificó su vida por la de ellos para así desatar sus poderes y debilitar al eredar, no sin antes despedirse de su amor, Kalecgos.
Los poderes de la Fuente del Sol regresaron a su estado original, purificando el corazón de M’uru, pues Anveena ya no estaba. De forma inconsciente, cuando se sacrificó, la joven había depositado una pequeña parte del poder de la Fuente del Sol en Kalec, de modo que una parte de ella seguiría viva en el corazón del dragón azul.

 

 

Written by Alherya

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