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Lore: Historia de los Sin’dorei parte 2

Lore e Historia de los Sin'dorei
 
¡Saludos, Comunidad! 

Continuamos con la segunda parte de la Historia de los Sind’oreis. Podéis leer la Primera parte de la Historia aquí.

Redacción y Edición: Dsaille e Idril
Supervisión y Corrección: Natea, Cemotucu e Idril

Anar’alah belore, selama ashal’anore – Por la luz del Sol Eterno, justicia para nuestra gente”

 

VI. El Auge Sin’dorei

Mientras que en Quel’thalas los pocos sobrevivientes se refugiaban en la Isla Caminante del Sol y Lor’themar Theron, segundo al mando de la difunta Guardabosques-General, Sylvanas Brisaveloz, asumió el mando temporal de las fuerzas restantes del ejército élfico, formando un grupo de resistencia y encargándose de la defensa de los sobrevivientes de su patria. En Dalaran, tan solo unos cuantos días después, las noticias de lo ocurrido en el Alto Reino llegaron a la Ciudad Violeta y bajo el liderazgo del Príncipe Kael’thas Caminante del Sol, heredero al trono de Quel’thalas y último descendiente de la dinastía real, un gran séquito de elfos abandonó la ciudad para regresar a su patria en ruinas…

El panorama no era nada esperanzador cuando el príncipe llegó a sus tierras junto a su séquito, pero al menos logró hallar sobrevivientes. Sin embargo, aunque numerosos, la población élfica había sido reducida en casi un noventa por ciento y en casi todo su reino, rezagados del ejército de Arthas, vagaban impunemente. Como si fuera poco, su gente languidecía producto de la corrupción de las aguas de la Fuente del Sol..

Consciente de lo que la Fuente del Sol representaba para su pueblo, pero, al mismo tiempo, de lo que estaba causando en ellos también, el príncipe optó por destruir la Fuente. Desgraciadamente, y a pesar de haber liberado a su gente de la exposición hacia las oscuras energías que corrompían a la Fuente del Sol, la ausencia de la misma trajo otra consecuencia: la sed de magia. Solo entonces, los elfos se percataron de cuan dependientes eran de ella y lo necesario que era para su vida.

Historia de los Sin'dorei
Ante una precaria situación y desesperado por cambiarla, el príncipe reunió a su pueblo y los renombró Sin’dorei o Elfos de Sangre, en señal de honor y recuerdo hacia sus hermanos caídos. Asimismo, volvió a unir a su pueblo a los remanentes de la Alianza de Lordaeron, entonces llamada la Nueva Alianza, la cual era liderada por el Gran Mariscal Othmar Garithos. Para ello, el príncipe tomo a una porción de sus hermanos, entre ellos: la nueva portadora de Quel’delar, Lana’thel; para formar un nuevo ejército que marcharía junto a él y así ayudar a la Nueva Alianza en su campaña de recuperar los territorios perdidos a manos de los muertos vivientes, como a buscar una cura para la sed de magia. No sin antes nombrar a Lor’themar Theron, señor regente de Quel’thalas durante su ausencia y encomendarle la tarea de recuperar su patria perdida.

Finalmente, con su patria en manos del nuevo señor regente y motivado por el deseo de encontrar una cura para el nuevo mal que aquejaba a su pueblo, el príncipe volvió a abandonar su hogar para servir a la Nueva Alianza. Desgraciadamente, dicha alianza no duraría demasiado, puesto que a medida que pasaba el tiempo y más misiones realizaban, el Gran Mariscal Garithos, un hombre xenófobo que creía únicamente en la supremacía de la raza humana sobre las demás, destinaba una misión tras otra al príncipe y su gente, cada vez más suicida que la anterior. Fue durante aquellas misiones, que el príncipe se vio forzado a aceptar la colaboración de Lady Vasjh y sus Naga, unas misteriosas criaturas de antigua descendencia élfica que habían emergido de los mares, después de ser invocados por Illidan, un Elfo de la Noche cazador de demonios, conocido entre los suyos como “el Traidor”.

Para desgracia de Kael’thas, el Gran Mariscal descubrió la ayuda otorgada por sus repentinos aliados, acusando a todo el contingente Sin’dorei de traición y sentenciándolo a muerte, en las mazmorras de Dalaran. No obstante, Lady Vasjh se abrió paso entre las cloacas de la ciudad y ofreció su ayuda al príncipe, nuevamente, el cual, viendo el acto del Gran Mariscal Garithos como un acto de traición, decidió desligarse de la Nueva Alianza, tal y como hizo su padre en el pasado con la Alianza de Lordaeron, y aceptar la ayuda de la bruja del mar para liberar a su gente y escapar.

Historia de los Sin'dorei
Una vez fuera de las mazmorras, el príncipe Kael lideró a su pueblo hacia los restos del antiguo mundo de los orcos, Draenor, conocido entonces como Terrallende. Allí, Kael’thas ayudó en el rescate del Traidor, quien había sido capturado por los kal’dorei liderados por la Guardiana, Maiev, y le juró lealtad a cambio de hallar una cura para la sed de magia que aquejaba a su pueblo. Sin embargo, Illidan le prometió hallar maneras de saciarla, en vista de que no había cura alguna para la sed. Actuando como lugarteniente del Traidor, el príncipe Kael’thas y su contingente siguieron a Illidan y combatieron conjunto a los Naga, a lo largo de su campaña en contra de la presencia de demonios de la Legión Ardiente en los restos del planeta, cerrando los diversos portales que allí se encontraban y aliándose con uno de los pueblos nativos: los tábidos de Akama, hasta que finalmente tomar el Templo Oscuro en el Valle Sombraluna y someter al señor demoniaco que allí se hallaba: Magtheridon. Todo con la intención de evitar que el cazador de demonios fuese hallado por Kil’jaeden. No obstante, y pese a sus victorias, su plan no tendría resultado y el propio demonio al que tanto temía, acabaría por aparecérsele y ordenarle regresar a Azeroth, para hacer frente al Rey Lich y acabar con él, en vista de que la Legión ya no tenía control sobre su entidad, ni en todos sus muertos vivientes.

Sin rechistar, los Elfos de Sangre siguieron a Illidan hacia la batalla contra el Rey Lich y su plaga de muertos vivientes, llevando la guerra al techo del mundo y culminando en la batalla por el Glaciar Corona de Hielo, donde el príncipe Kael’thas terminaría enfrentándose a Arthas, en un combate singular, antes de verse obligado a abandonar el campo de batalla ante la inminente derrota de sus fuerzas.

Aun así, pese a las desventuras del príncipe, el señor regente de Quel’thalas continuaba con su campaña de recuperación del Alto Reino, la cual acabaría teniendo éxito gracias a sus esfuerzos y a los del nuevo guardabosques-general, y amigo personal, Halduron Alasol. Recibiendo, tiempo después, la visita del Gran Magister Rommath y un séquito de sin’dorei taumaturgos, quienes traían consigo no solo los conocimientos necesarios para poder saciar la sed de magia enseñados por Illidan, pero atribuidos a su príncipe, sino que también una criatura que en un futuro no muy distante acabaría marcando la diferencia en el inminente destino de los sin’dorei.

Con el regreso del Gran Magister y al menos, el Bosque Canción Eterna recuperado casi en su absoluta totalidad, la Ciudad de Lunargenta fue reconstruida en uno de sus extremos, mientras que el otro permanecía aún en ruinas. Como si fuera poco, una antigua heroína élfica: Sylvanas Brisaveloz, ahora reina de un numeroso grupo de muertos vivientes libres del control de la Plaga y el Rey Lich, otorgaba cuanta ayuda podía ofrecer a su antiguo pueblo.

El destino incierto de los sin’dorei parecía estar cambiando, finalmente.

 

VII. La Cruzada Ardiente

Con su capital reconstruida en su gran mayoría y pese a los tratos diplomáticos con los Renegados, los cuales se reflejaban sobretodo en el territorio al sur del Elrendar, conocido como las Tierras Fantasmas, Quel’thalas se mantuvo neutral, pese a estar evaluando mantener relaciones tanto con la Alianza, como con la nueva Horda de Thrall. Sin embargo, la presencia de exploradores kal’dorei dentro de las fronteras de Quel’thalas, así como el espionaje por parte de un diplomático enano enviado por Forjaz al Alto Reino, cerró cualquier posibilidad de negociación con la Alianza y permitió a los Sin’dorei decantarse por la Horda, del cual se unieron después de acabar con la vida del último señor de la Convocación de Lunargenta y traidor hacia su pueblo, al ser él quien ayudo a Arthas a cruzar las puertas élficas, Dar’khan Drathir.

Pese a ello, el reino no vivió en una paz absoluta, más allá de la impuesta por las fuerzas militares y los magisters, quienes silenciaban a todo disidente o detractor del régimen Sin’dorei de forma expedita, con tal de mantener al pueblo unido, alimentados por el deseo de reencontrarse con su príncipe. Al mismo tiempo, gracias a su alianza con la Horda y motivados por el deseado reencuentro, varios elfos comenzaron peregrinajes hacia Terrallende, por medio del reabierto Portal Oscuro, así como también varias fuerzas militares sin’dorei que acudían en calidad de aliados del ejército de la Horda.

Historia de los Sin'dorei
No obstante, para sorpresa del señor regente y sus otros dos consejeros: Halduron y Rommath, una antigua amenaza resurgía de las cenizas de un viejo imperio hace mucho derrotado: Zul’jin, líder de los Trols Amani, había reaparecido y comenzado su plan de acción contra los elfos, permitiendo que uno de sus médicos brujos imbuyera la energía de sus Loa en sus mejores guerreros. Pese a ello, y aunque el rencor de Zul’jin se extendió hacia sus antiguos aliados de la Horda, los orcos, por estar aliados con los elfos; sus planes lograron ser detenidos, culminando con la derrota de los Amani y la muerte de Zul’jin.

Desgraciadamente, y para desconocimiento de muchos de su pueblo, el príncipe Kael’thas se había aliado con la Legión Ardiente y su señor: Kil’jaeden, abandonando todo interés por el bienestar de su pueblo al someterlo hacia los demonios, como ocurrió con los orcos en el pasado. Pese a ello, una facción de Sin’dorei, otrora una de sus legiones de élite, actuó en su contra y en esfuerzo conjunto con los Sha’tar de Shattrath, lograron arrinconar al príncipe en su nuevo palacio en la Tormenta Abisal y acabar con su vida … O así lo creyeron, hasta que este mismo se apareció ante A’dal, líder de los Naaru y de la mismísima Ciudad de Shattrath, replicándole que sus esfuerzos habían sido inútiles y que, además de no haber muerto, Kil’jaeden llegaría a Azeroth y no había nada para impedirlo.

Kael’thas cumpliría su palabra y pronto, terminó apareciendo por sorpresa en la Ciudad de Lunargenta, pero con un aspecto muy contrario al que recordaban y acompañado de un grupo de elfos con apariencia demoniaca: los Sangrevil, sin’dorei que habían bebido la sangre de demonios. Inmediatamente atacó su antigua capital y asaltó el cuartel de la Orden de los Caballeros de Sangre, una élite militar del Alto Reino, robándoles el mismo ser que él en el pasado había destinado a su pueblo: el naaru, M’uru.

Durante su estancia en el cuartel de la Orden, M’uru había sido el ser del cual extirpaban los poderes sagrados de la Luz, para luego imbuirlos en los Caballeros de Sangre. Sin embargo, sin él, la Orden no tenía manera de preparar nuevos Caballeros que pudieran hacer frente a la reciente y sorpresiva amenaza que suponía el príncipe. A raíz de ello, la líder de la Orden: Lady Liadrin, viajo a la Ciudad de Shattrath con la intención de encontrar una nueva fuente de poder para su Orden y se presentó ante A’dal, ante quien renunció a su lealtad hacia la Dinastía Caminante del Sol y en cambio, la entregó hacia el naaru; tanto la suya, como la de sus Caballeros, después de enterarse de la verdad sobre quien fuera su príncipe en el pasado y el verdadero papel de M’uru, en el destino de los sin’dorei. Finalmente, A’dal le anunció la creación de un cuerpo armado conjunto, formado por los Aldor, una facción religiosa draenei que habitaba en la ciudad. Los Arúspices, una antigua legión de élite del príncipe, la cual había entregado su lealtad a A’dal y los Naaru, después de un sueño premonitorio que su líder había tenido, donde en ellos vislumbraba la salvación de su pueblo. Y ahora, sus Caballeros de Sangre, quienes sumarían su fuerza a la coalición conocida como la Ofensiva del Sol Devastado.

Historia de los Sin'dorei

Con poco tiempo con el cual proceder, la Ofensiva del Sol Devastado se trasladó rápidamente a la Isla de Quel’danas, al norte de Quel’thalas, lugar donde alguna vez se había asentado la Fuente del Sol. El mismo corazón del pueblo sin’dorei y el cual, tal como lo fuera el Pozo de la Eternidad en el pasado, sería utilizado como portal para traer a Kil’jaeden a Azeroth. Sin embargo, las intenciones del príncipe lograron culminar con su muerte a manos de la Ofensiva y aunque su señor logro ser invocado, pudo ser devuelto al Vacío Abisal después de ser derrotado por los mismos valientes combatientes de la Ofensiva.

No obstante y para la grata sorpresa de los sin’dorei, Velen, líder y profeta de los Draenei, apareció después de la derrota de su hermano y fundó el corazón puro de M’uru; los últimos restos que quedaban de la noble criatura, en las aguas de la Fuente del Sol, purificando su magia y sacralizándolas, dotando a los elfos de sangre de una nueva oportunidad para resurgir y redimirse de las acciones a las que se habían visto obligados a hacer.

Aunque los sin’dorei se habían encontrado bajo una guerra civil creada por el mismo elfo que ellos consideraron su salvador, y las heridas causadas por el conflicto serian difíciles de olvidar, la restauración de la Fuente del Sol suponía un nuevo mañana para los elfos de sangre. Mañana por el cual, desgraciadamente, habrían de combatir hasta el final casi inmediatamente después de su conflicto interno…

 

VIII. La Guerra contra el Rey Lich

Historia de los Sin'doreiPoco tiempo después de la victoria y de ser reclamada la Isla de Quel’danas, y la Fuente del Sol, quedando ésta bajo vigilancia de la Orden de los Caballeros de Sangre. El Rey Lich despertó de un largo sueño y llevó la guerra a las razas mortales de Azeroth, en su afán de conquista. Pese a ello, Lor’themar Theron no estaba de acuerdo en sumarse a un nuevo conflicto, cuando apenas habían salido de uno y varias de sus fuerzas aún yacían en las enfermerías. No obstante, Lady Sylvanas Brisaveloz no dudó forzar la mano del Señor Regente de Quel’thalas, argumentando que si este no le apoyaba su campaña, retiraría el apoyo de los Renegados y dejaría que la Plaga atacara por el sur a los sin’dorei. Sin otra alternativa, Lor’themar aceptó sus condiciones y sumó la fuerza de su gente a la campaña contra la Plaga, con la intención de poner fin al Rey Lich y vengar Quel’thalas.

Sin embargo, el Señor Regente también había recibido constantes misivas y una posterior visita sorpresiva, por parte de un Archimago del Kirin Tor, Aethas Atracasol, quien buscaba la readmisión de los sin’dorei dentro del Kirin Tor y el apoyo de Quel’thalas en la repentina amenaza que estaban suponiendo los dragones del Vuelo Azul, hacia todo taumaturgo de Azeroth. Acordando que Aethas debería de encargarse de recibir a su gente en el norte, en vista de que marchaban a la guerra.

A medida que el cruento conflicto en el Techo del Mundo avanzó el costo de vidas era más que evidente. Y aun cuando el Kirin Tor, con apoyo de sus facciones allegadas e interinas: los Atracasol del Archimago Aethas y el Pacto de Plata de Vereesa Brisaveloz, así como la oportuna alianza del Vuelo Rojo, lograron detener a Malygos en su intento de privar de la Magia Arcana a los mortales. El conflicto se intensifico, tras lo ocurrido en el incidente de la Puerta de Cólera y la posterior Batalla por Entrañas, donde la Horda y la Alianza, tras siete años de una tregua y tratos diplomáticos fríos e indiferentes, entraban en guerra abierta una con otra.

 

 

Written by Idril

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