Epsilon
En la 4ª semana del Parche 7.2 se ha activado una cadena de misiones que concluye un ciclo que quedó un poco inconcluso con el inicio de la expansión y la muerte de Varian Wrynn, el liderazgo del nuevo rey de Ventormenta Anduin Wrynn y su participación en los sucesos de la Costa Abrupta.
Con esta cadena de misiones veremos a un Anduin renovado. *TODO LO QUE VAIS A LEER O VER AQUÍ SON GRANDES SPOILERS*
Cadena de misiones de Anduin
La cadena de misiones comienza con la misión 
El hallazgo de un recuerdo en el Abismo desolado en las coordenadas 53.4, 80.3 de la Costa Abrupta, debajo del mar. Ahí encontraremos la brújula de Varian Wrynn que será la que nos dará la misión.
Esto nos mandará a Ventormenta a hablar con el Rey Anduin Wrynn y será una larga cadena de misiones, aunque la siguiente misión no estará disponible inmediatamente, sino tras el reinicio diario de misiones, donde un capitán de la guardia de Ventormenta vendrá a buscarnos al Puesto de Liberación en la Costa Abrupta para que acudamos al Castillo de Ventormenta a hablar con Velen y Genn Cringris.
En el vídeo que hemos realizado podéis ver todos los diálogos previos de las misiones antes de la cinemática ya que son muy importantes también para entender todo el contexto de la cadena.
Aquí os dejamos rápidamente la secuencia de las misiones:
<El exquisito exterior de latón del abalorio tiene incrustada una intrincada filigrana, aunque buena parte de los detalles han sufrido los golpes de rocas y olas. Tras limpiar la mugre y la sal que recubren el broche, logras abrirlo.
Es una brújula, o por lo menos lo era. La esfera de cristal está hecha pedazos y la aguja está torcida, inmóvil.
Insertado en la tapa hay un retrato. La pintura está desvaída y empapada, pero la imagen es inconfundible: el rostro de un joven Anduin Wrynn.>
Saludos, Zieprakis.
Se ha solicitado tu presencia en la corte real. ¡La corona te necesita con urgencia!
Regresa a Ventormenta en cuanto te sea posible.
El rey Cringris espera tu pronta llegada.
Busca al rey Anduin Wrynn en la Catedral de Ventormenta. Anduin no ha sido el mismo desde que le trajiste la brújula de su padre. Se ha vuelto apático… enajenado.
Hemos intentado consolarlo, en vano. Ayer por la mañana, se fue del castillo sin decir palabra.
Ordené a los guardias que lo siguieran, claro. Fue a rezar a la catedral, de donde no se ha movido desde entonces.
¡Tú le has causado esta melancolía! Debes convencer al chico de que retome sus obligaciones. ¡Hay una guerra por ganar!
Mi padre era una leyenda. Supervisó la reconstrucción de Ventormenta, se enfrentó cara a cara con dragones, condujo a la Alianza a numerosas victorias.
Y luego, un día…, se fue sin más.
Llevo su corona y ostento su título, pero no he hecho nada para merecerlos… ni tampoco la fe de mi pueblo.
Me he pasado la guerra recluido en el castillo, rodeado de guardias y consejeros. Necesito recorrer las calles de Ventormenta, saber si es esperanza o miedo lo que late en los corazones de mi gente.
Agradeceré tu compañía.
Ha llegado la hora de que viaje a la Costa Abrupta y vea con mis propios ojos el lugar donde murió mi padre.
Si quiero ser un rey como él… el rey que Ventormenta merece, debo conocer de primera mano la amenaza a la que se enfrenta mi pueblo.
Por favor, diles a mis consejeros que he ido a la Costa Abrupta. Si se lo dijera yo mismo, tratarían de impedírmelo.
Te esperaré en el Puesto de Liberación. Adiós
Me alegra tenerte a mi lado, Zieprakis.
He venido a la Costa Abrupta para ver con mis propios ojos el precio que mi padre… que la Alianza ha pagado por proteger nuestro mundo.
Mientras siga ciego al sufrimiento y los sacrificios de mi pueblo, jamás podré conducirlo a la paz.
No hay mucho tiempo, debemos seguir adelante.
Nunca había contemplado tanta destrucción… tanta miseria. El suelo que pisamos está cubierto con los huesos de nuestros aliados.
Puedo ver a los espíritus perdidos de los soldados de la Alianza vagando entre las ruinas.
No puedo abandonar este lugar sin dar descanso a las almas de estos valientes. Se lo debemos. Yo se lo debo.
Ahora que he vivido las atrocidades de la Legión Ardiente de primera mano aquí en la Costa Abrupta, puedo ver la verdad.
No hablo de la inmensa maldad del enemigo, sino de la valentía y el sacrificio que esa maldad despierta en el corazón de nuestro pueblo.
Mi padre me dijo una vez que todo rey debe llevar el peso de su propia corona. La mía nunca habÃa sido tan pesada como en estos momentos…
Por favor, llévame al lugar donde murió mi padre para que pueda mostrar mis respetos por su sacrificio.
One Comment
Leave a Reply