Valathard
«Saca partido a tus cualidades, ¡y la victoria será nuestra!»
Rehgar Furia Terrenal es un orco nacido en Draenor que se crió en el seno de un clan que estaba en una constante lucha contra unos ogros y se convirtió en un excelente luchador. Participó junto a muchos otros orcos en la invasión a Azeroth a través del Portal Oscuro y acabó luchando en las arenas de combate de las ciudades junto a otros compañeros en busca de la riqueza y de la fama.
Juventud e inicios en la Arena
Rehgar nació en Draenor, en uno de los muchos clanes orcos que había en el planeta aunque éste en concreto tenía la particularidad de que estaba en guerra con los ogros. Mató a un ogro él solo mucho antes de lo que solían hacerlo el resto pero un poco más tarde, lo capturaron para que los ogros más jóvenes pudiesen entrenar con él en vez de con muñecos. Pero la jugada no les salió bien y Rehgar mató a muchos de los suyos en esos entrenamientos; más tarde fue vendido a las arenas de combate de los orcos para intentar recuperar sus perdidas por las bajas que sufrieron.
Fue uno de los elegidos para cruzar el Portal Oscuro cuando los orcos invadieron Azeroth por primera vez. A pesar de su edad luchó con ferocidad junto al resto de orcos contra los humanos pero más tarde fue capturado cómo muchos otros y lo recluyeron en los campos de internamiento. Muchos orcos murieron en los mismos, pero él no. Era demasiado luchador cómo para dejar que unos humanos lo matasen asíque cuando éstos se dieron cuenta de que no podían contenerlo, decidieron vendérselo a Lord Agrovane, un humano que le convirtió en un gladiador para que le consiguiese dinero gracias a esos combates. Sin embargo, Rehgar escapó y siguió luchando por libre en búsqueda del dinero y de la fama.
Gracias a Thrall, se inició en el chamanismo, llegando a convertirse en uno de los grandes chamanes de su raza. Mas tarde, en Bahía del Botín compró a un orco del clan Rocanegra para que se convirtiese en gladiador como él. Viajaron hasta Durotar y allí comenzó su entrenamiento. Con el tiempo, mejoró hasta convertirse en uno de los mejores llegando incluso a ganarse su propio dinero y el de Rehgar. Gracias a las cantidades de dinero que consiguieron, compraron a otros dos combatientes para que se les unieran al equipo: Broll Mantoso y Valeera Sanguinar. Pasado un tiempo, Ojosangre, el orco que había comprado Rehgar en un principio, compró su libertad; pero le duró poco ya que fue asesinado por la esposa de un combatiente que él había asesinado en la arena tiempo atrás. Debido a la muerte de uno de los miembros de su equipo, Rehgar se puso manos a la obra para encontrar a un sustituto digno.
Rehgar y Lo’gosh
Buscó por las cercanías del lugar y se encontró a un humano en las playas de Durotar. Se había enfrentado a un cocodrilo él solo, sin armas y había logrado vencer, por lo que Rehgar vio en él la fuerza necesaria para que se uniese a su equipo junto a Broll y Valeera y lo tomó para su grupo con la excusa de que era un desertor de Therarmore y de que podía esclavizarlo. Por su ferocidad apodaron a éste humano Lo’gosh en honor al ancestro Goldrinn. Rehgar les llevó a la Arena de Orgrimmar para que perfeccionasen sus artes de combate y así ser más eficientes en el combate tanto individual como en el colectivo. Poco después, viajaron a Eldre’thalas en Feralas para un torneo de gladiadores que se celebraba allí. Rehgar, confiando en su equipo, los inscribió en el torneo sin dudarlo y no se equivocó, ya que consiguieron ganar y situarse como los campeones de la Masacre.
Tras su victoria en el torneo, se dirigió junto al resto de su equipo a Cima del Trueno para buscar a otro combatiente, un gladiador tauren que se le uniese para que ocupara el puesto de Valeera Sanguinar, la cual fue vendida a otra persona. Mientras viajaban hacia allí, Lo’gosh y Broll le preguntaron a Rehgar por si podían ir a las Pozas de las Visiones. Ambos fueron allí con la intención de recuperar cierta información que necesitaban, Lo’gosh fue para recuperar los recuerdos que había perdido a causa de la amnesia y Broll fue para descubrir el destino de su hija. Fueron junto al Archidruida Hamuul Tótem de Runa y cuando empezaron las visiones sobre el pasado de ambos, un elemental les atacó. No supuso un gran problema para ambos, pues estaban bien entrenados en combate, asique lo despacharon rápidamente.
En agradecimiento por lo que hicieron, Hamuul les regaló una pluma de un hipogrifo. Rehgar desconfió de éste gesto ya que creía que lo había hecho a posta para proporcionarles a Broll y a Lo’gosh una vía de escape, aunque no dijo nada por el momento y prefirió mantenerse al margen. Y así pues, unas horas más tarde, gracias a la pluma, Broll invocó a un hipogrifo gracias a sus poderes druídicos y escaparon del chamán que les había metido en el mundo de los gladiadores para conocer su destino más allá de la Arena.
Sin embargo, a pesar de que Rehgar había perdido a todos su equipo, pues bien o habían muerto, habían sido vendidos o habían escapados, no se mostró enfadado ni disgustado. Ésto sorprendió a Hamuul y le preguntó por el porque de esa reacción, a lo que respondió:
«En la Masacre recuperé mi inversión en esos dos mil veces. Sabía que éste día iba a llegar. Un hombre solamente es prisionero mientras decida serlo. Tras eso, en su corazón por lo menos, es libre. Y donde está su corazón, su cuerpo puede seguir si la voluntad es lo suficientemente fuerte»
Gracias a éste acto y tras decir esas palabras, se dio cuenta de que su verdadera felicidad no estaba con las ganancias que obtenía en la Arena, sino con la gente que conoce y las aventuras que vive con ellos. Por lo que decidió servir al Jefe de Guerra Thrall como su consejero para ayudarle en todos los temas que concernían su pueblo. Y un tiempo más tarde, se unió junto a miembros de muchas otras razas al Nuevo Concilio de Tirisfal, una sociedad refundada para asegurar que Azeroth descansa seguro en la mayor medida de lo posible para finalmente unirse al Anillo de Tierra para sanar Azeroth tras el Cataclismo.
Publicado originalmente en PyPHeroes.com
