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Relatos de WoW: Azeroth Magia y Luz – Cap.2

 

¿Te gustaría contarnos historias de World of Warcraft? ¡Ahora puedes con los relatos de la comunidad! Poxselis continua la sección con el capítulo 2 de su relato Azeroth Magia y Luz. Si te gusta escribir y crees que se te da bien, no dudes en contactarnos en colabora@wowchakra.com para compartir tus relatos de World of Warcraft, ya sean de tu personaje o de otros inventados. 

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Capítulo 2 Una nueva amenaza

«¿Anduin Lothar, el campeón de Ventormenta?» pensó Poxselis «¿Que hace aquí?»

El muchacho bajó corriendo las escaleras de la muralla y se acercó hacia la entrada de la capital. Todo el comercio se había interrumpido debido a la noticia de su llegada y ahora la gente se dirigía hacia las puertas.

—¡Abrid del todo las puertas!— se oyó gritar a uno de los guardias

Se estaba montando un alboroto por las calles de la ciudad, toda esa gente desconocía por que razón un orgulloso reino como Ventormenta había podido caer, la duda y la intriga recorrían las calles. Poxselis se fijó en que los guardias estaban impidiendo el paso al resto de ciudadanos, se intentó colar entre la multitud. Sin embargo uno de los guardias lo divisó.

—Quieto ahí chico— le dijo mientras le tapaba el paso —No podemos dejar pasar a nadie de momento— afirmó

—Pero…

—Son órdenes directas del capitán— replicó el guardia firmemente

El muchacho se retiro y volvió lentamente por las calles

—¡Pssst, aquí!— dijo una voz que le sonaba

Poxselis se giró rápidamente para encontrarse con Gilvar, que estaba con medio cuerpo metido en un pequeño hueco de la muralla

—¿Que estas haciendo ahí?— le preguntó Poxselis girando la cabeza

—¿Quieres ver lo que esta pasando ahí fuera o no?— le dijo impaciente el joven Gilneano —¡Vamos sígueme!— se metió del todo en aquel pequeño hueco

Poxselis miró a los lados para asegurarse de que nadie lo veía y le siguió. Agachándose pudo colarse por aquel pequeño agujero, parecía que conectaba con el interior de una de las murallas exteriores. Aquel pasaje era sucio y polvoriento, y apenas Poxselis podía guiarse de no ser por los sonidos de las pisadas de Gilvar

—¿Cómo es que conoces este pasadizo?— preguntó extrañado Poxselis —Me dijiste que no eras de aquí

—Y no lo soy— le contestó Gilvar sin amainar su marcha —Lo descubrí por pura casualidad

Poxselis dudo de que esto último fuera cierto, pero al fin y al cabo de estaba acercando a la entrada de la capital

—Aquí esta la trampilla— dijo Gilvar abriéndola lentamente y girándose hacia Poxselis —No hagas ruido o nos verán, desde esta torre vamos a poder oír lo que dicen.

Salieron lentamente y se asomaron agachados desde las almenas de aquella muralla. Unos cuantos guardias incluido el capitán de la guardia, su padre, estaban esperando la llegada de los supervivientes de Ventormenta.

En unos minutos se oyeron las pisadas de los caballos, habían llegado. Los dos jóvenes pudieron fijarse en el aspecto de los visitantes, uno de ellos lucía una armadura de placas y parecía encabezar aquel grupo de supervivientes, se trataba en efecto de Anduin Lothar. Iba acompañado de otro hombre que parecía vestir una túnica de los colores de Dalaran, Poxselis supo que se trataba de un mago. El capitán de la Guardia les recibió.

—Entrad libremente y sed bienvenidos— dijo mientras hacia una reverencia —Marcus Rutagrana nos avisó de vuestra llegada y nos habló de sus apuros. Hallarán al rey en la sala del trono.

—Muchas gracias— replicó aquel mago al capitán de la guardia, acto seguido fueron entrando.

Los dos amigos se fijaron en que uno de los caballos transportaba a alguien de su edad, se trataba de un joven de pelo moreno que tenía la mirada perdida.

—¿Que significa todo esto?— preguntó Poxselis

—No tengo ni idea… Pero presiento que traen malas noticias— contestó Gilvar

—Ejem…—carraspeó uno de los guardias detrás de los muchachos

Los dos se giraron lentamente

—Esto…

—No sé cómo habéis subido pero no deberíais estár aquí.— dijo aquel guardia  —Acompañadme ahora mismo

Al cabo de un rato los dos ya habían salido de la torre

—Vale… Creo que ya han pasado demasiadas cosas por hoy— dijo Poxselis quitándose el polvo del hombro

—¿Estás de broma?, debemos averiguar a que han venido esos extranjeros aquí

—Los Gilneanos sois un poco cotillas— dijo Poxselis por lo bajo

—¿Cómo?

—No nada…— dijo este sonriendo

—Mira Poxselis, la llegada de estos soldados ha parado momentáneamente el comercio y por eso he podido venir, pero ahora he de ayudar a mi padre.

—Puedes llamarme Pox, si quieres— dijo esbozando una sonrisa

—Muy bien Pox… Intentaré averiguar algo, nos veremos en otra ocasión

Los dos amigos se despidieron y Poxselis decidió que debía volver a los establos.

***

Al llegar se encontró con el maestro Roldán

—¡Maestro!— gritó mientras se acercaba

—Ahh, el hijo del capitán… Me alegro de verte— dijo mientras soltaba un paquete de heno

—Estuve aquí antes, pero no te encontré

—Si, lo siento mucho, tuve que preparar el establo para la llegada de todos estos caballos

Poxselis observó que en efecto varios guardias traían los caballos de los hombres de Lothar. Acto seguido se giró hacia el Maestro Roldán

—¿Sabes algo sobre lo que les ocurrió en su tierra?

—No demasiado, al venir he oído a algunos hombres hablar sobre horribles seres de piel verde

—¿Seres de piel verde?— preguntó Poxselis

El Maestro asintió

—Debe de tratarse de un enemigo formidable, de eso no hay duda— dijo con preocupación

—Pero… ¿Qué hará Lordaeron?— preguntó el muchacho

—No lo sé, en estos momentos deben de estar hablando con el Rey en la sala del trono, supongo que habrá que esperar para saber su decisión al respecto

En ese momento se oyeron las pisadas de un caballo que se dirigía al establo, Poxselis se asomó y vio que se trataba de su hermano Poxselius. Era de pelo cobrizo como él, y portaba una cota de malla gris. Detuvo su caballo enfrente de Poxselis

—Hermano, nuestro padre ha ordenado que regresemos a casa— dijo seriamente

—Pero aún no he podido…

—Es una orden.— le cortó

Poxselis suspiró y subió al lomo del caballo

—No te preocupes muchacho, en cualquier otro momento podrás practicar con tu caballo— le dijo sonriendo el maestro

Poxselis asintió y enseguida su hermano espoleó al caballo, en unos minutos estaban abandonando la ciudad en dirección a la granja

 

 

Written by Epsilon

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