El brujo orco Gul’dan, en sus ansias de poder insaciables, entrenó a los orcos más capaces en las artes oscuras y creó el Consejo de la Sombra. Su objetivo no era otro que controlar la raza de los orcos desde las sombras, y Puño Negro (formalmente uno de los miembros) no era más que el títere visible.
De entre los orcos más leales a su causa, Gul’dan creó un nuevo clan, que recibió el nombre de Clan Cazatormentas. Siendo así, estaría formado casi en su totalidad por orcos que practicaban la brujería. Se trata de un clan no muy grande, nuevo, al que Gul’dan crea para auto protegerse y que aparece poco tiempo antes de la apertura del Portal Oscuro.
Cuando hubo un golpe de estado dentro de la Horda y Orgrim se erigió como nuevo Jefe de Guerra, el Consejo de las Sombras fue descubierto y eliminado. Gul’dan logró que Orgrim le perdonara y juró servirle. Pero tan pronto como estuvo preparado, el traicionero orco partió con todo el clan Cazatormentas (con los vivos y los resucitados) y el Martillo Crepuscular en busca de la Tumba de Sargeras.
Gul’dan penetró en la Tumba esperando no encontrar resistencia, pero pronto se dio cuenta que estaba muy equivocado. Los pocos orcos que entraron con él perecieron los primeros. Gul’dan, aunque vivo, estaba muy malherido: era una trampa. En ese lugar, el primero de los brujos encontró su final.
En las afueras de la Tumba los demás orcos de clan Cazatormentas no estaban precisamente disfrutando del paisaje de las perdidas islas. Su traición al conjunto de la Horda no fue olvidada por Martillo Maldito: un ejército fue enviado en su búsqueda, con la orden de matarlos a todos. Se sabe que algunos sobrevivieron en ese nefasto día, como Drak’thul.
El Clan Cazatormentas desapareció para siempre, no así con el clan Martillo Crepuscular. Cho’gall escapó, y parece que algunos más con él. Se mantendrían en las sombras durante mucho tiempo, hasta que entraron en contacto con C’thun y llevan a cabo las acciones previas y posteriores al Segundo Cataclismo. El resto ya es conocido.