Valathard
Tras haber derrotado a la Horda de Hierro en Tuurem y Shattrath y habernos enfrentado a Puño Negro. Nuestro siguiente objetivo en Talador será ir a Aruuna, la cual está siendo asediada por los Arakkoa.
Ataque a Aruuna
Tras haber vencido a la Horda de Hierro en la ciudad de Shattrath, nuestro siguiente objetivo será proteger Aruuna de un ataque de los Arakkoa. Comenzamos esta aventura en nuestra avanzada cuando un draenei se nos acerca rogándonos nuestra ayuda para recuperar unos objetos importantes para los suyos y vengarse de los Arakkoa.
Nada mas llegamos a la zona comprobamos que el ataque efectivamente es cierto y que ha sido devastador. Toda la zona circundante se encuentra ardiendo, con animales muertos por todas partes y los Arakkoa dentro de la ciudad destruyéndolo todo y saqueándola por completo. El draenei que nos trajo aquí nos dijo que lo único que se llevo de la ciudad fue a su hija, pero que dejo atrás muchas otras cosas que necesitaría: la muñeca de su hija para que se tranquilizase y olvidase las atrocidades que había visto, sus herramientas de joyero y un registro en el que estaba toda la historia de la ciudad para que ésta no cayese en el olvido.
Mientras que estamos allí, descubrimos también unos cristales que nos pueden ser de ayuda y también descubrimos la identidad del líder Arakkoa, el Sabio del Sol Kairyx. Este arakkoa de gran tamaño y poder es el que está detrás de todo el ataque a la ciudad y de la masacre a los draeneis. Tras hacer justicia, también descubrimos el motivo de que los Arakkoa estén en la ciudad. Días anteriores al ataque, los draeneis habían descubierto algo excavando en las minas de la ciudad. Una gema que cambiaba de color y que era similar a los cristales de Ápices. Ésta gema emitía una extraña radiación y los propios draeneis sospechaban que albergaba un gran poder aunque no estaban seguros de cual era.
Los Arakkoa se enteraron de éste hallazgo y no tardaron mucho en invadir la ciudad. Aunque su búsqueda estuvo cerca de tener éxito, la impedimos justo antes. Tras enfrentarnos con una criatura y recuperar el cristal, aparece un Arakkoa más pequeño y que no puede volar cerca nuestra y que nos duerme. Download site rips for free. Al despertarnos, estamos fuera de la ciudad y más en concreto en un asentamiento de los Arakkoa que nos habían salvado, el Refugio de Terokkar.
Los Arakkoa desterrados
Nada mas nos despertamos, el líder de estos Arakkoa, el Sabio de las Sombras Iskar se nos acerca y nos explica el motivo del que estemos allí. No todos los Arakkoa son iguales que los que nos hemos encontrado en Aruuna. A algunos de ellos los torturaron y desterraron como le ocurrió a él. Iskar era un miembro de su raza que vivía en el Trecho Celestial, cuando le deformaron las alas y lo desterraron de las Cumbres de Arak junto al resto que se encuentran allí. Ahora, saben que los Arakkoa han llegado a Talador en busca de un artefacto de gran poder, y no quieren que caiga en sus manos por temor a lo que puedan hacer con él.
Cerca del Refugio, hay otro asentamiento de Arakkoas desterrados pero éste no va tan bien como el de Iskar. Los Arakkoas han llegado allí para destruir a todos aquellos que se osen oponérseles en sus malvados planes. Por lo que con una gran ventaja numérica, masacran a todos aquellos malditos que intentan escapar y les roban sus bienes. Iskar nos pide entre otras cosas proteger a los suyos mientras consiguen escapar, para ello tendremos que enfrentarnos a los Arakkoa que vuelan y, recuperar algunos pergaminos de la zona.
Por otra parte, Kura el ciego nos cuenta su historia y nos pide ayuda. Hace tiempo, el también era de los que vivía en el Trecho Celestial, pero durante una de las fiestas de su raza, tuvo un problema con uno de los suyos, el Guardia de Ala Kuuan. El cual le traicionó y le dejó en el estado en el que se encuentra. Por lo que nos pide que pongamos fin a su vida para tener su venganza.
Con todas éstas tareas realizadas, los Arakkoa nos dan las gracias y nos dicen que nuestro trabajo con ellos ya ha terminado. Aunque no el de la zona en su conjunto, pues aún tenemos que proteger Auchindoun del Consejo de las Sombras y de los Sargerai.
