Bestias Salvajes de Nagrand

Los fértiles campos y las bellas y sinuosas llanuras de Nagrand acogen a algunas de las especies más variadas y peligrosas de Draenor. Aquí se asienta Ogrópolis, la capital ogra, hogar del violento clan Grito de Guerra, y es donde tendrá lugar el accidente que marcará la llegada de los draenei a este mundo. ¡Adentraos en ella con cuidado!

Los pálidos

Cuando los jóvenes orcos chamanes de todos los rincones del mundo llegan a la mayoría de edad, se embarcan en un peregrinaje a El Trono de los Elementos para buscar la bendición de los espíritus elementales. El viaje está lleno de amenazas, pero la ceremonia en sí es el momento más peligroso de la vida de un orco. No se sabe qué les sucede a aquellos que no son lo suficientemente fuertes y sucumben a las terribles visiones y susurros sobrenaturales durante lo que debería ser su mayor triunfo hasta el momento. Aquellos que no pueden hacer frente a las voces del más allá abandonan su clan y se convierten en pálidos: restos marchitos de sus antiguos cuerpos que rehúyen la luz y balbucean de forma ininteligible en la oscuridad de sus cuevas. Pero ¿están locos de verdad o es que han entrado en contacto con alguna fuerza maléfica? Puede que las respuestas yazcan en las cavernas serpenteantes que se ocultan bajo Nagrand, donde los pálidos se asientan en grandes colonias a la par que pronuncian crípticas advertencias.

El sablerón

Pocas criaturas representan el salvajismo de Draenor de forma tan acertada como los sablerones: bestias con rasgos felinos capaces de adaptarse a prácticamente cualquier entorno. Desde las cavernas heladas de la Cresta de Fuego Glacial hasta las húmedas selvas de Tanaan, pasando por las laberínticas formaciones rocosas de Nagrand, no hay lugar que los feroces sablerones no hayan conquistado. Los sablerones han desarrollado una inteligencia superior a la de las bestias: forman una estructura social y pueden convertir herramientas simples en armas. Aquellos que se aventuren en sus dominios deberían prestar especial atención a las partidas de caza de los sablerones, ya que sus ataques coordinados, sus afiladas garras capaces de hacer trizas la carne y su habilidad para moverse entre las sombras a la hora de acechar a sus víctimas hacen de ellos unos depredadores mortales.

El uñagrieta

Los héroes que se hayan adentrado en Terrallende ya se habrán encontrado con los uñagrietas, pero ver a estas majestuosas criaturas en su forma original es una experiencia completamente diferente. Estas gigantescas bestias, cubiertas de un gruesa y valiosa pelambre, armadas con enormes colmillos y tan grandes que son capaces de hacer temblar el suelo, son el trofeo favorito de los cazadores a la vez que su peor pesadilla. La carne de un uñagrieta adulto puede alimentar a un clan orco durante días, pero su tendencia a viajar en manada hace de ellos una presa temible. Tened cuidado con su devastador cabezazo o los salvajes ataques de sus formidables colmillos. Afortunadamente, es casi imposible verse sorprendido por estas enormes bestias: ¡se las puede ver y oír desde lejos!

Los elementales de Draenor

Hay muchas similitudes entre los espíritus elementales de Draenor y sus homólogos de Azeroth, pero son sus diferencias las que harán que tanto Horda como Alianza deban adaptarse a ellos. Mientras los elementales de Azeroth están en guerra constante, los de Draenor se esfuerzan por encontrar el equilibrio entre ellos. Esto se puede apreciar claramente en El Trono de los Elementos de Nagrand, donde las furias elementales más poderosas de Draenor se reúnen de forma pacífica desde los albores del mundo. Pero tened cuidado, si el caos de la guerra rompe su equilibrio, puede que los elementales descarguen su ira entre sí y acaben con todo lo que encuentren en su camino.

Nagrand, como cualquier región de Draenor, espera ansiosa que conquistadores incautos se adentren en sus dominios para hacerles ver lo poco preparados que están. ¿Vosotros estáis listos? Si es así, Draenor os espera…