Muchos de nosotros nos enfundamos en una clase de nivel 1 y nuestro único objetivo es llegar lo antes posible al 90 con la creencia que es en ese momento cuando empieza lo bueno, cuando empiezas a coger equipo poderoso y haces tus primeras bandas. Nos metemos en un túnel de misiones express y mazmorras cronometradas en el que entras por la zona de inicio de cada raza o clase, y acabas saliendo en el Valle de la Flor Eterna. Pero, ¿cuántos os habéis parado a hacer las cadenas de misiones de los Baldíos para conocer la ofensiva de Theramore, o la de la Horda en Sierra Espolón?
Hacer bandas es una amante exigente y adictiva, hay muy pocas cosas que se puedan comparar a superar un jefe de banda tras invertir horas y oro, ese éxtasis de satisfacción del esfuerzo colectivo bien recompensado, es increíble. También lo es agruparte en un equipo de batalla en el que cada uno es una pieza perfectamente coordinada convirtiéndose en una despiadada máquina de matar. Sin embargo, ¿esto es World of Warcraft?
World of Warcraft es eso mismo, un MUNDO. En el cual no sólo hay monstruos que combatir en banda, diarias y batallas, hay una historia, misiones únicas, competición de mascotas, logros, monturas… el dedicado y laborioso esfuerzo de un equipo de desarrollo que ha creado todo ello para el entretenimiento continuo de un amplio espectro de jugadores.
Cierto es que no paramos de dar noticias sobre el JcE y el JcJ, pero esto es tan sólo la punta del iceberg. Nada de ello existiría sin unos sólidos cimientos que es precisamente lo que no vemos estando dentro del túnel. Hay una progresión que se ha de cumplir, unas exigencias de equipo y habilidad que se alcanzan realizando ese otro contenido, no obstante, ¿puede ser lo suficientemente atractivo como para ser el fin de un jugador?
Esto es lo que subyace en el hilo que tenéis traducido a continuación. Bashiok habla de aquello que tenemos a nuestro alrededor, y que pocos conocen, ya que nos centramos en exceso en el final de juego que, en muchos casos, acaba convirtiéndose en una competición y dejando de ser un juego. Todas son opciones válidas, somos libres de elegir la finalidad con la que jugamos al WoW, y todas ellas pueden llenar a un jugador. Centrarse en cualquiera de ellas es aquello de “los árboles no te dejan ver el bosque”. Por tanto, cuando afirmamos que ya no hay nada que hacer en el juego deberíamos preguntarnos: ¿Hemos hecho todo lo que el juego nos ofrece? ¿Sólo hemos visto un par de árboles o todo el bosque?
Tenemos la gran suerte de que este juego que nació hace 10 años siga adelante innovando e introduciendo nuevos retos para una gran variedad de jugadores de diferentes generaciones. En él siempre hay algo que hacer, una montura, un maestro de mascotas que se nos resiste, el logro de Bombardero de Filospada… World of Warcraft está lleno de posibilidades, y la mayor de ellas es descubrir la maravillosa labor del equipo de desarrollo de Blizzard antes de cruzar de nuevo el portal.
Por tanto, tú, ¿a qué juegas?