El Clan Grito de Guerra recibe su nombre por los sonidos que emiten sus soldados en la batalla y, sobre todo, por el grito increíblemente fuerte de su líder. Era famoso entre los Clanes orcos por ser uno de los más fuertes: los miembros del Clan se especializaron como guerreros en su mayoría.
Cuando un Ner’zhul engañado quiso mover los clanes en contra de los Draenei, Grommash se puso de su lado. Incluso lideró el ataque contra la Ciudad de Shattrath. Llegado el momento crucial de beber la sangre de Mannoroth, Grommash se adelantó a Jefe de Guerra Puño Negro y fue el primero.
A pesar de su reputación en la batalla, no fueron llamados a participar en la Horda que atacó Azeroth, por lo que no fueron derrotados por los humanos al final de la Segunda Guerra. Pero sí que fueron utilizador por Ner’zhul para recuperar el control del Portal Oscuro (recién reconstruido) y robar alguno de los objetos mágicos que el chamán requería.
Pronto se dieron cuenta que los planes de Ner’zhul iban a traer más desgracia a los orcos, por lo que Grommash comandó a todo su clan en un escape de Draenor. Con esfuerzo, atravesaron el Portal Oscuro; Khadgar lo destruyó, y dejó para siempre a este Clan atrapado en Azeroth. Grommash los llevó hasta el territorio de Lordaeron, dónde se escondieron de las patrullas humanas, a las que evitaron durante muchos años.
La situación parecía desesperada, pues sus opciones de sobrevivir disminuían con el tiempo. Ellos también sufrieron los efectos secundarios de la energía vil: se volvieron menos agresivos y perdieron la voluntad de luchar. Eso no iba a ser de ayuda. Pero, al fin, llegó su oportunidad.
Thrall, que ya había pasado un tiempo entre el Clan Grito de Guerra, de dónde había aprendido sobre la raza orca y que su familia era el Clan Lobo Gélido, regresó con Orgrim Martillo Maldito y con una salida para los Grito de Guerra. Unidos los dos clanes y liderados por el antiguo Jefe de Guerra Orgrim, empezó la liberación de los orcos cautivos y la formación de una nueva Horda.
Grommash ya respetaba a Thrall desde que le conoció cuando fue a parar accidentalmente a su guarida, así que no se opuso cuando fue nombrado nuevo Jefe de Guerra a la muerte de Orgrim. También estuvo complacido con la idea de abandonar la tierra de los humanos, partiendo hacia el oeste. Seguramente ya estaba cansado de la humanidad.
Nada más llegar a Kalimdor, y separado del resto de la Horda y de Thrall, el Clan Grito de Guerra empezó a sentir sed de sangre por la proximidad de la Legión, aunque ellos todavía lo ignoraban. Para cuando Thrall consigue localizarles, ya están matando humanos. No queriendo arriesgarse a que esto se extienda entre los demás, Thrall manda a todo el Clan Grito de Guerra lejos, a construir una base avanzada en los bosques, zona que más tarde se conocerá como Aserradero Grito de Guerra.
La tala sin tregua del bosque de Vallefresno provoca la ira de Cenarius, el semidiós. Como se esperaría de un ancestro, su poder era demasiado para que Grommash y su clan pudieran ganar esa batalla. No obstante, La Legión Ardiente, sabiendo que los orcos por sí solos no podrían derrotar a Cenarius, dejaron un regalo a los orcos para potenciarlos.
El Clan Grito de Guerra, arrinconado en su base principal, pronto notó una energía poderosa que provenía del bosque. De nuevo, Grommash fue el primero de los orcos en beber de las aguas corruptas con la sangre de Mannoroth e hizo que todos bebieran. Ahora, con su sed de sangre renovada, ni el ancestro pudo detenerles. “El semidiós ha caído. Los Grito de Guerra son superiores”.
Thrall regresó a por los Grito de Guerra con sus nuevos aliados humanos, liderados por Lady Jaina Valiente. Hicieron falta las dos fuerzas para derrotarles al fin. Grommash recobró el sentido y supo lo que había que hacer para salvar a los orcos: matar a Mannoroth. Junto con Thrall, fueron al encuentro del Señor del Foso. Thrall fue rápidamente derrotado, así que le tocó a Grommash acabar el trabajo. Mannoroth murió ese día a sus manos, aunque eso le costó la vida.
Thrall mandó construir un monumento en el lugar en el que murió su viejo amigo y lideró al Grito de Guerra desde su posición de Jefe de Guerra. El Clan se quedó sin líder (que sepamos) hasta la llegada de Garrosh Grito Infernal. Pero eso ya es otra historia.