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Retratos de Azeroth: Thrall

Thrall fue el Jefe de Guerra de la Horda durante muchos años pero mucho antes de ser eso, fue un esclavo en el Castillo de Durnholde y sirvió como gladiador a Aedelas Lodonegro. En esta primera parte veremos desde sus comienzos como gladiador, hasta la liberación de su raza de los campos de internamiento.

Esclavitud en Durnholde.

Thrall es el hijo de Durotan y de Draka, dos de los orcos más importantes del clan de los Lobo Gélido. Vivió con ellos muy poco tiempo pues fueron brutalmente asesinadas poco tiempo después de que su hijo naciese. Thrall fue encontrado por Aedelas Lodonegro, un humano que ostentaba un gran poder en el norte de Lordaeron y que reinaba en el Castillo de Durnholde. 

Allí, le instruyó a Thrall para que fuese un gladiador y lo trató con crueldad y desprecio. El orco recibió muchos golpes y heridas durante esa vida que tuvo y gracias a eso conoció a una de las personas que más le marcarían en el resto de su vida, Taretha Foxton. Thrall la conoció gracias a su madre, pues era su enfermera particular que le ayudaba y curaba tras los combates. En secreto, Thrall y Taretha comenzaron a mandarse cartas el uno al otro. En ellas, Thrall le confesó a Taretha su interés por alejarse de esa vida y escapar de allí. Ella comprendió lo que le pasaba y a pesar de que se arriesgaba enormemente le ayudó a escapar de Aedelas Lodonegro. 

Sin embargo, capturaron a Thrall y lo llevaron a un campo de internamiento de orcos que había en las proximidades. Allí conoció a un chamán orco llamado Kelgar que le relató el mal que le había hecho Gul’dan a toda su raza y le contó también como eran las cosas antes de vivir en esa esclavitud. Le dijo que había algunos orcos que no habían seguido el camino del brujo como Grommash Grito Infernal y que les gustaría que se uniesen más a su cusa. Al enterarse Thrall de que Aedelas le estaba buscando tuvo las ideas claras, iría en búsqueda de Grommash.

Estancia con los Lobo Gélido.

Thrall, el chamánLe costó un poco, pero finalmente encontró a Grito Infernal. El líder orco le enseñó un poco más acerca de la cultura e idioma de su raza, también le reveló sus orígenes familiares en el clan de los Lobo Gélido, los cuales se encontraban en las montañas del Valle de Alterac. Realizó un viaje de varios días y cuando parecía que nunca llegaría a su destino y que no daba más de sí mismo, los orcos de aquel clan aparecieron y lo rescataron.

Lo llevaron hasta su campamento y le presentaron a su líder, Drek’thar. Thrall necesitaba saber más de su pasado y aquel chamán podía ayudarle a ello. Le dijo que era hijo de Durotan, el jefe del clan y de Draka y le contó un poco más de su familia. Thrall decidió unirse al clan de los Lobo Gélido pues quería ayudar a recuperar la antigua gloria de su raza antes de que fuese corrompida por Gul’dan. Le dieron una loba para que le acompañase en sus viajes (Canción de nieve).

Mientras tanto, Drek’thar vio el gran potencial en el como chamán y decidió exprimirlo por lo que comenzaron a hacer diversos ritos de iniciación. Se puso en contacto con los diversos elementos y una experiencia tan asombrosa para él que decidió seguir ese camino. Este ritual supuso también un punto de inflexión en la historia de los orcos, pues Thrall había sido el primero de su raza en iniciarse en los caminos del chamanismo desde que Gul’dan corrompiese a su raza, por lo que había esperanza.

Poco después, un forastero llego al campamento insultando y mofándose de los Lobo Gélido, algo que enfureció verdaderamente a Thrall y le llevo a retar a un duelo a aquel orco. Era Orgrim Martillo Maldito, el Jefe de Guerra de la Horda, el cual había llegado al campamento para comprobar si los rumores de la vuelta del hijo de Durotan eran cierto, cosa que pudo comprobar. Tras un intenso combate, Thrall venció a Orgrim, una proeza asombrosa pues solamente su padre había logrado algo así.

La caída de Durnholde

Thrall, Jefe de Guerra de la HordaBajo la tutela de Orgrim, Thrall se convirtió en una de las figuras más importantes de su pueblo. Entre los dos, idearon un plan para liberar a los orcos de los campos de concentración. Thrall tenía que infiltrarse en los campos de concentración como un orco más, sin levantar sospechas y una vez estuviese dentro, desataría la furia de los elementos contra los humanos. Gracias a esta táctica, los orcos fueron liberados de muchos campamentos pero hubo algunos que fueron más complicados de conseguir. Tras varios ataques, los humanos estaban avisados de sobra de la fuerza y táctica de los orcos por lo que se prepararon para la batalla. Se enfrentaron en un gran combate en el cual Orgrim murió. Con su último aliento le dio a Thrall su armadura y su arma, el Martillo Maldito, proclamándole Jefe de Guerra de los orcos.

Justo después de haber ganado esa batalla, Thrall tomó la decisión de cortar el problema de raíz. Debían atacar el centro del sistema de los campos de concentración orcos para desmantelarlo completamente, debían destruir Durnholde de una vez por todas. Antes de comenzar el asedio al castillo, Thrall le suplicó a Taretha que escapase de allí para no arriesgar su vida pero debido a lo obsesionado que estaba Aedelas con ella se negó. A pesar de que Taretha no huiría del castillo, Thrall entró para hablar con Aedelas para evitar a toda costa el derramamiento de sangre. 

El humano estaba completamente borracho cuando se encontró con Thrall y en vez de aceptar esa rendición que le había ofrecido el orco, prefirió tirarle la cabeza cercenada de Taretha a sus pies para mermarle la moral pero en vez de lograr eso, consiguió que el orco descargase su furia e ira contra él. Lo arrinconó y de un golpe puso fin a su vida. Thrall lo había conseguido, había salvado a su pueblo y matado a un tirano, pero su historia en Azeroth solamente acababa de empezar.

 

Written by Valathard

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