Nueva actualización del Taller de Overwatch.
Blizzard acaba de publicar la nueva actualización que recibirá el Taller de Overwatch que lo resumen en: más potencia, menos limitaciones y creaciones aún más interesantes.
La actualización del Taller de Overwatch deja un poder sin precedentes en manos de los creadores
«Nos quitamos las manoplas del horno», dice el ingeniero de mecánicas de juego Dan Reed.
«¿Qué? —pregunta su compañero Zach Metcalf—. ¿Como los ruedines de una bici, quieres decir?».
«Me refiero a que ahora puedes quemarte las manos, pero también hacer las cosas con más eficiencia», responde Reed.
Están hablando del nuevo parche que recibe el Taller de Overwatch, el sistema de creación de scripts que permite crear modos de juego propios. Además de añadir nuevos mapas, herramientas y mejoras de tipo práctico, el parche (que ya está disponible en la Región Pública de Pruebas, o RPP) termina con una fastidiosa restricción diseñada para proteger a los creadores de errores capaces de bloquear el juego. Esa es la historia del Taller después de este parche: más potencia, menos limitaciones y —si se materializan las esperanzas de Reed y Metcalf— creaciones aún más interesantes.
Otro punto de frustración para los creadores tenía que ver con la falta de subrutinas, una útil herramienta de programación que Reed y Metcalf han sumado al Taller en este último parche. Las subrutinas, según nos explican, son funciones separadas que se pueden ejecutar junto a otras partes del script. Sin ellas, los creadores se veían obligados a menudo a recurrir a soluciones alternativas que aumentaban el tamaño y la complejidad del script.
«Hasta ahora tenían que tirar de cortapega todo el rato o utilizar soluciones complicadas para activar reglas determinadas en momentos concretos», explica Metcalf.
Una de estas soluciones consistía en crear una regla que se activaba cada vez que una variable pasaba de «False» a «True». Una vez ejecutada, había que devolver la variable de nuevo a «False».
«Era un… fastidio», dice Reed.
«Ahora disponen de subrutinas —añade Metcalf—. Desde el punto de vista de los creadores, resulta mucho más sencillo poner en cuarentena una sección concreta de la lógica del código y luego acudir a ella cuando la necesitan».
El ejemplo mencionado resulta frustrante como mera idea, así que imaginaos lo que sería al implantarlo en el Taller. Nuestros ingenieros aseguran que esta frustración sobrevenida es lo que ha inspirado todas las novedades del parche, como, por ejemplo, el panel de diagnóstico de script, con el que un creador del Taller puede saber lo cerca que está del límite de tamaño del script. Con él resulta más fácil detectar y evitar los problemas en los scripts, y los desarrolladores tienen la esperanza de que ayude a los creadores a escribirlos con mayor eficiencia.
«Lo que conseguían hacer antes es asombroso —asegura Metcalf—, así que tenemos muchas ganas de ver lo que se sacan de la chistera con herramientas más potentes y prácticas».
La fe en la comunidad de creadores del Taller es lo que ha llevado a los desarrolladores a completar las novedades con la retirada del requisito de que cada bucle viniera precedido por la acción «Wait». Aunque con esta restricción se reducían las probabilidades de que un bucle infinito bloqueara el juego, también ralentizaba los scripts y limitaba las posibilidades para los creadores hábiles.