Estos eventos están destinados a un público diferente, pero que cada vez es más numeroso.
El crecimiento de los deportes electrónicos está resultando difícil de obviar. Pese a que muchos le restan relevancia a estas disciplinas, lo cierto es que su presencia es cada vez más sensible en el panorama de los espectáculos deportivos. Tal vez algunos consideren que no se le puede denominar “deporte” como tal. Pero eso es un gran error. Se trata de una competición en toda regla que requiere de un importante entreno, habilidad, talento y espíritu ganador. Para otros, no tiene la trascendencia suficiente. Pero claro, tal vez no sean conscientes de que ya se ha superado la cifra de los 500 millones de espectadores al año; lo que ocurre es que este ecosistema se mueve con mayor regularidad en las redes sociales y no en las cadenas televisivas convencionales.
Le pese a quien le pese, hoy los eSports tienen un gran seguimiento y, lo que es más importante, una proyección creciente, que puede llevarle a desbancar a muchas de las opciones más “clásicas”. Las razones de este “boom” son numerosas. La primera de ellas tiene que ver con un elemento generacional: los nuevos espectadores tienen gustos diferentes y son aficionados al mundo de los videojuegos; inicialmente como “gamers”, pero con el tiempo han disfrutado de la pericia de los más expertos viendo sus partidas o de los comentarios desenfadados de los “streamers”, los nuevos gurús de la comunicación. Esta audiencia se identifica más con este tipo de espectáculos y no siente tanto apego por otras categorías. Un buen ejemplo de ello es la pérdida de espectadores de algunos acontecimientos de primer orden, como los Juegos Olímpicos, que ya están considerando incluir a los eSports entre sus categorías oficiales para no dejar escapar a los seguidores de esta nueva generación.
Por otra parte, los deportes electrónicos tienen una naturaleza especial. No se trata de una única disciplina. Son campeonatos que se centran en juegos diferentes, con temáticas que pueden resultar dispares, por lo que cada uno de estos eventos tiene su propio público. Un público que se ha acostumbrado a tener distintas opciones en el espectro digital y una mayor capacidad de elección. El mundo de los juegos tiene esta característica y sólo tenemos que echar un vistazo a cualquier portal de casino para darnos cuenta de sus catálogos son muy amplios y variados, hasta el punto de que existen webs que ofrecen la posibilidad de probar los tragamonedas gratis para que el usuario acabe eligiendo la que más se ajusta a sus gustos a la hora de jugar con dinero real. También en los juegos para móvil vemos opciones de descarga gratuita con micro compras en la aplicación; para poder familiarizase con el título y decidir si les gusta, pero sin desembolso inicial.
Un nuevo estilo de organización
Otra gran novedad tras el éxito de los eSports está en la forma de promocionarse. Tal vez estas promociones pasen desapercibidas para los aficionados a los deportes tradicionales, pero tienen una gran presencia en las redes sociales. Los “influencers” relacionados con los deportes electrónicos están entre los canales hispanos de Twitch más vistos en la actualidad y resultan de gran valor para la promoción y para las retransmisiones; por otra parte, la citada red incluye fórmulas para conseguir fidelizar a los aficionados, como los llamados Drops de Twitch. Estas redes también permiten interactuar con otros aficionados e, incluso, en ocasiones, con el propio acontecimiento.
Por otra parte, los ya citados “streamers” son una parte muy importante de la propia retransmisión, tienen un papel protagonista en el evento y consiguen aportar espectadores por sí mismos, que se suman a los fanáticos del juego en cuestión. Las marcas, conocedoras de la dinámica de estos espectáculos deportivos (y del más que apetitoso target de público) se han centrado en hacer “branded content” y esponsorizar ligas y equipos de primer nivel. Su aportación económica por la publicidad resulta una fuente de ingresos que permite a los eSports continuar creciendo y expandiéndose.
En definitiva, los deportes electrónicos han nacido con una importante impronta tecnológica y esto propicia que sus eventos y la forma de promocionarlos sea única respecto de otros espectáculos deportivos. Pero se da la circunstancia de que un público joven, cada vez más numeroso, prefiere esta modalidad a las que podríamos llamar tradicionales, por lo que su crecimiento se ha acelerado y no parece que este auge tenga bisos de detenerse a corto ni a medio plazo.