Ysera la Despierta —comunmente conocida como Ysera la Soñadora—, otrora Dragón Aspecto, fue la encargada de velar por el Sueño Esmeralda. Es también la madre adoptiva del semidiós Cenarius, hijo natural de Elune y el semidiós Malorne. Permaneció en el Sueño Esmeralda hasta el Cataclismo causado por Alamuerte, luchando contra la corrupción que la Pesadilla asolaba en el Sueño.
Recientemente ha despertado de su letargo, aunque a veces es incapaz de discernir entre el sueño y la realidad. Ysera ayudó a los Guardianes de Hyjal cuando el Martillo Crepuscular y las fuerzas de Ragnaros atacaron el Monte Hyjal. Junto a sus compañeros Aspecto, sacrificó la mayoría de su poder para detener a Alamuerte y su locura.
Sus orígenes
Ysera fue, junto a sus hermanos Alexstrasza y Dralad, los únicos supervivientes de la camada, siendo ella la más inteligente pero a su vez la más pequeña. El hecho de ser de un tamaño inferior a lo normal en un protodraco le habría llevado a una muerte segura si su hermana no hubiera cuidado de ella.
Durante una de sus salidas de caza, su hermano Dralad desapareció. Ysera, buscándole, se acercó a un protodraco azulado llamado Malygos y le preguntó por su hermana. Alexstrasza y Malygos, quienes habían encontrado el cuerpo del protodraco, habían acordado previamente no hablar al respecto e Ysera discutió con su hermana, pero fueron interrumpidas por Galakrond. Una vez el gigantesco protodraco se hubo marchado, Neltharion se burló de la cobardía de los presentes.
Ysera y su hermana pronto descubrirían dos cadáveres más, siendo uno de ellos el de la antigua compañera de Malygos, Tarys. Al parecer, según las palabras de un pequeño y aterrorizado protodraco violáceo, Galakrond estaba devorando los cuerpos de los dragones fallecidos. Cuando las hermanas llevaron a Malygos a hablar con el protodraco, los cadáveres se alzaron como no-muertos y les atacaron, pero acabaron con ellos. Pese a todo, Ysera creía que podría razonar con Galakrond y con los protodracos no-muertos.
Fue testigo de la muerte de Galakrond a manos de Malygos y Neltharion, quienes asfixiaron al gigantesco protodraco hasta la muerte colocando una roca en su garganta.
La Guerra de los Ancestros y El Día del Dragón
Eonar, la titán matrona de toda vida, bendijo a la pequeña dragona verde con una porción de la influencia de su naturaleza. Es así como Ysera se sumió en un trance eterno, ligada al Sueño de la Creación. Conocida como la Soñadora, velaría ahora por las crecientes regiones salvajes del mundo desde su frondoso y verdeante reino, el Sueño Esmeralda.
Según la novela La Guerra de los Ancestros, Ysera es la madre adoptiva de Cenarius y una amiga cercana de su padre, Malorne. Enseñó a Cenarius los secretos del Sueño Esmeralda, creando así un fuerte vínculo con él.
Una vez finalizada la Guerra de los Ancestros, Alexstrasza plantó una bellota mágica del Árbol Madre G’hanir en el segundo Pozo de la Eternidad, creado por Illidan Tempestira. El árbol creció hasta tocar el cielo y fue nombrado Nordrassil («corona de los cielos» en darnassiano, la lengua de los elfos de la noche). Ysera encantó el árbol para que estuviera vinculado al Sueño Esmeralda.
Fue, además, uno de los Dragones Aspecto que dio parte de su poder al Alma Demoníaca —más conocido como Alma de Dragón—, desconociendo que algún día Neltharion traicionaría a los Aspectos.
Bajo el mandato de Krasus, Ysera, Malygos y Nozdormu aceptaron a regañadientes salir de sus guaridas para luchar contra Neltharion, ahora conocido como Alamuerte. Debido al poder que habían depositado en el Alma Demoníaca, no eran rival alguno para el Aspecto de la Muerte —hasta que el mago Rhonin fue capaz de tomar el Alma Demoníaca de Nekros y destruirlo, liberando así los poderes que los dragones habían depositado en ella diez mil años antes. Con sus poderes restaurados y la ahora liberada Alexstrasza uniéndose a la batalla, Alamuerte fue forzado a retirarse.
World of Warcraft
Poco antes de los eventos de World of Warcraft, Ysera descubrió los planes de Atal’ai y Hakkari para invocar a Hakkar en el Templo de Atal’Hakkar, por lo que destruyó dicho templo y lo inundó. Cuando la Pesadilla Esmeralda comenzó, Ysera se sumió en un profundo silencio mientras algunos de sus tenientes de más confianza (Lethon, Emeriss, Taerar e Ysondre) fueron presa de un oscuro poder proveniente del Sueño Esmeralda.
Durante los sucesos de Wrath of the Lich King, Ysera se hallaba en el Santuario de Dragones Esmeralda, en el Cementerio de Dragones. Cuando Nishera le pidió ayuda contra la Plaga —la cual estaba alzando vermis de escarcha—, Ysera, afectada por la Pesadilla, comandó a los defensores del Santuario de Dragones Esmeralda que atacaran a cualquiera que no fuera del Vuelo Verde.
Tras la caída del Rey Exánime, la situación en el Sueño Esmeralda se tornó aún más caótica mientras el Señor de la Pesadilla avanzaba en sus planes para esclavizar Azeroth. Ysera lideró a los dragones verdes, a los ancianos y a los druidas contra la Pesadilla. Cuando Thura liberó a Malfurion Tempestira, Ysera llevó a sus dragones al árbol donde el elfo de la noche estaba atrapado. Cuando el Archidruida fue liberado, Ysera vio a Eranikus, su consorte, atrapado en la Pesadilla, ante lo cual corrió a ayudarle. Sin embargo, no era Eranikus quien había sido atrapado, sino Lethon disfrazado como él para poder atrapar a Ysera. La pesadilla del Sueño Esmeralda empeoró y, por ende, la Pesadilla era capaz de devorar ambos mundos, el Sueño Esmeralda y Azeroth.
El Aspecto permaneció prisionera en el Ojo de Ysera durante el resto de la crisis. Eranikus se sacrificó para liberarla de nuevo. Ysera se vio obligada a dejar el resto de la batalla a Malfurion, quien logró detener a Xavius y detener en gran medida la Pesadilla. Junto a su hermana, Ysera presidió la boda entre Malfurion y Tyrande, dando además su bendición a Teldrassil, la cual había negado en un principio.
Mientras tenía lugar una reunión en el Templo del Reposo del Dragón, Ysera llegó de improviso y con los ojos abiertos. Conocida ahora como Ysera la Despierta, hizo saber que había tenido una visión de la Hora del Crepúsculo y el fin de toda vida en Azeroth. Para prevenir dicho futuro pidió ayuda a Thrall.
Ysera, junto al resto de Aspectos, se unió a Thrall en su batalla contra el Vuelo Crepuscular y ayudó a derrotar a Chromatus.
Durante Cataclysm, Ysera ayudó a Malfurion Tempestira y Hamuul Tótem de Runa a proteger el Monte Hyjal y Nordrassil, restaurando posteriormente el Árbol del Mundo y ayudando en la guerra contra Ragnaros. Fue, además, testigo de la boda entre Thrall y Aggra.
En El encargo de los Aspectos, Ysera percibió que Thrall había establecido una conexión con la tierra que iba más allá de la mera comunicación con los elementos, por lo que ayudó al chamán a entender sus nuevas habilidades.
Mientras meditaba, Ysera tuvo una visión de la creación del Alma de Dragón. Se dio cuenta de que tal vez fuera el único arma lo suficientemente poderosa como para derrotar a Alamuerte, con lo que se lo hizo saber al resto de Aspectos. Kalecgos sugirió modificar el artefacto para dañar a Alamuerte, mientras que Nozdormu propuso ir al pasado para recuperarlo en su estado más puro, durante la Guerra de los Ancestros.
En Crímenes de Guerra, Ysera estuvo presente en el juicio contra Garrosh Grito Infernal.