Las aventuras que vivió Chen Cerveza de Trueno a lo largo de su vida inclinaron al pandaren definitivamente hacia una postura más amistosa con la Horda en general. No obstante, su amor por la cerveza hace que también tenga una buena relación con la raza de los enanos. En el fondo, el maestro cervecero es neutral en la política de Azeroth y, como pandaren, practica una postura más pacifista y tranquila ante la vida.
Un mundo por explorar
El pandaren maestro cervecero Chen Cerveza de Trueno nació en la Isla Errante -que es, en realidad, una tortuga gigante que viaja por los mares de Azeroth-. Los pandaren de la isla eran los descendientes de los más atrevidos de su raza: deseosos de vivir una aventura y cansados de permanecer dentro de los límites de Pandaria. Chen, aunque tuvo la oportunidad de convertirse en el siguiente maestro tras años de entrenamiento, decidió ir más allá, dejando la isla y empezando a explorar el planeta.
Con el tiempo, Chen alcanzaría las nevadas montañas que rodean Dun Morogh y entraría en contacto con la raza de los enanos, unos seres que compartían su amor por la cerveza. Eso causó que rápidamente se entablara un duelo de maestros cerveceros con el recién llegado pandaren. La competición fue tan entretenida que se decidió que se repetiría todos los años, dando origen al conocido Festival de la Cerveza.
El vínculo que une a Chen con los enanos es más profundo que su predilección por la bebida, y es que el maestro cervecero les ayudó durante la Tercera Guerra. Por ello, el pandaren se convirtió en un gran amigo de todo Forjaz, donde siempre será bien recibido. Chen, disfrutó de la compañía de los enanos, pero su viaje debía continuar.
De alguna manera, Chen Cerveza de Trueno consiguió llegar a Kalimdor. Seguramente gracias a algún mercader que pensaba hacer negocios con la recién creada nación humana de Theramore. Fue casualidad que se encontrara en Durotar al mismo tiempo que Rexxar iniciaba su propia aventura. Complacido con el Mok’Nathal por ayudarle a preparar una nueva receta de cerveza, aunque esta fracasara, decidió acompañarle. Así, además, tendría ocasión de recolectar nuevos ingredientes con los que perfeccionar la receta fallida.
De esta manera, Chen estuvo presente en todos los acontecimientos que rodean la creación de Orgrimmar y la nación de la raza de los orcos: la defensa de Durotar ante la invasión de la flota de Kul Tiras y la consiguiente respuesta de la Horda en Theramore. Tal y como se había ganado el eterno respeto de los enanos, lo hacía ahora con el conjunto de la Horda. Vol’jin siempre le consideraría un gran amigo.
Tras la batalla, era de suponer que Chen permanecería más tiempo en Durotar o, como mínimo, con los orcos, puesto que en los Baldíos podíamos encontrar a un orco que afirmaba ser un aprendiz del pandaren. Nuevamente, su deseo de explorar Azeroth hizo que Chen tuviera que marcharse hacia nuevas tierras. Su rastro se perdió a partir de aquí y parece que nadie supo de él. Lo que está claro es que no participó en ninguna de las escaramuzas que se dieron entre las dos facciones, dado que, para empezar, Chen no consideraba que perteneciera a un bando u otro.
De vuelta a casa
La sobrina de Chen era mucho más impulsiva que su tío, por lo que no pudo permanecer en la Isla Errante al enterarse que él había partido. Trató de alcanzarle, pero fue hecha prisionera. Chen llegó justo a tiempo para salvarla, pero no pudo evitar la muerte del maestro. Con su último deseo, el pandaren le pidió que regresara a la Isla Errante. Chen cumplió con la voluntad del maestro Bo pero, nada más llegar, su sobrina Li Li ya quería marcharse, hacer lo que ningún otro había logrado: encontrar la tierra natal de los pandaren, Pandaria.
La niebla que rodeaba Pandaria desapareció misteriosamente tras el cataclismo causado por Alamuerte. Aun así, fue una coincidencia que los barcos de la Horda y la Alianza encontraran el continente, pues esas aguas ya habían sido exploradas. Ahora Pandaria estaba de nuevo al descubierto y todos podían acceder a ella. Así, Li Li podía cumplir su sueño de ver la tierra de donde provenían sus antepasados. Junto con Chen se embarcó en una nueva aventura de exploración, empezando por el Bosque de Jade y siguiendo por el Valle de los Cuatro Vientos.
Mientras que Chen no tenía ninguna prisa por explorar Pandaria, un nuevo terreno por descubrir, su sobrina estaba impaciente por tener algo de acción. A pesar de todo, Li Li respetaba a su tío, así que no tuvo más remedio que descansar cada vez que Chen lo deseaba, algo que pasaba muy a menudo. En su camino por el Valle de los Cuatro Vientos, ambos conocieron a un pandaren también cervecero que les habló de la Cervecería del Trueno que se encontraba más adelante.
Al descubrir que su familia, los Cerveza del Trueno, estaban allí y tenían una importante cervecería en la región, Chen dejó a un lado su pasividad y marchó raudo y solo a encontrarlos. En la Cervecería no encontró lo que esperaba, puesto que no era bien recibido al ser un Cerveza de Trueno. Gao, el encargado, era un pandaren miembro de la familia atormentado por no ser capaz de elaborar una buena cerveza. Aprovechando que los verdaderos dueños habían partido para luchar contra los mántides, descuidó totalmente la fábrica y se embarcó en el descubrimiento de una nueva receta que haría que su nombre fuera recordado durante generaciones. Por ello, al saber que Chen era uno más de la familia, no respondió de otra manera que con fríaldad, esperando que se fuera.
Chen malinterpretó a Gao, creyendo que no le veía capaz, de no ser merecedor de llevar el apellido. Con aquello en su mente decidió elaborar una nueva cerveza, una que dejara al maleducado pandaren con la boca abierta. Pero para cuando regresó a la Cervecería, se encontró con que había sido invadida por los hozen, ya que Gao había descuidado el negocio familiar completamente. Los hozen no eran los únicos que han infestado la fábrica, pues unos elementales de cerveza habían empezado a aparecer.
Antes de entrar en la Cervecería repartiendo golpes, Chen asistió al pueblo de Villarroca, la aldea situada junto a la muralla que separaba el Valle de los Cuatro Vientos con el Desierto del Pavor. Recientemente, los mántides habían iniciado una ofensiva, adelantándose en varios años en su regular y calculada invasión. Esto había pillado desprevenido al Shadopan, al igual que la reacción de los granjeros al negarse a evacuar. La muralla cayó y sólo la intervención de Chen dando ánimos junto con la llegada de refuerzos por parte de un grupo de Centinelas elfas de la noche y Caminasoles tauren podía equilibrar la balanza hasta lograr una victoria definitiva.
Al final, llegó el momento de solucionar las cosas con Gao. En el último momento, antes de lograr alcanzarle, éste consiguió su objetivo de una nueva receta. Orgulloso de su trabajo, no hizo caso de las quejas de Chen ante el estado de la Cervecería por su mala gestión. A partir de aquí, no se sabe qué hizo el maestro cervecero, aunque lo más probable es que decidiera permanecer un tiempo allí para arreglar los destrozos.
Familia y Amigos
No volvemos a saber de Chen hasta que llegamos al Desierto del Pavor, el hogar del enjambre mántide: el lugar más peligroso de Pandaria. Es aquí donde fueron el resto de los miembros de la familia Cerveza de Trueno; Dan, Han, Mama y Evie, una pandaren todavía muy joven. A excepción de Dan, quien se encontraba durmiendo tranquilamente, el resto de los Cerveza de Trueno estaban en paradero desconocido.
A medida que avanzamos por el Desierto del Pavor, vamos encontrando a los otros. Desgraciadamente era demasiado tarde Evie. La pequeña recibiría un entierro -aunque rápido y sin seguir la tradición pandaren-. Mama estaba siendo controlada, pero seguía con vida; Han, por último, también tuvo «suerte». Cuando Chen dio con él, había sido atrapado en el ámbar de los mántides. A simple vista parecía que también estaba muerto. De vuelta al campamento, una nueva y realmente original receta de cerveza terminó por despertar al pandaren de su sueño involuntario.
Una vez más, la historia de Chen y todos los Cerveza de Trueno se vería oscurecida por el misterio hasta que ocurrieron los acontecimientos de la llegada de la Horda y la Alianza a gran escala en Krassarang. La traición de Garrosh Grito Infernal casi llevó a Vol’jin a la muerte; y así hubiera sido si el mismo Chen no hubiera cuidado de él. Después de todo, ambos eran amigos desde los acontecimientos que rodean la fundación de Durotar.
El Maestro cervecero trasladó al herido Vol’jin hasta el Monasterio Shadopan, en lo alto de Kun-Lai. Allí conoció a una pandaren llamada Yalia. El amor empezó a surgir entre ellos; Chen incluso empezó a imaginarse una vida tranquila, acabando sus viajes e instalándose en el Valle de los Cuatro Vientos. Sin embargo, el amor de Yalia no era tan grande como su devoción por el Shadopan y lo que representaba. En su estancia allí, Chen habló en varias ocasiones con Taran Zhu, líder de la orden. El sabio pandaren siempre hablaba con metáforas, ocasionando que la comunicación no fuera fácil.
Recuperado Vol’jin y rechazado un asedio al monasterio por parte de los Zandalari, partieron ambos de vuelta a Durotar para empezar la rebelión. Chen consideró que ayudó una vez a fundar esa nación y pensó que el camino de Garrosh no era el adecuado, por lo que participó activamente del lado de los rebeldes tauren y trols. Sin embargo, el pandaren no llegó a aparecer en el posterior Asedio de Orgrimmar.
Chen seguramente regresara, cuando todo hubo terminado, a Pandaria, para reunirse con su sobrina Li Li (a la que no se trae consigo) y empezar a construirse un hogar entre los de su raza. Ahora había encontrado también a más Cervezas de Trueno y su Cervecería. Podría llevar una nueva vida allí, aunque era probable que Li Li no estuviera tan deseosa de permanecer mucho tiempo en el mismo sitio. Las aventuras habían terminado para él.